No le termina de llover al alcalde de Tuxpan, Raúl Ruiz Díaz, pues desde al menos hace un par de años se le ha cuestionado, junto con su director de Obras Públicas, además del tesorero y contralor, de supuestamente incurrir en tráfico de influencias y enriquecimiento ilícito, entre otros “pecados”.
Dicen los tuxpeños que al alcalde le gusta la buena vida, pues a los pocos meses de iniciada su gestión municipal empezó a adquirir vehículos de lujo para toda su familia, se hizo de ganado de registro, le metió un buen billete a su rancho, además de comprar tres “ranchitos” más, ya entrados en gastos, así como otros inmuebles, incluidos algunos que se localizan en la Ciudad de México.
Y como que agarró confianza y tal vez sus malas decisiones le empiecen a cobrar factura, pues una cosa son los “moches” y otra meterse a hacer tratos con los “malosos”. Ahora le llueve sobre mojado a Raúl Ruiz Díaz, pues podría ir a la cárcel por supuestamente hacer “negocios” y desviar recursos públicos a empresas que han sido acusadas de lavar dinero, conspirar y financiar nada menos que al crimen organizado.
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Resulta que Raúl Ruiz, en su calidad de alcalde tuxpeño, presuntamente firmó un contrato con la empresa ADT Petroservicios por una cantidad que oscila entre los 17 y 20 millones de pesitos anuales, lo que le daría derecho a tirar en el Relleno Sanitario de Tuxpan “El Pitayo” (propiedad de ADT) los desperdicios que a diario recolectan los trabajadores de Limpia Pública de ese puerto.
El único problema es que dicha empresa está vetada y en este momento no puede ofrecer ningún tipo de servicios porque habría sido condenada en Estados Unidos por lavar dinero para el cártel de los “Z” y que su propietario, Francisco “Pancho” Colorado Cessa, está actualmente preso en el vecino país del norte con una condena por 20 años de prisión.
Si se comprueba que Raúl Ruiz sí está pagando dicha cantidad con dinero de las arcas municipales a la empresa de “Pancho” Colorado, el tema rebasará el aguacero para convertirse en la tormenta (y tormento) de su vida.
Édgar Spinoso, ¿blindado por el pacto con Yunes Linares?
Aun cuando ya han empezado a poblar el penal de Pacho Viejo, algunos de los ex funcionarios duartistas que presuntamente cometieron delitos apoyados en los cargos que “disfrutaron” durante años, como son los casos de Arturo Bermúdez Zurita, Flavino Ríos Alvarado, Mauricio Audirac Murillo y, en días pasados, Francisco Valencia García, los veracruzanos de a pie se siguen preguntando para cuándo les “echarán el guante” a otros ex secretarios y legisladores que tienen mucha historia y muchas cuentas (bancarias) qué aclarar.
Uno de estos “peces gordos” que nadan en este mar de corrupción como si nada debieran es el ex oficial mayor de la SEV (entre otros cargos que tuvo), y actual diputado federal, Édgar Spinoso Carrera.
Como es sabido, a cambio de que no lo llamen a cuentas, Édgar habría entregado dos aeronaves -un jet privado Learjet y un helicóptero Robinson-, los cuales representan alrededor de 11 millones de pesos, que precisamente forman parte de los bienes recuperados y mencionados por Miguel Ángel Yunes Linares al rendir protesta como gobernador.
Esas mismas fuentes afirman que el pacto de la entrega de estas aeronaves lo concretó el actual secretario de Educación, Enrique Pérez, hombre de todas las confianzas de Yunes Linares, en lo “oscurito”, el 26 de noviembre en un conocido hotel xalapeño. De ser cierto este trascendido, lo entregado por Spinoso Carrera es tal vez como “quitarle un pelo al gato”, pues el avión y el helicóptero significan apenas el uno por ciento de la fortuna que supuestamente amasó de manera ilícita (estimada en unos 20 mil millones de pesos) durante su paso por las dos últimas administraciones estatales, ya que estuvo en la Secretaría de Educación de Veracruz en tiempos de Fidel Herrera Beltrán y del aún prófugo de la justicia, Javier Duarte de Ochoa.
El punto es que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares está siendo “selectivo” a la hora de perseguir a presuntos culpables. A unos los persigue, los alcanza y los mete al “bote”, y a otros ni los ve ni los oye.
Por ello, con el paso del tiempo esa versión de que pactó con Édgar Spinoso (y no sabemos si hubo “algo más” que esas dos aeronaves en dicho acuerdo) tiene cada día que pasa más veracidad, pues hasta la fecha Miyuli no ha tocado al legislador ni con el pétalo de una rosa.
Chucho Moreno avanza en Coatza
En Coatzacoalcos puede darse una elección de tercios, en la que quien puede dar la sorpresa es el candidato de la alianza PAN-PRD, Jesús Moreno. Mientras tanto, cobra fuerza la versión de que el abanderado de MORENA en ese municipio, Víctor Carranza Rosaldo estaría por ser relevado porque nomás no “levanta”. Ello, aunado a que ya lo están acusando de un supuesto fraude en Pajaritos. En lo que respecta a Carlos Vasconcelos, la marca PRI lo está arrastrando a la derrota aunado a que el líder cetemista se ha bronqueado con medios de comunicación. Tan ven a Carlitos de capa caída, que el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol por nada del mundo quiso que le dieran a su grupo político la sindicatura, sabedor de que Vasconcelos morderá el polvo en los comicios del 4 de junio. Por ello, el munícipe mejor exigió la posición número uno de las regidurías para Oliver Damas de los Santos, un personaje gris; es decir, ni apesta ni hiede, como las evacuaciones de los loros. Pero además, Caballero Rosiñol es un auténtico lastre para Carlos Vasconcelos, ya que la mala gestión del edil se habrá de reflejar en un voto de castigo. Incluso, ya se habla que en el escenario casi seguro de que ganará Chucho Moreno, a Joaquín Caballero le pasará lo mismo que a Javier Duarte y sus ex colaboradores: será candidato a la cárcel.
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