Articulista invitado.
Héctor Yunes Landa.
 

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Destino del agua del Pánuco, decisión de los veracruzanos
2025-02-17
Cada año, el 90 por ciento del territorio veracruzano sufre algún nivel de sequía. Casi la totalidad de los centros urbanos padecen de tandeos de agua para consumo doméstico; la ganadería y la agricultura colapsan por la falta del líquido para sus cultivos y su ganado.

 

Con el mes de febrero se inició la temporada de estiaje que, según algunos pronósticos, podría extenderse hasta el mes de julio. A la fecha, al menos seis municipios del estado ya padecen los estragos de la sequía y el estiaje.

 

No se trata de una crisis hídrica porque las crisis suelen ser temporales. Las condiciones de escasez de agua ya son permanentes en Veracruz. El año pasado, nuestro estado terminó en cuarto lugar nacional de los estados más secos; y un año antes, se registró el año más seco en cuatro décadas.

 

Pero la solución que ha encontrado el gobierno federal es despojarnos del agua del río Pánuco para llevarla a estados como Nuevo León y Tamaulipas, bajo la arrogante postura de que el agua es propiedad de la nación y ellos pueden decidir qué hacer con ella.

 

La semana pasada, cuestionada sobre el proyecto de llevar el agua de Veracruz a los estados del norte del país, la presidenta Sheinbaum respondió que la propuesta sigue en fase de análisis, ya que implica una inversión superior a 100 mil millones de pesos y requiere acuerdos entre los estados involucrados.

 

“El original, esa concesión la tiene Monterrey de esa agua. Entonces, lo primero que hay que hacer es hablar con Nuevo León para que comparta esa concesión”, dijo.

 

El problema, presidenta Sheinbaum, es que nadie ha pedido su opinión a los veracruzanos. No lo hizo el expresidente López Obrador –autor de este desvarío-; tampoco lo ha hecho usted ni Cuitláhuac García. Rocío Nahle tiene la disyuntiva de recomponer este entuerto presidencial o abandonarnos.

 

La declaración de la semana pasada no fue casual. Si la respuesta presidencial tenía la doble intención de avisarnos que el proyecto del acueducto Monterrey VI -a todas luces oneroso e inviable- sigue en pie y, al mismo tiempo, medir la posible inconformidad de los veracruzanos, entonces debemos asegurarle que defenderemos nuestra agua antes de que Veracruz muera de sed.

 

La propiedad federal del agua no es una patente que permita el despojo. Veracruz, al igual que Tamaulipas y Nuevo León padece de prolongados periodos de sequía y estiaje, lo que complica la vida diaria y debilita nuestra economía al reducir nuestra capacidad de producción agropecuaria.

 

Como lo dije aquí mismo hace un año al inicio de una sequía excepcional, el problema, paradójicamente, no es la escasez de lluvias sino la administración del agua. La crisis hídrica que afecta al país, se debe a su mala administración, más que a la sequía extrema, coinciden prácticamente todos los expertos.

 

Mucho aporta Veracruz al país: recursos naturales, petróleo, gas natural y energía eléctrica en todas sus formas –incluida la nuclear- sin que haya reciprocidad, para que hoy pretendan despojarnos también de nuestro caudal de agua.

 

Por cierto. ¿Ya revisaron las tarifas de la gasolina, la luz y el agua?

 

La puntita

La criminal suspensión de cirugías por falta de anestesia en el principal hospital de Xalapa y que el gobierno de Claudia Sheinbaum acepte que el abasto de medicinas está en un “momento crítico”, confirman que, en materia de salud pública, la 4T no construye su segundo piso sino un socavón. ¿Y la megafarmacia apá?

 
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