Aunque eso sí, Jorge Winckler Ortiz pasó de héroe a villano. El que defendió a Maryjosé Gamboa contra el sistema en el poder… el que combatió a los Porkys... el que tiene casi un gabinete en Pacho… hoy es el malo de la película.
Winckler no tiene tacto para tratar con personas que están lastimadas, dolidas, a quienes la incertidumbre y la zozobra anidó en su corazón después de que el crimen organizado desapareciera a sus seres queridos.
A Winckler le falta estómago para tratar a la prensa, a la cual responde con sarcasmo, se burla y en ello, la minimiza cuando antes de ser quien es, la ponderaba.
Winckler reacciona cuando los diputados federales “defienden” a Tarek Abdala, señalado como uno de los gestores del saqueo a Veracruz…
Winckler reacciona cuando los diputados locales consideran que un golpeador de mujeres merece el fuero…
Por eso, Winckler reacciona con un “¡bola de corruptos!” y dijera Cortés, Alberto, no Sergio Rodríguez: “La puta se piensa digna como cuando era muchacha” ¡y que reaccionan los diputados! El acusado por robo de autos pide Juicio Político contra el Fiscal. Los de Morena empañados por el pecado de Eva, piden la cabeza de Winckler. El grupo Juntos por el Varo y los del PRI “se piensan dignos” sin ver a quién tienen en sus filas.
¿Y qué piensa la gente?
III
Jorge Winckler no es agradable… es nefasto. Su humor no tiene cabida en una sociedad lastimada por un Gobierno que jodió el tejido social como no se hubiera imaginado uno jamás. Sus comentarios carecen de sensibilidad (política) y genera antipatía. Por supuesto, habría que sopesar si llamar “bola de corruptos” a los diputados es una ofensa a la institución o a la actuación, porque entonces, igual de ofensivo es encadenarse en la tribuna, insultar al diputado que se encadena, acusar a una diputada de robo de celular, o llegar en estado de ebriedad a legislar… ¿a quién se ofende? ¿a la institución? ¿o su actuación ofende? ¿Aquí no hay lugar para juicio político o el fuero los ampara?
Insisto: Jorge Winckler es nefasto en sus respuestas ante prensa, diputados, o colectivos, pero la fiscalía como cualquier otro cargo en el Servicio Público no es un concurso de simpatías. Habría que sopesar su trabajo y considerar que en cuatro meses, su actuación en aras de justicia, rara vez se había visto en otro procurador… falta mucho por hacer, claro… y al igual que todos, se espera que un día haya también justicia para los colectivos y se castigue a los verdaderos responsables de su dolor.
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