“No hacían nada de provecho, no trabajaban en nada; eran auténticos Ninis”, nos comentan.
El padre de este par hizo dinero a la sombra del líder petrolero Roberto Ricardez Orueta, y gracias a ello se hizo propietario de una purificadora de agua, una pastelería y una boutique que después se convertiría en un hotel. Esto le permitió mandar a sus hijos a estudiar a Guadalajara.
Pero la suerte se acabó.
Cuando el sindicalismo petrolero comenzó a mermar, con él mermó la fortuna y el patrimonio del señor Torruco. Las estrecheces le pegaron duro a la familia y más cuando sobrevivían sólo con la pensión del padre.
Fue ahí cuando Alejandro, un cuarentón soltero y desempleado que vivía en la casa de sus padres, vio la oportunidad de meterse a la política y se enroló en el PAN donde un buen día, y la falta de un candidato mejor, lo postularon a la alcaldía de Agua Dulce… y perdió. Pero el PAN insistió y para el periodo 2011-2013, el Nini ganó.
Apenas tenía unos meses en el cargo cuando la purificadora, que estaba a punto de quebrar por haber reprobado las pruebas de calidad e higiene, se recuperó. El hotel fue remodelado y hasta alcanzó para poner una gasolinera en las afueras de Agua Dulce.
Además, el flamante alcalde hizo modificaciones a la casa de sus padres, mientras su hermano Ernesto (Neto para los amigos), se construyó una residencia; todo con cargo al erario. Y es que por tres años, la chamba la hizo el personal de Obras Públicas del Ayuntamiento.
También aprovechó el puesto para nombrar a Ernesto, Jefe de Compras del Ayuntamiento, desoyendo las protestas de varios miembros de la comuna.
Nos dicen que el gobierno de Alejandro fue desastroso; tan es así que en la siguiente elección municipal el PAN no ganó ni una regiduría. Y es que la inseguridad creció y la deuda del municipio también. Sólo en el IMSS el alcalde dejó un adeudo de 2 millones 452 mil 91 pesos, entre otros débitos.
El descontento por el desvió de recursos fue tan grande en Agua Dulce, que se pidió una investigación contra Alejandro Torruco, pero hasta el momento no ha sido llamado a cuentas.
A pesar de su pésima imagen, Alejandro quiso ser legislador local y federal y en ambas ocasiones sus paisanos lo batearon. Pero el pasado 20 de diciembre fue nombrado Director de Educación Tecnológica en el Estado, con lo que aseguró su futuro económico.
Dicen los que saben que ser director de un Tec es más redituable que ser alcalde de cualquier municipio. Y Alejandro es director de todos los Tecnológicos de Veracruz, así que… imagínate, lector.
Eso sí, no ceja en su empeño por seguir ejerciendo el poder municipal y ahora pretende hacerlo mediante su hermano Ernesto, al que está promoviendo como precandidato del PAN a la alcaldía de Agua Dulce.
El problema es que Ernesto va abajo hasta en las encuestas del mismo PAN y si Alejandro se obstina en ponerlo como candidato, estaría abriéndole las puertas a quien resulte abanderado de Morena. Entre otras cosas porque durante su adolescencia, Andrés Manuel López Obrador vivió en ese municipio y es conocido por todos.
“Hay dos cosas que no haremos este 4 de junio en Agua Dulce: No votaremos por el PRI porque nos dejó sin trabajo. Y si Janyo se empeña en candidatear a Neto, tampoco votaremos por el PAN porque no queremos que nos sigan robando. Nuestra opción sería votar por Morena, sea quien sea el candidato”, me dijo este fin de semana un amigo de aquel municipio.
El caso de Alejandro y Ernesto Torruco, es otro ejemplo del poder caciquil que siguen ejerciendo las familias en varios municipios de Veracruz.
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