En la opinión de:
José Lima Cobos.
 

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Justicia onerosa; jueces y magistrados, mediocres
2017-03-06

En el nuevo sistema penal acusatorio-adversarial que, aunque tarde, México ha adoptado con el código nacional de procedimientos penales que se aplica en todo el país, nos vamos a encontrar con muchas novedades, por ello, se afirma, sin hipérbole, que pasarán muchos años para que nos acomodemos adecuadamente y podamos presumir que existe ya una nueva etapa en la vida jurídica, entretanto, el ensayo y el error provocará que se sigan cometiendo muchas injusticias. Esto se verá pronto y sufriremos la peor de las decepciones, no por el atraco cometido a ciencia y paciencia de las autoridades locales y federales, porque será más grande el cacaraqueo de la gallina que el huevo que vamos en engullirnos, porque los resultados serán catastróficos.


Ello será así, si se observa que venimos de un sistema anquilosado en que, el debido proceso, la presunción de inocencia, la tortura, en síntesis, la violación a los derechos humanos no eran tomados en cuenta, y si el mismo artículo primero constitucional hablaba de que otorgaba derechos a los ciudadanos cuando éstos eran intrínsecos al individuo por el siempre hecho de haber nacido, algo natural, las fuerzas reaccionarias, como siempre viven en el oscurantismo.


Ahora, de manera notable ha variado ya que no se habla de que la Constitución otorga derechos humanos y garantías sino que los reconoce, lisa y llanamente, y más aún, ahora también están los tratados internacionales firmados por nuestro país, más garantistas, que no serán más poses de efectos políticos sino de consecuencias reales, puesto que si un Estado no los respeta, la condena es de un tribunal internacional que podría ser, la corte penal internacional –estatuto de Roma– o la Corte Interamericana de Derechos Humanos, sólo por mencionar unos de los tantos organismos que están alertas para atender esas controversias, y más para terminar con la corrupción que es lo que tiene en la miseria al pueblo.


México, ya ha estado en el escaparte del mundo por los cientos de violaciones, así lo han expresado ONU,OEA, CIDH, cometidas, y cada día pierde más autoridad moral en el concierto de las naciones, tanto para defender al país de los embates extranjeros, como de las agresiones internas motivadas por la incapacidad de la autoridad civil al mantener en las calles al ejército que trata a los delincuentes no como lo que son, sino como si se estuviera en auténtica lucha con un país extranjero, lo que hace proclive la existencia de jueces y magistrados mediocres y timoratos, o de ministros de la corte de justicia, que dicen defender la Constitución cuando en la práctica se confirma la displicencia de su actuar, además de las extremas complicidades de los presidentes de los tribunales de justicia de los Estado que el único contrapeso que oponen a los gobernadores es sumisión extrema, es decir, por encima de todo es la pitanza, la dignidad judicial queda para los soñadores.


Hay cientos de casos en que los jueces, magistrados y ministros de la corte, en lugar de dictar sentencia en forma, sencilla, claras y precisas, utilizan circunloquios o malabares para confundir, cuando los amparos que se conceden son para efectos, esto es, con ello, se alimenta y fortalece la injusticia, pues si en autos hay violaciones a los derechos humanos o persiste la injusticia, la resolución tiene que ser tajante, es decir, enmendarlo de inmediato para que las cárceles dejen de estar inundadas de presuntos criminales o de reales criminales, y se crea realmente que están al servicio de la ley de leyes, en síntesis, amparos lisos y llanos que despresuricen a la sociedad que está harta de tanta miasma, y las cárceles inmundas, atascadas de miserables.


Lo anterior ha de ser así si se contempla y se observa con rigidez la Constitución y el nuevo sistema penal, en que ya no se está al capricho del Ministerio Público de fabricar culpables, pues quien lo sea tendrá que estar totalmente probada su responsabilidad, así como existe la prueba anticipada que protege a quien contribuye para esclarecer los delitos –si se viola el debido proceso y la presunción de inocencia–, el juez, magistrado o ministro, debe resolver rápido para que el justiciable que es víctima de una afectación, no tenga –aunque sea culpable– que permanecer en prisión por culpa de la incapacidad de quien integra la carpeta de investigación, por lo mismo, se afirma que habrá muchas sorpresas y los que deciden en última instancia tendrán que ponerse las pilas, pues teniendo una justicia tan onerosa –la más cara del mundo– se tengan las cárceles llena de inocentes, o bien, como dijo la indígena, víctima de vejación, "la cárcel es para los pendejos", en tanto el procurador responsable sea ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues de ese nivel es la corresponsabilidad de quien lo propone y de quienes lo aprueban.


Luego entonces, para llegar a tales niveles y creer en la justicia, se exige que los jueces, magistrados y ministros tengan consecuencias efectivas en su contra cuando su proceder sea o denote claramente su ineficiencia e incapacidad, no por mantener supuestos criterios, sino por alentar que se vive más en la indefinición jurídica, que en la observancia de la ley, pues es inaudito que en otros países esos servidores públicos son destituidos o enjuiciados por corrupción y en nuestro país, que está en el más alto nivel de corrupción e impunidad del mundo, nadie, por ese solo hecho, está purgando condena o bien haya sido exhibido públicamente n


*Diplomado en amparo y derechos humanos

 
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