En otro de los puntos este Consejo anónimo acusa como “incalificable amenaza” el hecho de dar de baja a los alumnos que, como dicta el reglamento escolar, no puedan cumplir con sus documentos originales para demostrar su matrícula. ¿Pues qué esperaban? ¿Se siente amenazada una persona cuando en algún trámite le solicitan los documentos originales para constatarlos con las copias? Ah, pero este Consejo anónimo califica este requisito, como una “amenaza incalificable”.
Otro de los puntos que se señalan que también se amenaza con dar de baja a los alumnos que no puedan cubrir adeudos anteriores a cuatrimestre en curso. Nuevamente, ¿dónde está la amenaza de solicitar que se cubran los adeudos, sí, adeudos. Solicitar esto a los alumnos es enseñarlos a hacerlos responsables, no es parte de una campaña de terrorismo; terrorismo es lo que algunos directores están llevando a cabo contra los alumnos al manipularlos con este tipo de discurso falaz.
¿Cuál es el verdadero punto aquí? ¿Por qué sacar a los alumnos al frío a manifestarse? El punto es la resistencia al orden, la resistencia a rendir cuentas claras, la resistencia a una reingeniería que terminaría beneficiando a los alumnos al brindarles educación de mejor calidad.
En las pocas semanas que lleva la nueva administración de la UPAV ha encontrado un número importante de anomalías y atropellos que los directores llevan a cabo en contra de los alumnos a quienes además de cobrarles una inscripción y el pago trimestral o cuatrimestral por sus estudios, también piden cuotas injustas por mantenimiento; en algunos casos los directores abusivos piden 200 pesos mensuales por alumno. Si un plantel tiene 150 alumnos y se piden 200 de mantenimiento, estamos hablando de 30 mil pesos mensuales que se reparten, pero finalmente el mayor monto queda en el director. Pero hay planteles con cerca de 500 alumnos y por supuesto esas cuotas no son auditadas.
Se requiere orden en la UPAV, ya surgió el caso de los 100 mil certificados que de manera irregular se vendieron a 100 mil alumnos en otro estado. 100 mil certificados que tenían un costo variable que iba de los 3 mil hasta los 5 mil pesos, lo que podría significar una ganancia de alrededor de 400 millones de pesos. ¿Dónde quedó ese dinero? ¿Quiénes se lo robaron? ¿Cuántos ranchos se compraron con esas ganancias? ¿Cuántos viajes a Nueva York se costearon? Las investigaciones sobre ese desfalco siguen su curso y por supuesto los implicados, entre los que se encuentra el hijo de una magistrada y un exfuncionario del área de Bachillerato de la UPAV, serán llamados a cuentas.
Son muchos los interesados en que las investigaciones no avancen, son muchos los interesados en detener el orden, porque en el desorden es más viable robar. Es por ello que algunos se resisten, es por ello que son capaces hasta de manipular a los mismos alumnos. Pero si lo piensan hacer, al menos tomen un curso de redacción antes. ¡Qué pena que sus alumnos vean con que pobreza literaria se expresan hasta para hacer un reclamo!
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com
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