Los habitantes de Papantla no van a permitir que les impongan a un candidato que ellos no eligieron.
El pasado domingo centenares de ciudadanos salieron a las calles a exigir que se respete la voluntad popular y se reconozca la victoria de Mariano Romero González, candidato de Movimiento Ciudadano (MC) a quien le pretenden arrebatar el triunfo mediante artimañas grotescas que están plenamente documentadas.
Mariano Romero lo dejó muy claro: “No nos vamos a rajar. Papantla ya eligió y quiere que se respete su voluntad”.
El coordinador estatal de Movimiento Ciudadano, Luis Carbonell, afirmó: “Esta lucha no termina aquí. Hay una campaña permanente para defender lo que legítimamente nos pertenece. No nos vamos a dejar. No exigimos más pero tampoco permitiremos menos”.
Tanto en la elección de Poza Rica, como en la de Papantla quedó en evidencia la intención de Morena y del propio gobierno por imponer a sus candidatos, a pesar de que en ambos procesos la voluntad popular favoreció a los candidatos de MC.
Y el afán del partido en el poder de mantener la hegemonía en aquella zona no tiene que ver con intereses políticos. Se trata de un estratégico corredor dominado por grupos delincuenciales que han concretado acuerdos muy ambiciosos con actores políticos afines a Morena.
De ese tema saben mucho el subsecretario de Administración, el exalcalde de Papantla Éric Domínguez, y el magistrado Esteban Martínez Vázquez, oriundo también de aquel municipio.
Papantla es la puerta de acceso al Totonacapan, región que en los años recientes ha visto crecer la violencia vinculada a organizaciones criminales.
Para ejemplo ahí está Coxquihui.
El 29 de abril del presente año, justo cuando iniciaban las campañas por las presidencias municipales, en Coxquihui fue asesinado Germán Anuar Díaz, más conocido como “El Napo”, candidato de la alianza Morena-Verde a la alcaldía de esa demarcación.
Horas después, la Fiscalía de Veracruz confirmó los hechos, anunció que se había iniciado una carpeta de investigación y advirtió que la víctima “presuntamente” estaba vinculada a los homicidios registrados una semana antes, en los que fallecieron un hombre y una mujer.
Al día siguiente del ataque, la propia gobernadora, Rocío Nahle, salió a desmentir el comunicado de la Fiscalía, pues afirmó que no había una investigación contra el candidato recién asesinado.
“Pregunté a la Fiscalía si esta persona había sido citada, tenía una denuncia, una orden de aprehensión, no. Ni tenía denuncia ni orden de aprehensión ni nada, sino que en hechos del día 24 de abril algunas personas lo habían señalado, nada más, sin pruebas ni nada lo habían señalado”.
Un par de días después del asesinato de “El Napo”, Morena y el Partido Verde anunciaron que en su relevo entraría a competir por la presidencia municipal Ramón Valencia Pérez, hijo del finado. De todas formas, los ciudadanos de Coxquihui no le dieron su apoyo. El candidato del PAN, Lauro Becerra García, le sacó más de 20 puntos de ventaja.
Una vez que pasó la jornada electoral, cuando la gobernadora dio la cara y trató de explicar las razones de que su partido (Morena) hubiera caído tanto en la preferencia de los veracruzanos, optó por culpar a la organización política que más creció en este proceso: Movimiento Ciudadano (MC).
Acusó a sus dirigentes de “postular delincuentes” y, aunque mencionó algunos casos, en ninguno pudo demostrar que existieran sentencias firmes contra ellos, con lo que pasó por alto un principio fundamental del derecho, que es la presunción de inocencia.
Pero la realidad volvió a exhibir a la gobernadora.
El pasado domingo, cerca de las 7 de la noche, fue atacado a balazos Samuel Everardo Valencia Díaz, hermano de Germán Anuar, “El Napo” cuando viajaba en su camioneta por la comunidad Ojite de Matamoros. Recibió dos disparos, uno de ellos en el pecho y fue llevado aún con vida al hospital de Entabladero, de donde se le llevó a Poza Rica.
Desde que ocurrió el ataque contra “El Napo”, la gobernadora pidió al gobierno federal que se reforzara la seguridad en aquella región. La presencia de la Guardia Nacional fue evidente durante todo el período de campaña electoral y el día de las elecciones. Una vez que todo eso pasó, las fuerzas del orden se retiraron y los delincuentes volvieron a hacer de las suyas.
Si Rocío Nahle quiere limpiar de criminales a los próximos ayuntamientos, debería empezar por los que llegaron con el aval de Morena y respetar cada triunfo de la oposición.
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Epílogo.
Lo que no se atrevieron a decir los consejeros del OPLE, lo soltó, sin el menor rubor, la gobernadora Rocío Nahle: que la falla en “el sistema” con el que pretendía el OPLE Veracruz computar la elección judicial presentó fallas tan graves, que en el arranque del conteo un candidato ya tenía 180 mil votos. *** “Qué bueno que lo pararon”, comentó la gobernadora, quien aclaró que no importa el tiempo que se tarden en realizar el cómputo, con tal de que “salga bien”. *** Decisión acertada, la de Rocío Nahle de invitar a Igor Rojí a integrarse a su equipo de trabajo en la Secretaría de Turismo. A su paso por la alcaldía de Orizaba, Rojí demostró que tiene el pulso para entender lo que se les debe ofrecer a los visitantes.
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