Hablar del maestro Zúñiga es comentar por horas de un trabajo ampliamente reconocido en todos los niveles de clase política; culto, grandes dotes de orador, pero además de una labor conocida como uno de los hombres más dedicados a la creación de centros educativos. Recientemente, el maestro Zúñiga también dio apoyo e impulsó el Plan ARES para estudio y exploración del planeta Marte, donde científicos veracruzanos participan activamente. Su muerte fue una de las más sentidas en Xalapa.
El problema es que de todo esto no se acordó el gobernador Yunes Linares y se fue de trompa al menospreciar a la UPAV por el simplemente hecho de estar ligada a su enemigo Javier Duarte, y se aventó unas bonitas joyas declarativas que a la vez se convirtieron en el primer pitorreo de su administración.
Y es que desde campaña, Yunes Linares estuvo muy entrón con la idea de que la UPAV tenía que desaparecer e incluso aseguró que de ganar la gubernatura no apoyaría a la Universidad Popular Autónoma de Veracruz, como lo dijo en la Mesa de Diálogo “La Educación Superior Pública en Veracruz; hacia una agenda de compromisos y acciones”, llevada a cabo en abril.
Más recientemente acusó que la UPAV de emitir certificados sin validez y hasta la calificó como “un engaño para la gente”
“La UPAV ha emitido más de 100 mil certificados; por ejemplo, en Sinaloa hay 10 mil personas que tienen certificado de la UPAV. Eso no puede ser, lo tenemos que evaluar, no estoy dispuesto a que la UPAV sea un engaño a los veracruzanos; si queremos alternativas de estudio, hay que generar alternativas de estudio superiores, de buena calidad, ciertas, que no engañen a la gente”, expresó.
Posteriormente le bajaría dos rayitas al discurso, reculó al plantearse que se revisaría todo y se reestructuraría a la UPAV, pero no desaparecería.
Ayer el alcalde Américo, durante su informe de gobierno, tuvo la oportunidad para defender uno de los legados de su padre que desde un inicio atacó Yunes Linares con harta estridencia; dar una cachetada con guante blanco para recordar que el maestro Zúñiga Martínez tiene un amplio reconocimiento entre la comunidad intelectual, académica y estudiantil, precisamente por su compromiso con la educación.
En ese mismo tenor, también perdió el chance de dar un mensaje fuerte, institucional y político: que si bien hay diferencias de opinión puede haber acuerdos en el marco del respeto a las autoridades instauradas y no por mero sometimiento. De que urgen a Veracruz tiempos de resolver y no de insistir en culpar al pasado, como ha sido la tónica en los últimos discursos de Yunes.
Américo en sí tuvo también en sus manos la oportunidad de consolidarse como líder de alcaldes de la entidad, como cuando encabezó las movilizaciones de éstos (en su mayoría del PRI) para exigirle al Gobierno de Veracruz los pagos pendientes que le retuvieron durante casi todo el sexenio. Fue el orador principal, por ejemplo, en Casa Veracruz cuando se reunieron con el gobernador interino Flavino Ríos Alvarado el 31 de octubre; posteriormente encabezó la marcha de presidentes municipales en la calle Reforma de la Ciudad de México.
Pero ayer Américo, al invitar a Yunes Linares, no se dio cuenta que lo único que logró es que el gobernador lo opacara y literalmente ya lo eliminara del mapa político: que se ve ahora como un alcalde más que cayó bajo el embrujo del Yunismo.
Al joven Américo también se le olvidó que el hijo del gobernador, su homólogo de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, lo llamó “farsante” precisamente por haberse reunido con Flavino “para hacerle el juego al Gobierno saliente… Zúñiga Martínez fue a doblar las manitas por un mes de pago en lugar de exigir lo que les corresponde”.
Qué pena por Américo porque el alcalde de Xalapa había ganado bonos como líder estatal de alcaldes, pero además como una de las figuras jóvenes del PRI con amplias posibilidades.
Lo dicho: penita ajena.
EPÍLOGO
Otros comentan que, siguiendo la tradición de hacerle al policía chino, Yunes Linares tenga apretado a Américo con algún tema personal, porque de otro modo no se entiende porque hasta de su gran amigo, el senador Pepe Yunes, se ha deslindado. Esa amistad, heredada de los padres de ambos, también ya se desvaneció.
OTRO EPÍLOGO
Vaya a ver la nueva película de Star Wars. Está bien chida. Seeeee… |