Bitácora Veracruz.
Miguel Ángel Cristiani González.
 

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El Partido Verde con un crecimiento en votos a 241 mil en esta jornada
El Partido Verde en Veracruz: entre el recuento y la lección
2025-06-26

  • La política se aprende caminando el territorio y nunca se termina de aprender

  • El poder ya no se impone: se gana, se gestiona, se construye


Dice el viejo refrán que “la política se aprende caminando el territorio y escuchando silencios”. Y eso —aunque con tropiezos— parece haber sido la principal enseñanza de Edgar Herrera Lendechy, dirigente estatal del Partido Verde en Veracruz, tras su bautizo de fuego en el proceso electoral 2024-2025.


En una charla franca, sin pretensiones ni frases rimbombantes, el joven político hizo un ejercicio poco común en estos tiempos: reconoció errores, asumió responsabilidades y dejó claro que, en política, nunca se termina de aprender. Bien por él.


“Les puedo comentar como mi primera experiencia -tengo siete meses como dirigente del partido Verde- puedo decirles que aprendí muchísimo, tuve muchas negociaciones donde aprendí mucho, aprendí que no me debo dejar.”


Según el OPLE, la participación ciudadana rondó el 49%. Herrera, desde su percepción de calle, asegura que con suerte alcanzó el 35%. ¿A quién creerle? A ambos, quizá. Lo cierto es que la apatía fue protagonista. Y cuando la ciudadanía no sale a votar, el sistema entero hace cortocircuito.


Es alarmante —aunque ya no sorprendente— que las elecciones judiciales, un mecanismo pensado para acercar la justicia al pueblo, hayan sido recibidas con desinterés, desinformación o abierta desconfianza. ¿Y los partidos? En lugar de promover la participación, siguen haciendo cálculos de territorio y no de representación social.


El Partido Verde presume un crecimiento en votos: de 225 mil en 2021 a más de 241 mil en esta jornada. Un punto porcentual arriba, nada despreciable en una elección marcada por el desencanto. Sin embargo, perdió terreno: de 31 alcaldías bajó a 25. Un reflejo claro de que el número de votos no siempre se traduce en poder político efectivo.


El propio Herrera lo admite: “quedé a deber en el territorio”. Es decir, hubo campaña, hubo presencia mediática, pero faltó operación de base, trabajo fino, contacto directo. Y en política, como en el béisbol, no basta conectar hits si no se pisan las bases.


En un momento de la conversación, Herrera alude con emoción al doctor Fidel Herrera Beltrán, su familiar y figura política controversial. Defiende su memoria, agradece las réplicas periodísticas y reafirma su compromiso con ese legado.


El proceso no ha terminado. Hay impugnaciones en al menos cuatro municipios donde, según Herrera, “se perdieron por menos de 20 votos”, se quemaron casillas y hay videos comprometedores. Eso apunta a que en 2025 podría haber al menos cinco elecciones extraordinarias. El desgaste institucional y financiero que eso representa no puede seguir viéndose como algo “normal”. Si cada elección acaba en tribunales, ¿cuándo empezará a gobernarse?


Herrera también denunció amenazas, un contexto de violencia y presión, y aunque no dio nombres ni detalles, dejó una preocupación legítima: la política municipal se ha vuelto campo minado. No basta con estar en campaña: hoy se necesita también protección.


Pero no todo fue sombra. Reconoció el valor de las elecciones locales, “nos vamos por la gente, no por la marca”. Ahí sí hay aprendizaje. Porque el poder ya no se impone: se gana, se gestiona, se construye.


El Partido Verde ya piensa en 2027. Reestructuración, formación de comités, recuperación de espacios perdidos. Pero el gran reto no es sólo orgánico. Es ético. Es político. Es de fondo.


Si los partidos —todos— no entienden que ya no basta con movilizar estructuras, sino con construir ciudadanía, seguirán hablando entre ellos, mientras el pueblo apaga la televisión, cierra la computadora y no se presenta a votar.


Herrera dice que aprendió. Porque el verdadero examen no es ganar una elección. Es mantener la dignidad de la política en pie.


Y en Veracruz, tierra de grandes contradicciones y memorias largas, eso vale más que cualquier victoria de papel.


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