Escenario.
Gabriel Arellano.
 

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* La prosperidad que nos prometieron
2016-11-25

Fernando Benítez Obeso y Alfredo Ferrari Saavedra, secretarios de Salud y de Desarrollo Social, respectivamente, ya no tuvieron para dónde hacerse y admitieron frente a los legisladores y al pueblo veracruzano, el fracaso gubernamental. El fracaso de la prosperidad.


Benítez Obeso reconoció que la Secretaría de Salud de Veracruz dejará 109 obras inconclusas por un monto de 191 millones de pesos. Ilusamente, los diputados le ordenaron (sic) (¿qué su jefe no es el Gobernador?) cumplir con su trabajo y aclarar el porqué (recontra sic) de las obras inconclusas, así como abatir el desabasto de medicamentos y la corrupción en la dependencia, dar seguimiento a las denuncias derivadas de las inconsistencias en las pruebas rápidas de detección de VIH Sida, terminar los hospitales pendientes y estabilizar los pagos a empleados y proveedores, entre otros.


Un bello catálogo de buenos deseos que seguramente el doctor Hiram Suárez podrá cumplir, sobre todo cuando en la Comisión de Salud tiene a la diputada Luisa Angela Soto, encarnación viva de la corrupción en el sector Salud de Veracruz. Por lo demás, semejante número de obras inconclusas habla del abandono oficial, de la pésima administración imperante y de la indolencia gubernamental hacia el dolor humano.


En la Secretaría de Desarrollo Social, las cosas no han ido mejor. Ya se sabe lo de las empresas fantasma que allí anidaron con gran beneficio. Pero así como hubo recursos para pagarle a esas fachadas fiscales, Ferrari Saavedra reveló que entre 2010 y 2016, la Sefiplan  dejó de entregar 951 millones de pesos a la Sedesol estatal.


Esta situación nos remite a los programas para abatir la miseria y la pobreza, para brindar apoyos a la población más vulnerable, lo que, por lo visto, poco importó a quienes dispusieron para sí de los dineros del erario público. Una verdadera canallada frente a la necesidad extrema de millones de veracruzanos.


Alfredo citó que en este 2016 los recursos debieron destinarse a cuatro programas fundamentales: Mejoramiento a la Vivienda, Fomento y Apoyo a la Economía Familiar, Infraestructura Social Básica y Ordenamiento Urbano, “pero no llegó nada”, por lo que no se cumplió ningún objetivo.


Este es el Veracruz próspero que nos prometieron.


FLAVINO, A TAMBOR BATIENTE


               Con el tsunami de problemas que enfrenta, el gobernador Flavino Ríos Alvarado no descansa. Ayer fue a Tuxpan para presidir la ceremonia inaugural de las instalaciones de la Unidad Regional de Combate al Secuestro.


Allí señaló que en Veracruz, “el trabajo unido entre niveles de gobierno nos ha dado identidad y resultados; labor que redunda en que los veracruzanos tengan una mejor y mayor seguridad”, además de enfatizar que “en la Entidad se asume con toda determinación el propósito central de combatir el secuestro, misión que a partir de este día se desarrollará con mayor eficacia desde un nuevo edificio, dedicado de manera específica a la atención de esta importante región”.


El mandatario puntualizó que “de lo que se trata es de combatir uno de los delitos que más impactan a la sociedad, a las familias, y que obviamente trae muchas repercusiones en la población”.


 En esta lucha contra la delincuencia, Flavino manifestó que con acciones como ésta, Veracruz cierra filas con el Gobierno de la República para ir hacia el México en paz al que ha llamado el presidente Enrique Peña Nieto.


               En Tuxpan encabezó otros eventos y por la tarde-noche en esta capital se reunió con alcaldes para seguir analizando las posibles opciones que permitan darles una respuesta adecuada a los ayuntamientos en su demanda de pago de participaciones.


¿QUE HACEN LOS DIPUTADOS FEDERALES?


               En los momentos difíciles que vive Veracruz, brillan por su marcada ausencia los diputados federales, básicamente los priistas que tanto se han ufanado de constituir la segunda bancada más  numerosa en el Congreso. De lo único que han dejado constancia hasta hoy, es de que esa voluminosidad no se corresponde con peso político. Menos ahora, que su hacedor está en desgracia.


               En realidad, en nada le han servido estos diputados a los veracruzanos, porque carecen de la fuerza necesaria para influir en decisiones que favorezcan a Veracruz. Ni siquiera pudieron defender los recursos presupuestales para el 2017.


               Lo más que han hecho es pagar caras inserciones en periódicos para abogar por sus intereses de grupo, especialmente porque varios de ellos se saben involucrados en el saqueo perpetrado contra el erario público estatal. De verdadera valía para Veracruz, nada han aportado. Ni aportarán.


NUMERALIA


1.- Los economistas Daniel Romero, Martín Blázquez y Humberto Emiliano Flores sostienen una propuesta al Congreso local para que la medalla “Adolfo Ruiz Cortines” le sea otorgada post mortem al ex rector Roberto Bravo Garzón, uno de los más brillantes impulsores que ha tenido la Universidad Veracruzana. Sería un reconocimiento bien ganado por quien instrumentó el mayor desarrollo que ha tenido en alguna época nuestra máxima Casa de Estudios.


2.- Finalmente, triunfó la cordura y se hizo un acto de justicia con la entrega, ayer, de la Medalla Belisario Domínguez en grado post mortem a Gonzalo Rivas Cámara, conocido como el “Héroe de la Gasolinera” quien con su acción evitó una tragedia en Chilpancingo, Guerrero, el 12 de diciembre del 2011. Qué bueno que se atajó la demagogia perredista que se opuso a este reconocimiento en aras de que se criminalizaba a los estudiantes de Ayotzinapa. La pregunta para el PRD sería muy sencilla: ¿incendiar una gasolinera no es un acto criminal venga de quien venga?


3.- La nueva titular de Sefiplan, Clementina Guerrero, dice que está cuadrando cifras y a la espera del apoyo del gobierno federal para sortear la crisis. ¿Qué le dirían a ella aquellos que fustigaron tan groseramente a Antonio Gómez Pelegrín? No es defender a nadie. Sencillamente es reconocer que la situación es desastrosa.


4.- El colmo: la familia de Harry Grappa, uno de los grandes beneficiarios de la prosperidad, demandó al gobierno estatal porque le debe dinero. Como dijo aquél: no tienen llenadera. Y la cereza del pastel la puso el mismo Harry, en su comparecencia ante diputados, ayer, al admitir ser uno más de los afortunados propietarios con una casa en Woodlands Country Club, situada en Houston, Texas. El nidito de los que saquearon Veracruz.


5.- Si no fue Tomás Ruiz, entonces ¿quién prendió la licuadora en Sefiplan?


               gabrielarellano_hechos@yahoo.com.mx / www.revistahechos.com.mx

 
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