Jorge Winckler Ortiz acaba de añadir una característica más a su hasta ahora desastrosa función como Fiscal General del Estado de Veracruz: No cumple ni con las reglas que él mismo pone.
El Fiscal se metió en una discusión con los reporteros de la fuente policiaca después de que prohibió a todos los funcionarios que dieran información a la prensa.
¿Porqué?
Nunca explicó la razón de su actuar.
Pero después de una carta reclamatoria firmada por 87 reporteros (bajo el argumento de presunción de inocencia, tienen este carácter hasta que se demuestre lo contrario) , la Fiscalía sacó un boletín titulado “En Veracruz impera el ejercicio de la Ley/ Se cumple y se hace cumplir la garantía de presunción de inocencia: FGE”, en el cual, bajo ese sólo argumento acusa a los reporteros reclamantes -de manera implícita- de buscar que se otorguen “beneficios no deseados a probables delincuentes y que dejen en estado de vulnerabilidad y culpabilidad a la procuración de justicia”.
¿Cómo puede un reportero generar con su trabajo que se otorguen “beneficios no deseados” a “probables delincuentes”?.
Pues bien, Jorge Winckler, se apega a un ordenamiento hasta ahora desconocido en su aplicación en el estado de Veracruz, la “Guía de actuación para la Comunicación Social en el Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio” (las altas y las bajas corresponden a la grafía usada en el documento original).
La susodicha Guía se hizo para “establecer los criterios” que deben seguir los servidores públicos para la adecuada Comunicación Social “en la difusión de información e imágenes vinculadas con la prevención del delito y procuración de justicia”.
Pues bien, hasta ahora nunca nadie había dicho que esta “Guía” estaba en funciones.
A ver, que demuestre el Fiscal que anunció en algún momento que se iba a aplicar la Guía.
Pero bueno, el mismo documento apunta que la información sobre estos temas se puede proporcionar “salvaguardando la intimidad y privacidad de las personas, sin que ello represente una restricción a la libertad de expresión”.
O sea que la Guía rechaza la censura previa que Winckler quiere manejar en la Fiscalía
Y Winckler Ortiz sí está restringiendo la libertad de prensa.
Por eso es que la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas (CEAPP) tomó el caso y comenzó a formular un “procedimiento de atención” por el reclamo.
La Guía no dice que se debe ocultar información, si no que, por el contrario, establece hasta “Criterios a seguir para la Comunicación Social por las Instituciones de Seguridad Pública en el marco de sus atribuciones”, para “no invadir esferas, evitar discrepancias y divulgar información errónea”.
En este sentido se apunta que “La investigación: corresponde a la o al Ministerio Público y a las policías, las cuales actuarán bajo la conducción y mando de aquél en el ejercicio
de esta función”.
Así pues Jorge Winckler en lugar de prohibir que se de información en las agencias del MP y demás instancias de la Fiscalía, y de la Policía Ministerial, lo que debe hacer es regular el flujo de información… conforme a ésta Guía, si quiere, incluso.
Pero a él no le interesa cumplir con esta norma, que él mismo fijo como la rectora.
Si tuviera interés en la observancia plena de la Guía, para comenzar ya hubiera nombrado a un “vocero” de la Fiscalía, y que por ende éste se encargaría de ordenar todo lo relativo a comunicación social.
Los “Criterios” son el punto 5 de la Guía, y ahí, en el inciso b) (que está en la página 11) se habla de “designar” a un vocero encargado “de difundir la información oficial de la Institución”.
Pero el puesto no ha sido ocupado.
Por eso ni siquiera siguen la norma en la emisión de boletines que la misma Guía plantea.
Jorge Winckler escuchó cuando el gobernador Miguel Ángel Yunes dijo que no habría enlaces de prensa y dejó el cargo vacío. Lo que no ha escuchado, o no ha querido entender, es que la Fiscalía es un órgano autónomo del Poder Ejecutivo.
Por eso cuando Elías Assad Danini, el coordinador de Comunicación Social del gobierno de Miguel Ángel Yunes le dijo que no contratará a nadie, así lo hizo y dejó el área descuidada por completo.
Es lo malo de carecer de una visión de cómo llevar la comunicación social de un gobierno y pensar que con sólo un boletín todo estará resuelto.
De verdad, cada día me extraña más la notoria diferencia entre lo bien llevado de la comunicación social de la campaña de Miguel Ángel Yunes y lo desordenado e ineficaz de los boletinazos del gobierno del estado.
Pero en fin.
La misma Guía le está diciendo a Jorge Winckler que carece de razón en sus afirmaciones y le da lineamientos generales de cómo llevar esto de la comunicación social, que además es algo que debe hacerse en todo el estado.
La “costumbre” en anteriores administraciones era que los agentes del MP, los jefes de la Policía Ministerial, eran los que proporcionaban la información de manera directa a los reporteros.
Si Winckler ya no quiere que esto ocurra, que instrumente un real y eficaz aparato de comunicación social para la Fiscalía y sus dependencias.
Y tiene que ser para ya, para hoy.
Pero Winckler sólo quiere que le echen loas, y si no es así, se molesta, como lo hizo con Natalia González, que el 1 de febrero tuiteo “Otra mal día para la @FGE_Veracruz” y por eso buscó estigmatizarla llamándola “periodista del PRI”.
Winckler con esto contravino la Guía a la que ahora alude.
Contrario a la idea primitiva y de ostracismo de que informar a la población es un gasto inútil y dilapidante, la comunicación social bien llevada es un acto de gobierno que da gobernabilidad y credibilidad social.
Por eso, cuando vean el deterioro acelerado que tiene la imagen del gobierno del estado no le echen la culpa a los que ya se fueron, mejor párense frente a un espejo y encaren sus errores.
Los místicos de grandes miras saben que la comunicación social bien llevada es un muy redituable.
EL PRI, NO TIENE QUIEN QUIERA SER CANDIDATO. En el PRI de Veracruz hoy ocurre un fenómeno inédito: Le está costando trabajo encontrar candidatos para las presidencias municipales.
Además esto ocurre porque Renato Alarcón, el nuevo presidente del comité estatal, no le inspira confianza a ningún grupo y nadie quiere hablar con él en serio.
Lorena Martínez, la delegada del PRI nacional, no conoce a los actores locales y muchos quieren sorprenderla.
Entre los dos no se arma un real y verdadero dirigente para el PRI estatal.
Hay muchos que se acercan y ofrecen ser candidatos, pero piden las perlas de la virgen.
Otros llegan y dicen que pueden ser los candidatos y que cubrirán todos los gastos, pero quieren ser ellos quienes armen la lista de regidores, para asegurarse de que alguien de su grupo llegue a una posición de ese tipo.
Otros se paran en el reflejo de lo que creen fueron sus glorias pasadas y afirman que la población los seguirá como si fueran el flautista de Hamelin, por las buenas obras que hicieron cuando fueron alcaldes.
Un caso paradigmático (terrible para el PRI y para su aliado el PVEM) es Xalapa, donde no hay alguien con reales posibilidades de triunfo que quiera ser candidato.
Ricardo Ahued, recordado por muchos por haber hecho una muy buena gestión municipal, no quiere postularse.
Dos de sus argumentos para negarse son que “luego” quieren que él pague toda la campaña, y que a la hora de conformar gobierno todos quieren que les de un puesto.
Está es una de las graves deficiencias que está sufriendo el apabullado PRI
El negocio de venta de candidaturas se desplomó.
Los místicos ya no quieren gastar y los que aspiran a escalar, quieren hacerlo sin gastar. |