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2017-05-16 |
HIJA, ESPOSA, MADRE, ABUELA, BISABUELA, TATARABUELA…
Sin la existencia de la mujer no se concebiría la humanidad, desde niñas por instinto empiezan a inclinarse para jugar el papel principal de su existencia, ser la mama de una familia o sea la jefa, la que manda, la que respondera por todos en la salud, la tristeza, las alegrías, el dolor, en todo momento, no se enferma, no duerme, no come, no se cansa, no piensa en ella porque no es egoísta, siempre está al tanto de todo, eso es una madre en el seno familiar.
Este mes de mayo y especialmente el decimo día, fue significativo para los mexicanos, esa fecha la recordamos viva o muerta, tuve la dicha de ver a niños, jóvenes, señores con sus pequeños de cómo iban aunque sea con un ramito chiquito rumbo a sus casas a entregar el presente a su madre, para mi es de alegría saber que el cariño hacia el ser que nos dio la vida es festejada, aunque sea de manera simbólica.
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Nuestra madre es el ser maravilloso, deberíamos reconocerla por siempre, no solo en el día señalado por el calendario, la debemos defender, amar con cariño, valorar lo que hace y considerar cualquier error que cometiera las veinticuatro horas y los trescientos sesenta y cinco días del año, y por ser mujer no la debemos tocar, ofender y mucho menos agredir, derivado a que son los instrumentos que Dios nos dio para gozar de nuestra existencia, sin ellas no somos nada.
Las madres adoptivas tienen el mismo valor, aunque algunas de ellas pueden escoger a sus hijos, otras las tienen que aceptar cuando hacen pareja con quien ya tenga hijos menores, sin embargo dice el dicho “no es padre el que los engendra, sino el que los cría” así que cuando una mujer acepta criar y educar a hijos que no sean producto de su ser, juega un papel importante, pues con el transcurso del tiempo el cariño de dichos hijos se puede desvanecer al llegar a la edad adulta y saber su verdadera realidad.
El mes de mayo no se termina, estamos a tiempo de reconocer a nuestras mamás, estar con ellas, hacerles una llamada, pedirle perdón o perdonarlas si existe alguna diferencia, hacerle un regalito, un detalle, llorar o reír con ella, valorarla, por todos los momentos que nos ha dado y si ya no está con nosotros, visitar el lugar donde la dejamos con la esperanza de que algún día la volveremos a ver ¿Qué no?
Porque los discursos frívolos, huecos y simulados son para la mercadotecnia, esa que solo nos hace sentir mal, al no contar con los recursos económicos para comprar cosas materiales que nuestras madres finalmente ni la disfrutan y no representan el verdadero amor y cariño que le debemos demostrar.
adidas.johan62@gmail.com Lic. Inocencio Martínez Cortes |
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