Figuras y figurones.
Francisco Licona.
 

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2025-11-25

Ahora sí que se prendió la mecha y la lucha política por el poder se traslada de la mesa a las carreteras. 


La lucha por el poder ha dado su segundo paso: ha brincado de lo electoral a los bloqueos en contra de cualquier cosa, ya sean cosas viejas, nuevas, reales o inventadas. 


El economista mexicano Edmundo Flores publicó hace 75 años, uno de sus más famosos libros, en el que analizaba la situación del país que ya mostraba resultados adversos de una revolución que no había llegado al corazón de la justicia titulado “Vieja revolución, nuevos problemas”.


Hoy que se gestan extraños movimientos sociales en el país, se quiere dar a entender que los “Viejos problemas, requieren de una nueva revolución”. ¿Será? 


Sin embargo, lo que se puede ver es que se está dejando atrás la vía de las urnas y se está entrando al de la violencia, a paralizar al país mediante bloqueos y marchas muy bien orquestadas que sacan del arcón de la historia viejos y nuevos problemas guiados por líderes mezclados de experiencia y poder económico que rehúyen al diálogo. 


Eso ya se ve como la prueba más dura que enfrenta el gobierno que inició la 4T por la vía electoral y que deberá demostrar si puede o no sostenerla. 


Hoy no importan soluciones como las que se les ha dado a los productores de maíz y caña de azúcar, pues cada día surgirán otros nuevos problemas hasta que el país se incendie o se desenmascaren los verdaderos intereses de las manos que mecen la cuna. 


Hoy en varios estados -incluyendo Veracruz- hay carreteras bloqueadas que afectan la movilidad nacional, mientras sus líderes se niegan a ocupar su lugar en las mesas de diálogo y conciliación en el Congreso y el Gobierno Federal. Es decir, no se buscan soluciones, el móvil es otro. 


Curiosamente, los injustos precios a los productores del campo no los fija el gobierno, sino el sector que transforma los productos agropecuarios, pero estos están o permanecen fuera de la ecuación esperando que del desencuentro fatal salga algo mejor para ellos. Caiga quien caiga en la lucha, solo unos saldrán ganado económica y políticamente. Así ha sido históricamente. 


Y es ahí, en este nuevo panorama -quizá sin retorno- en el que se calará al actual gobierno. 


Ahora se verá su capacidad, el respaldo popular y el carácter para resolver, contener o el de ceder y doblar la cabeza ante fuerzas que desde las sombras suelen orquestar históricamente independencias, revoluciones y grandes transformaciones en el mundo: el poder del dinero.


Hay que decir que, a diferencia de movimientos anteriores en el país, las fuerzas están casi parejas, la comunicación con que hoy se cuenta no es solo la oficial, ni solo la que se maneja con dinero, y que los promotores del caos, por más que escondan la mano se sabe quiénes son, a qué grupos pertenecen y sus razones. 


¡Nada nuevo bajo el sol!


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