Y en particular, harán efectivas las leyes que aprueban y que, en no pocas ocasiones, buena parte de ellos mismos tampoco cumplen.
Aumentan renuncias y denuncias, huidas y fugas, ingratitudes y traiciones. Siguen los escándalos y el patético “twitterismo” como forma de gobierno.
Aumentan desempleo, pobreza, hambre, sed e inseguridad.
Más y más amparos y declaraciones de supuesta inocencia.
Como siempre, intocables y reciclables se aferran a la continuidad de la impunidad.
No hay que quitar el dedo del renglón. Insistir en preguntar y recordar para no olvidar. ¿Dónde están los miles de millones de pesos desaparecidos?
Aumenta la fama. Trasciende fronteras, la pésima administración pública estatal y la injusta deuda pública creciente. Siguen auto-donaciones, improvisaciones, ocurrencias y caprichos; continua la destrucción y debilitamiento de instituciones oficiales.
PRI, otra empresa fantasma. PAN y MORENA se fortalecen para lo que viene.
El gobierno de la alternancia, asume la voluntad de cambio, se organiza y avanza.
NI CUMPLEN, NI HACEN CUMPLIR LA LEY.
No se necesita ser especialista, ni estudioso o conocedor profundo del tema; tampoco tecnócrata renombrado, o analista enterado.
Para hablar de la importancia y alcances de lo que significa combatir y erradicar la creciente ineficiencia y delincuencia gubernamental, basta y sobra con advertir y señalar, que será inútil destinar cuantiosos recursos, trabajo, inestimable tiempo y dedicación gubernamental, ciudadana y social, si no se aplica y hace efectiva la ley, a todos, todo el tiempo y en todas partes.
Sin duda, es preocupante que muchos le consideren letra muerta o costosa decoración; pero es más grave, cuando no se aplica a quienes desde distintos ámbitos de gobierno, se dedican a violarla, no aplicarla, conmutarla, rematarla, tranzarla o ignorarla.
LOS QUE ESTAN Y YA SE VAN.
Imprescindible no olvidar y tener siempre presente, que gobernar o ser funcionario público es, desde luego, honor y privilegio; pero también es ineludible responsabilidad y compromiso legal inseparable, cuando se acepta.
Importante identificar lo bien hecho, es tan poco y cuesta demasiado lograrlo.
Reconocimiento y estímulo a quienes cumplen con su trabajo. No todos en el gobierno son presuntos responsables, prófugos potenciales e impunes intocables y reciclables.
Aunque pocos, pero hay funcionarios decentes; y también, hay que decirlo, sobreviven miles de trabajadores que soportan y padecen a los malos y peores.
Lo cierto es que para la gente común y corriente, a diario y en muchas partes se comprueba, de una y mil formas, que muchos criminales de las calles están relacionados, asociados o protegidos por los delincuentes de dentro del gobierno; que los ineptos, mediocres y corruptos les ayudan o apoyan activa o pasivamente.
O que, en el común de los casos, crean o refuerzan aspectos de la reprobable cultura de la corrupción. Basta y sobra “una buena palanca”; un poco de “aceite” para que el sistema se destrabe; un “moche” oportuno, para que no se haga nada; una “mordidita”, “pellizco”, beneficio, ventaja o “lo que sea su voluntad”.
Y también, es un hecho que millones de sacrificados, se dan a la tarea de traducir a la realidad, lo que escuchan y comprueban como verdades oficiales, pero al revés o todo lo contrario.
Ejemplos sobran: no es gasolinazo, es solo ajuste de precio; los del gobierno no roban, solo aseguran los recursos; no se sobre endeudan, solo aplican “saneamiento financiero”; no caen en déficit, solo un ligero desequilibrio secundario; sin liquidez suficiente no cumplen a tiempo, reprograman y solucionan con un “mañana se paga”. Y así las mentiras e historias fantásticas de todos los días. Claro que todo con cargo al pueblo.
En fin una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace.
En mucho la ley es letra muerta, a lo sumo testimonio de buena intención.
Bien se sabe la distancia que separa al dicho del hecho.
¿Por qué si administran y gobiernan, en muchos aspectos y formas, fuera de la ley o en su contra, no hay seguimiento, verificación y seguridad de que todos y cada uno de sus actos estén basados en la legalidad?
Lo usual es que no se exija, compruebe o confirme, lo que todos y cada uno de los gobernantes y funcionarios públicos están obligados a “cumplir y hacer cumplir”.
¿Por qué no se verifica que cada uno de los electos o nombrados, cumpla todo el tiempo con lo estipulado en las leyes?
Antes de asumir la responsabilidad; durante el desempeño del cargo; y a la entrega o conclusión.
Sobre todo en Veracruz, cuando después de manejar más de medio billón de pesos, durante seis años, ahora resulta que no hay obra pública, ni para remedio; incluso, tampoco aparece la inversión productiva, que la ley exige como resultado de la descomunal deuda pública adquirida.
Y qué decir de hospitales, cínicas y construcciones oficiales, programadas y hasta presumidas con pomposos actos de “primeras piedras”, pero hasta hoy no realizadas porque no se han empezado; o no concluidas y sometidas a inexplicable lentitud y atraso.
Miles de aviadores reconocidos, empresas fantasmas, programas ficticios o suspendidos, beneficiarios inexistentes, acciones o invenciones oficiales, para asegurar supuestas comprobaciones burocráticas. Y claro, miles de millones de pesos sin comprobar.
¿Cómo asegurar, que todo servidor público cumpla con la normatividad que define y determina su cargo?
Para empezar a cambiar, es posible aprovechar la entrega-recepción y que, por acuerdo de la nueva Legislatura y del nuevo Gobierno estatal, se haga bajo una Auditoria Legal obligatoria.
Seguiremos en cumplir y hacer cumplir.
*AcademicoIIESESUV@RafaelAriasH.Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasHdez |