Jamás dieron por válida la hipótesis de que ante el embate de la izquierda y el choque entre Andrés Manuel López Obrador urgente revivir una nota vieja, actualizarla, ponerle el tinte dramático, involucrar –o lucrar- con el cáncer infantil y distraer a la opinión pública.
Ni hablar. Dice Pepe Yunes que quien no quiera calor que no se meta en la cocina.
Sin embargo habría que insistir en los claro oscuros.
Al inicio de la semana en curso el gobernador Yunes Linares detonó una bomba.
Dijo que en la batalla contra el cáncer infantil por parte de la Secretaría de Salud “lo que suministraba a los niños en vez de quimioterapia era un compuesto inerte…”.
Eso, dijo, arrojaron los estudios de laboratorio y cita un fármaco, Avastín (BEVACIZUMAV de 400 miligramos) de Roche, medicamento clonado detectado por primera vez en 2010 cuando una enfermera reportó que en un frasco de “Avastin” había impurezas.
Junto con pegado vendría el madrazo político cuando se denuncia que el proveedor es familiar del diputado federal Jorge Carvallo Delfín, quien “presuntamente” ya es investigado por la PGR. “Si es así, soy el primero el colaborar a la indagación”, atajó más rápido que aprisa el legislador.
El problema, sin embargo, cobra un matiz diferente cuando en CECAN, Centro Estatal de Cancerología en la voz de la doctora Norma Patricia López Pretelín niega la muerte de niños “por recibir medicamentos oncológicos falsos”.
Ello desata la polémica en las redes.
Benito Navarrete, un líder de opinión en las redes sociales y presuntamente experto en el tema, pregunta si el gobierno del estado está seguro que murieron niños por esa aberrante acción. Con argumentos subraya que el medicamente que denuncia el gobernador, que provocó la supuesta muerte de mil niños, existe, pero éste (Avastin) no se utiliza el tratamiento del cáncer infantil.
“Me llama muchísimo la atención –escribe- el uso de niños en la noticia ya que el fármaco –Avastin- es para tipos de cáncer cuya incidencia en niños es nula y solo dos tipos de incidencia 1 en 1 millón de casos”.
Y agrega:
“Por otro lado no se cita que sí, muchas mujeres pudieron verse afectadas con el cáncer de mama y otros pacientes con cáncer pulmonar y renal. En realidad creo que a las autoridades igualmente les hubiera importado un bledo la edad o género ya que su ambición es enfermiza y desmedida… Y es que ¿por qué incluir a los niños? No es tan ruin usar la noticia políticamente como el acto mismo. Eso no es plausible”.
En el mismo debate en las redes sociales Salvador Medina se anota el “¿Qué cree usted?, que ya le cambiaron el nombre al fármaco de la denuncia –Avastin- y volvieron a errar, ahora pusieron Herceptín, un fármaco que se usa aún menos en niños (mama y estómago) y por cierto si es el Secretario de Salud (Arturo Irán Suarez Villa) quien asesora en esto regrésenlo a la Universidad. Presume sus posgrados en Birmingham, pero ser médico de escritorio no deja nada nuevo”.
¿Qué lección deja todo ello?
Pues la de siempre. Buscar un elemento distractor, inflarlo como globo de cantoya, ocupar las primeras planas de los diarios, ganar notoriedad a nivel estatal, nacional e incluso internacional y a lo que sigue: ya mañana si se equivocaron, usaron mal los términos, o incluso, la noticia fue sesgada o tergiversada de origen, el palo está dado, el objetivo cumplido y a seguir explotando el tema Duarte que lleva dando buenos réditos al señor Yunes Linares desde hace más de seis años.
Habrá que insistir, sin embargo, que el azul seguirá pintando de azul cuando se hable con verdad y honestidad. La sociedad civil está muy vigilante, despierta y ya no se traga cualquier Avatin.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |