“El pobre no es el que tiene poco….sino el que desea más”.
Los movimientos en falso, en la política sobre todo, no están permitidos. La inseguridad en quienes aspiran a cargos políticos está prohibida. Las conjuras y las burlas deben tomarlas como el dicho de “lo que el viento a Juárez”. Cierto que en el poder conquistado se destapan las ambiciones y en algunos casos, conocidos y cercanos, no tienen llenadera. Suman muchos de una lista de denuncias que guarda ya la PGR y que parece ser, serán ejecutadas.
El juego doble trae consigo graves consecuencias y si Fidel Herrera actuó como Virrey, porque se lo permitió el huésped en Los Pinos, de extracción panista, “el aiga sido como aiga sido”…porque ya con Peña Nieto en la Presidencia de México, los gobernadores priistas ya no tienen vela en el entierro. De alguna manera los mandatarios estatales del PRI deseaban que en San Jerónimo, residiera un ejecutivo panista. El centralismo en su apogeo nuevamente, desde hace más de 80 años, interrumpidos por Vicente Fox y Felipe Calderón, solamente.
Apenas se sienta un gobernante en la silla, sea a nivel presidencial, estatal o municipal….bueno ya hasta en las agencias municipales y el colmo: hasta en jefes de manzana, inician las especulaciones a las candidaturas, precisamente por ello, en una interesante charla entre el Presidente de México Luis Echeverría y el que se acababa de marchar de este trono de palacio nacional, Gustavo Díaz Ordaz, sentenciándole: “hay que atacar lo que se apoya y apoyar a lo que se ataca”.
Ah cabrón. Fuerte sentencia realista, práctica y efectiva. Sin embargo, la inteligencia ante el populismo de Echeverría, la astucia de Díaz Ordaz, salió a relucir al expresarle que: “Primero chíngate a quien quiera quitarte la silla, luego, a quien te la dio”. Se comenta que don Luis, a quien doña Esther lo regañaba en público, es decir, en las reuniones de palacio nacional, dijo que cuanta verdad la de su padrino político pero que las ambiciones se deben de limitar, porque es lamentable suspirar por lo que es difícil de conquistar…
Las prácticas de violencia y de abuso de poder que enseña el aparato político, los lleva a la desgracia como la que vemos y vivimos en la entidad veracruzana, ejemplifica perfectamente lo que no se debe de hacer pero que representa la naturaleza de un gobierno que abandonó a quien le hizo poderoso, heredero de todo lo que ahora desea donar como si esto fuese propiedad de él, con el solo propósito de desmantelar el carro, dejarlo, sin llantas, sin volante, sin asientos….solamente el cascarón.
Por desgracia estas prácticas que señalamos siguen vigentes, tomando el poder sobre sí mismo, rodeados de intrigas y de desleales, amantes de las loas y halagos desmedidos, incapaces de taparse con cera los oídos escuchando el canto de las sirenas que el tema mitológico señala que Ulises las venció, pero los gobernantes olvidan esta lectura valiosa, el consejo del amigo porque éstos se convierten en los peores enemigos cercanos a quien ya sintiéndose Dios, siguen escuchando el hechizo musical que devora a los infaustos que como nuestro gobernador Duarte se dejó seducir…ahora no puede ni podrá liberarse.
Si Javier Duarte creyendo en la diosa Circe hubiera acatado la advertencia, como lo hizo Ulises, otro gallo le cantaría a quien ya siente que Miyuli lo atrapa sin compasión…se desvanece al grado de parecer una figura débil y flacucha en el salón de los espejos. No siente su mandato, porque ya no existe.
Triste final de quien no entendió como heredar el trono.
Los antorchistas comentan a los ciudadanos de Coatepec, a los boleros del parque y ciertos comercios, que este fin de semana se concentrarán en el centro de este Pueblo Mágico, más de tres mil seguidores de Samuel Aguirre, del movimiento que tiene a esta ciudad en la locura, trastornos y desconcierto. No vemos solución alguna ni alguna información al sufrido pueblo de Coatepec.
Remate:
El menú de los antorchistas
Que cocinan frente a palacio:
Pollo al chilpachole y agüitas,
Arroz con plátano, potasio,
Por la noche las famosas fritas
Y el desayuno, tranquilo, despacio.
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