La idea de responderle así a Trump, al estilo “ojo por ojo y diente por diente”, fue a través de un consenso entre Ebrard y De la Fuente que Sheinbaum aceptó, a sabiendas de que el republicano suele amenazar como habitual estrategia personal. En la mesa de plática acordaron enfrentar a Trump, observar reacciones y evaluar uno a uno sus arrebatos.
Y es justo este escenario el que Ebrard esperaba, durante cuatro años, para catapultar su imagen rumbo al 2030. Entre más rijoso se ponga el presidente gringo (y Marcelo deba entrar a opinar), mayores opciones tendrá de competir con Andy López la candidatura.
El plan de Ebrard para ser (ahora sí) quien abandere a Morena en seis años, incluía que Trump ganara y fuera “más Trump que nunca, un Trump recargado” y formalmente arrancó. Andy López lo sabe. AMLO lo sabe. Y el “contraplan” sigue siendo afiliar 10 millones de ciudadanos, al menos de arranque.
El que “Trump fuera Trump” inició el calculado avance que Ebrard esperaba antes de acabar el año y, de esta manera, Andy López ya tiene materia para ocuparse. “Cierren las puertas, señores, que ya hay tiro a la vista”. Tiempo de frotarse las manos.
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
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