No hay un afán de escarnio, es un reconocimiento tácito: la mejor aportación de Rocío Nahle en su comparecencia ante el Poder Legislativo fue su actitud mesurada, que haya borrado de su discurso alusiones agresivas contra sus opositores y que haya admitido -lo que nunca se le escuchó antes- que algunas áreas de su equipo no estaban dando los resultados que ella misma esperaba.
El carácter irascible no era una novedad para los veracruzanos. Su paso por la Cámara de Diputados, lo mismo que su campaña al Senado y su gestión en la Secretaría de Energía mostraron esa vulnerabilidad de quien hoy es gobernadora de Veracruz.
“Es de mecha corta”, decían sus colaboradores, pero ya en el gobierno estatal demostró que en realidad era de “encendido automático”, esto es, que no necesitaba un motivo, por muy leve que fuera, para “encenderse” y gritarle a todo aquel que encontrara cerca.
Todos vaticinaban una tormenta en el recinto legislativo. La oposición esperaba que a cada uno de sus señalamientos respondiera de manera violenta. Hubo, incluso, una “operación” por parte de los legisladores de Morena para invitar a los legisladores más rijosos a “no provocar” la ira de la mandataria estatal.
No hizo falta. Rocío Nahle demostró que, cuando quiere, puede comportarse al nivel que implica su investidura.
¡Felicidades por ello!
Hoy son otras las quinielas. Las apuestas no son acerca de la identidad del próximo fiscal, o del primer integrante de su gabinete que presentará su renuncia “por motivos personales”. Hoy lo que se debate en los corrillos políticos es: ¿cuánto le durará a la gobernadora esa actitud prudente y conciliadora?
¿Le alcanzará ese buen ánimo para reconocer que es gobernadora de todos los veracruzanos y que deberá trabajar incluso con esos alcaldes a los que llamó “delincuentes”?
Hay quienes sugieren que ese buen ánimo le alcanzará, además, para “perdonar” a quien fuera su hombre de confianza en la administración de Cuitláhuac García, el entonces secretario de Gobierno, Éric Cisneros Burgos, a quien quizá no incorpore formalmente a su equipo, pero que le operaría asuntos “desde afuera”.
En lo que nadie se pone de acuerdo es en la motivación que llevó a la gobernadora a cambiar de forma tan radical su comportamiento. Por la razón que haya sido, lo cierto es que de muestra que está dispuesta a corregir y mejorar en los rubros en los que se muestra más vulnerable. Si esa actitud la lleva al ejercicio de gobierno, se vería normal que hiciera cambios en aquellas áreas en las que se ha visto -después de un año- que no están cumpliendo con las encomiendas que les hizo.
En todo esto, sin duda, juega un papel importante el proceso electoral del 2027. En esas elecciones jugarán un papel fundamental los liderazgos locales, en muchos casos representados por la autoridad municipal. Si desde ahora se asume una actitud hostil en su contra, lo más probable es que la población se vuelque en contra de la “aplanadora” estatal. Confrontar a la población nunca ha sido un buen negocio político.
Por el bien de Veracruz, ojalá tengamos a esta gobernadora (la de su comparecencia en el Congreso) por mucho tiempo.
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Epílogo.
Desde hace varios meses la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) denunció que varias empresas chinas han entrado al país mediante prácticas de “dumping” y exigió a las autoridades aduaneras, a Hacienda y a Economía que haya “piso parejo” para competir en igualdad de circunstancias. *** Rogelio Arzate, presidente de la ANPACT demandó que operen las mismas regulaciones y requisitos para todas las marcas en México: “no hemos visto un piso parejo. Creemos que sí debemos de tener las políticas públicas para que esto sea un piso parejo, en términos de competencia, en términos aduaneros, en términos de regulaciones. Todo esto es el piso parejo del que estamos hablando, no solamente es a un nivel y desde el punto de vista económico, sino también en regulaciones; todos debemos de estar en los mismos cumplimientos, requerimientos”. *** La industria mexicana de camiones enfrenta una crisis en producción, exportación y ventas, pues en lo que va del presente año, reporta caídas de hasta 50%, debido a situaciones como la desaceleración en las ventas en Estados Unidos, la incertidumbre arancelaria, un mercado doméstico en el que hay competencia desleal y creciente importación de camiones usados. *** Las empresas chinas de transporte pesado han implementado una estrategia de ventas a la que le llaman “comprar mercado”, bajo el esquema de reducir sus precios agresivamente para darse a conocer en México y ganar participación. *** Una unidad pesada de la marca Shacman o Foton (ambas chinas) oscila en los 2.8 millones de pesos, mientras un Kenworth (similar en capacidad) ronda los 3.7 millones de pesos. *** Además, las empresas chinas que han anunciado inversiones para plantas ensambladoras (que solo arman el vehículo con piezas chinas) no realizan manufactura (donde utilicen productos de contenido nacional y armado) y se les permite importar sin arancel, lo que genera un producto más barato que el hecho en el país. *** El gobierno de Veracruz, por cierto, en sociedad con transportistas de la entidad, ha impulsado la importación de unidades chinas.
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