El problema se agudiza y dice la opinión pública, que vendrá lo peor.
Las noticias diarias que se generan en todo el territorio estatal, es de violencia y más violencia. Siguen los enfrentamientos y como consecuencia se tienen que anotar muchas bajas, tanto entre la propia policía, como entre la delincuencia que ya no se mide para nada al querer establecer sus propias condiciones.
Los últimos cuatro meses de la administración estatal, están siendo cardiacos para quien todavía tiene el mando constitucional del poder, así como para los responsables de mantener la tranquilidad en la entidad veracruzana.
Por eso, dicen que vendrá lo peor.
Sin embargo, ¿A qué se le llama lo peor, cuando ya estamos viviendo una etapa completamente difícil para todos los veracruzanos?
Bueno, quizá a la respuesta que la misma sociedad esta configurando en algunos de los espacios del territorio estatal.
Se habla y esto es bastante grave, que los pueblos, en el sur de la entidad, han comenzado por armarse, no tan solo de valor, sino también con armas verdaderas para enfrentar directamente a la delincuencia y bajar los índices de mortalidad, producto de permanentes acciones violentas.
Esto es, tal vez, lo que han llamado como acciones de la propia sociedad que ya no puede con asaltos, asesinatos, secuestros, robos y toda clase de barbaridades que se están conociendo en el ámbito estatal.
El Estado de Veracruz, esta bastante desdibujado, al grado de que pronto la violencia podría convertirse en un tema de mayor preocupación, porque si es cierta la versión de que el pueblo comienza por armarse para defenderse de las agresiones, entonces se complica mucho más la situación, porque la violencia será combatida con violencia y esto terminará por convertirse en una mera guerra civil.
Van varios años de esta situación, donde el Estado, se ha convertido en el rehén de la delincuencia, por lo que se percibe un hartazgo, también de todos los veracruzanos que no han tenido paz y que quieren trabajar honestamente en busca del sustento familiar.
La tranquilidad es por ahora, lo más anhelado en todos los rincones de la entidad. La inseguridad, ha provocado que pueblos enteros se queden sin gente y los pocos pobladores que se atreve a vivir solos, subsisten con temor.
Ya no hay gobernabilidad.
Ya no hay garantía de seguridad para los más de ocho millones de veracruzanos, que aún viven en sus pueblos y ciudades.
Los jóvenes emigran, se van, porque ya no quieren seguir viviendo en medio del terror, el miedo y las pocas oportunidades de trabajar en medio de un clima de inseguridad.
Pero, ante este panorama, la pregunta sigue siendo la misma de todos los días
¿Vendrá lo peor?
Ojalá que no sea así. Veracruz, es un gran Estado.
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HECTOR YUNES LANDA, esta empeñado en mantener su postura de aspirante, una vez más, a la candidatura del PRI, para buscar la gubernatura del Estado, ahora de seis años en el ejercicio constitucional del poder.
Se le ve todos los días acercándose a las bases, intentando mostrar su capacidad de político completo para un compromiso que vendrá en el dos mil dieciocho y que ya se encuentra a la vuelta de la esquina.
Nuevamente, la dupla de senadores veracruzanos, Héctor Y Pepe Yunes, se coloca, desde ahora, como los únicos contendientes a la candidatura.
¿Quién de los dos será?
Por un lado Pepe Yunes, ha declarado enfáticamente que no hay de otra, que el candidato a la gubernatura lo será él.
Pero, a la vez, Héctor, reproduce su intención de volver por los votos de los veracruzanos y lograr que esta vez, si logre llegar a Palacio de Gobierno.
Esta es la incertidumbre de los priistas de todo el Estado de Veracruz, porque si bien, la candidatura sería directa para Pepe Yunes, se atraviesa nuevamente el Senador Yunes Landa.
Solamente, una circunstancia política, podría cambiar el panorama político que se genera en estos días para la próxima contienda interna del tricolor.
Esta circunstancia, se basa en que Héctor Yunes Landa, sea convencido de ocupar un puesto de importancia en la federación y así, de paso, resolver el caso Veracruz, que para el Presidente de la república, ya se esta convirtiendo, políticamente, en otro dolor de cabeza, pues no todo el tiempo la soluciones vienen tan fáciles.
Pepe o Héctor, nuevamente, frente a frente, sin compromisos de ninguna especie, porque el acuerdo que existía, aunque sigue vigente, ya tiene, por ahora, otras modalidades que lo hacen diferente.
Así nada más.
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BUENA PARTE DE LOS Diputados federales, le han pedido al Presidente de la República, según se sabe, que los señores delegados federales, sean removidos de sus cargos, sencillamente, porque no han sido leales al partido, sobre todo, en aquellas entidades del país donde recientemente hubo elecciones, aparte, muy aparte de los resultados obtenidos.
Pero, que culpa tienen los delegados, cuando ninguno de los propios Diputados federales, que ahora piden su cabeza, puede comprobar, fehacientemente, que fueron más leales.
La mayoría de ellos, cómodamente, vieron pasar el tiempo.
Entonces, que nadie tire la primera piedra, cuando de sobra saben que también muchos de estos legisladores no hicieron nada y es más, puede ser que hasta se hayan prestado para confabularse en contra del mismo Partido Revolucionario Institucional.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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