Previo a los sagrados días navideños y de fin de año, cuando todo parece calmarse por unos días (todo mundo toma vacaciones y se desconecta), pareciera que en el Altiplano se están cocinando cosas raras.

El Altiplano entiéndase como la Ciudad de México, la sede de poderes nacionales: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, pero también de partidos políticos, organismos federales de gobierno, privados, etc.

Una de estas señales se dio este domingo en el congreso municipal del Partido del Trabajo (PT) realizado en Xalapa, a donde el comité nacional envió a la diputada federal petista Diana Karina Barreras Samaniego, legisladora por el estado de Sonora. Según fuentes, la sonorense vino a dar legalidad al evento realizado en la capital de Veracruz.

La relación directa que tiene con la entidad veracruzana es por su esposo Sergio Gutiérrez Luna, minatitleco de origen y también diputado federal pero por Morena, quien intentó con poco éxito quedarse con la candidatura a la gubernatura en 2024.

Si bien Sergio Gutiérrez fue de los primeros que felicitó a Rocío Nahle como la ganadora de la elección interna y ha mostrado respeto a la actual mandataria estatal, no se olvida que detrás de él hubo quienes promovieron una campaña de ataques contra la que fue candidata.

(Dichos ataques no fueron porque Sergio quedaba fuera de la contienda morenista, sino porque la llegada de Nahle arruinaba los planes de todo un grupo político ligado al viejo priato en Veracruz).

El mismo legislador también fue de los que mantuvo una campaña de apoyo al entonces exaspirante a la Presidencia de la República, Adán Augusto López Hernández. Y como ya es sabido, tanto Sergio como Adán no son precisamente del grupo con poder en el Altiplano o en Veracruz. De hecho, pareciera que son algo así como un mal necesario dentro de Morena, especialmente en el caso del senador.

Volviendo al tema de la aldea: no obstante, allá en el Comité Nacional del PT, antes de enviar a un representante de la cúpula non-plus-ultra, decidieron enviar a la diputada esposa del exaspirante a la gubernatura de Veracruz.

La decisión no fue al azar; fue con maña.

¿Qué mensaje quisieron enviar? Quién sabe, pero en una de esas el PT ya anda pensando en de plano jugársela solito y sin miedo al éxito para 2030 en Veracruz, y una de sus cartas o apoyadores podría ser el famoso “Checo” con su grupo derrotado en 2024.

Oooootra señal rara se dio en una fundación muy conocida a nivel nacional, con oficinas en la Ciudad de México.

Se sabe que un exalto funcionario del pasado sexenio, muy estrechamente vinculado con el exsecretario de Gobierno, Eric Cisneros (otro fallido aspirante a la gubernatura), platica con empresarios de la CDMX contándoles que la reciente “jugada” de “hacer llegar” a Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre a la titularidad de la Fiscalía General del Estado (FGE) es un acuerdo entre la gobernadora y el exsecre, quesque porque “ya se dio cuenta que no puede sola”.

Lo anterior, claro, es una fantochada.

¿Y qué pretenden personajes así? Pues seguir engañando con el cuento de que las cosas van a ser diferentes pronto, especialmente para los grupos que se quedaron fuera del poder: los mismos incautos que creen que la presidenta anda enojada con la gobernadora y ya piensa en removerla.

Se sabe también que esa versión del “arreglo” (especialmente en el sector de la élite empresarial, que es muy informada) sólo ha causado risas.

Pero así pasa en esto de la política en Veracruz: nunca falta un oficioso que se dice intermediario. Que para llegar al poder hay que pasar por él o que si quieres hablar con alguien “pesado”, tienes que hacerlo antes con ese “gestor”.

Por ejemplo, acá en Coatepec, usando el nombre del alcalde electo Nacho Luna andan disque haciendo gestiones, por lo que el joven coatepecano se deslindó de inmediatamente informando que él no tiene gente haciendo “bisnes” de esa índole.

El asunto es que ya hay señales raras acabando el primer año de gobierno de Rocío Nahle y justo cuando van a empezar los nuevos alcaldes.

De hecho, ya hay grupos que comienzan a asomar la cabeza, la pelona, la tatema, en aras de lo que vislumbran como un futuro promisorio en unos 5 años.

Diría Platanito: “¡Aaaay weeeeeeey!”...