La diferencia que algunos negaban se mostró desde el primer instante en que tomó posesión la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum. La perspectiva de una oposición ociosa tuvo un doble choque en días pasados. Son los mismos pero con dos frentes en ambos perdieron.

Aquellos que aseguraban que Andrés Manuel López Obrador se reelegiría, que acabaría con la inversión extranjera, aumentaría la inflación, el desempleo se dispararía, la realidad los colocó en un espacio no sólo poco relacionados con la realidad sino como practicantes de la mala intención.

Por otra parte, esos mismos profetas improvisados que nulificaron a la Presidenta para centrar toda responsabilidad política en el Ejecutivo que acaba de dejar la Presidencia, a quien le adjudican omnipresencia en la silla del águila de Palacio Nacional.

Aquí una doble vertiente caracterizó a ese grupos de críticos sistemáticos por un lado la misoginia que les caracteriza al hacer invisible a la nueva mandataria, por otro lado, quieren obligar a la población a colocar a AMLO en el lugar más oscuro de la historia, por el simple hecho de arrebatarle a los medios la agenda del suceder cotidiano del país, todos los días, porque ningún Presidente había trabajado sábados y domingos, ni dado la conferencia matutina para desmentir una serie de especulaciones como las arriba mencionadas, donde la mentira imperaba sobre .

Así hay herencias que no siempre denotan continuidad, como el caso de las mañaneras, donde empezó Claudia con el pie derecho. El manejo de la prensa fue óptimo para quienes pronosticaban una debacle en la relación con los medios. La consideraban una enemiga de los comunicadores o alguien que se enfrentaría a ellos sistemáticamente. Volvieron a equivocarse y a demostrar que utilizan el periodismo como arma de desprestigio y no como una herramienta de información.

Los mitos alrededor de los problemas que imaginaban los opositores se desvaneces desde el primer día con trabajo, con inteligencia de la que poco hablaron en sus presagios, de la visión de gobierno y sobre todo de que mayoría de la gente se convence cada día más que su voto no tuvo un rumbo equivocado.

Las profecías de los enemigos empezaron a caerse desde el primer día de gobierno, sin espectacularidad y excesos simplemente con la determinación natural de un estilo personal de gobernar.

Las conferencias matutinas son una prueba de fuego para cualquier mandatario, situación que no la resistiría todos los días la mayoría de los presidentes del mundo, que están acostumbrados a realizar sus declaraciones sin cuestionamientos y tomar decisiones sin críticas inmediatas de los medios convencionales habilitados como partidos políticos en los últimos seis años. Fue precisamente en su segunda mañanera donde la Presidenta fue firme al señalar que no se permitirá ningún tipo de discriminación que fue una conducta cotidiana en el pasado a lo largo y ancho del país.

Fue contundente en su segunda conferencia matutina al señalar: “Se amplía la obligatoriedad de paridad de género en toda la Administración Pública Federal y local, es decir, gabinetes paritarios en todos los gobiernos”.

A menos de dos días de tomar posesión el 3 de octubre marcó un día histórico para México, cuando Claudia Sheinbaum asumió formalmente el cargo de Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas. Este fue un momento significativo no sólo porque es la primera vez que una mujer ocupa este puesto, sino también porque la mandataria hizo una promesa contundente ante los militares, los cuales tienen un papel esencial en la seguridad y defensa del país.