Esta es la historia.
Tras la renuncia de Tomás Ruiz a la titularidad de las finanzas públicas resultante del sospecho destino de las maletas con 35 millones de pesos incautadas por la PGR en el aeropuerto de Toluca a empleados de Sefiplan, que produjeron además la renuncia del tesorero Vicente Benítez, Javier Duarte se planteó la urgencia de allegarse dinero para las campañas electorales.
Requería disponer de efectivo para la compra del voto para los comicios intermedios que se avecinaban de cara al inusitado crecimiento panista.
Es por ello que tras el relevo de Tomás Ruiz, el amigo de Duarte y “delfín” para la sucesión del 2016, Salvador Manzur tomó, con la venia del jefe, la decisión de arrancar la recaudación con empresas fachada -como las de Oaxaca de Pepe Murat- con cargo al presupuesto de comunicación social.
En ese esquema Comunicación Social no podría intervenir, autorizar o incluso darse por enterada al estar impedida, por ley, a disponer del presupuesto.
El tema, sin embargo, ha sido motivo de señaladas precisiones de parte del dos veces titular del área Alberto Silva, quien ha declarado que él nada tiene que ver con las “Empresas fantasma ni en tiempo –ya que sucedió en los periodos de Gina y Pavón- ni en la circunstancia jurídica, acaso solo mediática, ya que no hay denuncia alguna radicada mi contra de parte de la PGR”.
Pero regresando al punto.
Esa fue la primera acción financiera exitosa ideada, autorizada y firmada durante 2012 y 2013 por el secretario de Finanzas, Salvador Manzur, tras abrir las puertas al cobro de millonarias cantidades por supuestos servicios de inexistentes proveedores de campañas publicitarias y construcción de imagen pública.
Es por ello que en un primer jalón, aparecen en el escenario de los negocios con ganancias millonarias las empresas “Publicidad Akkira SA de CV, con 59 millones de pesos”; “Carrirey SA de CV, con 42 millones 173 mil pesos; Morgarver SA de CV, con 73 millones; el “Grupo Balcano SA de CV” con 68 millones 294 mil, y “Anzara SA de CV”, con 54 millones 640 mil pesos.
En ese arranque se pagaron a 18 empresas la cantidad de 383 millones 187 mil pesos en el periodo 2012-2013.
En la documentación de Bancomer aparecen borrados algunos cheques y en el listado de las empresas aparece un rubro denominado “traspasos a terceros” por 3.5 millones de pesos. Asimismo en el concentrado de acreedores se cita a empresas periodísticas escondidas en una razón social inocua.
Así, ante el inusitado éxito del negocio, sin investigación de por medio de parte de las instancias correspondientes –Orfis y la Comisión de Vigilancia del Congreso del Estado y la complicidad de la Contraloría General- se gestaron 600 empresas fantasma nuevas esta vez con la venia del Contralor Iván López Fernández, según consta en el oficio CG/1349/2013 en donde se avala un movimiento de mil 74 millones de pesos y otro más por 252 millones de pesos vía créditos de Banobras entregados a empresas fantasma.
Y como el presupuesto de Comunicación Social resultaba insuficiente, acudieron a la gestación de una licuadora a donde llegaban los recursos federales vía participaciones para municipios, créditos bancarios de Banobras para obra pública que nunca se hizo, recursos etiquetados para salud, educación y seguridad pública y los mismos fondos de los pensionados.
¡Duarte vivía en un mundo feliz!
Jamás pensó que se descubriría el entramado en ese mar de dinero vía empresas fachada que además estaban legalizadas ante notarios públicos venales aliados que jamás han sido investigados y menos notificados a pesar del listado que los ubica y responsabiliza.
El 5 de mayo del 2013, sin embargo, el proyecto de la licuadora fantasma se testerea al tropezar su artífice Salvador Manzur por infidentes grabaciones sobre compra e inducción del voto que provocan su renuncia, pero… el negocio tenía que seguir.
Así, en 2014, 2015 y 2016, con la firma de los cuatro siguientes secretarios de finanzas, Carlos Aguirre Morales, Fernando Charleston Hernández, Mauricio Audirac Murillo y Antonio Gómez Pelegrín, todo fue coser y cantar.
Sobrevinieron, sin embargo, en este 2016 trágicos acontecimientos que cambiarían la vida y destino de Javier Duarte al producirse la derrota del PRI con la consecuente pérdida de la gubernatura y el Congreso local en junio y el intempestivo destape de las empresas fantasmas tras una investigación periodística del portal “Animal Político”.
La Infidencia.
Una oficina de ORFIS, cuya fuente se reserva este espacio, desliza a este reportero un primer legajo sobre las primeras 18 empresas fachada del régimen de Duarte, en las que se incluyen nombres de las empresas, concepto del “producto” o servicio –no entregado- y destinos de los dineros públicos.
En realidad fueron cheques, emisiones y transferencias de Bancomer por un staff cercano, cercanísimo, a Javier Duarte que laboraba en la misma “Casa Veracruz”, para trasladar el efectivo en las legendarias cajas de huevo a la ciudad de Córdoba desde donde se manejaba ese tipo de ingreso en símil a una licuadora familiar.
Desde ahí se distribuía para atender los requerimientos inmobiliarios, pagos a cierta prensa – aun cuando al final quedaron a deber 114 millones a AZ, 170 millones a Othón González, 70 millones a Luis Rodríguez, 35 millones a Marcha, 18 millones aparte de los 45 millones que se pagaron a Avanoticias, etc- y cesó incluso el patrocinio a las empresas editoriales de la familia Duarte-Macías.
El legajo, en poder de este reportero, a partir de su publicación queda a disposición de las autoridades estatales y federales correspondientes en el cual consta que tocaría a Bancomer, por orden de la Secretaría de Finanzas, pagar millonarias sumas.
Primeras empresas fantasma beneficiadas:
Centro de Recursos de Negocios (Folios 000327730; 000329752; 000330261; 000330346; 000330488; 000319189) por un total de 9 millones 442 mil pesos. Morgarver SA de CV (Folios 000332176; 000332886; 000001149) por un total de 73 millones 80 mil pesos.
Grupo Balcano SA de CV (0003110348; 00031049; 000315967; 000310468; 000310469) por un total de 33 millones de pesos. Anzara SA de CV (Folios 000310348; 000310349; 000310350) por un total de 34 millones. Perfraco SA de CV (folios 000310356, 000310357, 000315970, 000310475, 000310476) por un total de 27 millones.
Otras mas:
Cymaned SA de CV, 22 millones; Abastecedora Romcrum SA de CV, 5 millones 795 mil pesos; Cymaned SA de CV, 26 millones de pesos; Carrirey SA de CV, 42 millones; Desarrolladores Mercalim SA, 11 millones; Ravsan Servicios Múltiples SA, 5 millones 798 mil pesos; Rinoxa SA de CV, 5 millones 690 mil pesos; Marvercarr SA de CV, 34 millones de pesos; “Traspasos a Terceros” (rubro no identificado por tres millones de pesos) y Publicidad Akkira SA de CV, 59 millones 484 mil pesos, escondida en una empresa periodística.
El gran total es por 383 millones 187 mil 589 pesos con 39 centavos con fecha de arranque del 4 de septiembre de 2012. La última empresa fantasma a la que se transfirió dinero tiene fecha de registro el viernes 3 de junio de 2016.
Toda una aventura millonaria que en este invierno del Duartismo llevará a la cárcel a 69 cómplices.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |