Padilla Farfán no sólo aparece en las auditorías y observaciones patrimoniales; también en las crónicas de la ostentación. Meses atrás, celebró su cumpleaños en el enorme rancho “San Fernando”, en el municipio de Coatepec, donde los excesos y el derroche fueron la constante principal.
A la fiesta (de la que se cuidó cada detalle) acudió la plana mayor de la política nacional. Los invitados fueron advertidos, nada de grabaciones, nada de fotos con los poderosos, sólo imágenes de los artistas, y eso si los propios anfitriones lo permitían.
Y no era para menos, Grupo Firme, Reik, Río Roma y Julión Álvarez encabezaron un cartel que durante dos días convirtió al rancho en un festival privado de lujo. Donde también hubo peleas de gallos, cenas de gala y brindis interminables, mientras en el escenario se mezclaban la música y el poder.
Y aunque oficialmente (en aquel momento) nadie quiso confirmarlo, no fue coincidencia que ese mismo fin de semana Movimiento Ciudadano realizara un evento en Coatepec; y varios de sus dirigentes fueron vistos también entre los asistentes al festejo del exconstructor fidelista.
Hoy, medio año después, el panorama cambió, las investigaciones sobre contratos, sobreprecios y desvíos alcanzan a quienes parecían intocables. El círculo financiero de Adán Augusto se desmorona al mismo ritmo que su imagen pública, envuelta entre el escándalo de “La Barredora” y su inexplicable fortuna personal, pues ni con herencias, miles de cabezas de ganado o su gran ingreso como abogado le cuadran en sus millonarios ingresos.
Mientras tanto, en Veracruz, los Yunes tampoco cantan mal las rancheras. Su capital político se erosiona, su narrativa perdió credibilidad y su estructura, antes temida, hoy luce desarticulada, sin rumbo fijo, dándose cuenta que tampoco ya no son los “intocables” que solían ser.
La situación de Adán Augusto es insostenible, sus “operadores” enfrentan auditorías y escándalos; mientras que sus “protegidos” pelean por sobrevivir políticamente.
Veremos qué es lo que pasa y en qué queda esta novela. Se pone buena.
@IvanKalderon |