Decepcionante, no cabe otra palabra, resulta el hecho de que el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC), esto es, el Gobierno del Estado, haya decidido cancelar el foro artístico de la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil que anualmente se celebra en Xalapa, en los últimos años en el mes de julio, según denunció ayer el cronista de la ciudad, Vicente Espino Jara.
Este espacio, un referente cultural de la capital del Estado, data de 1990, a finales del cuatrienio de Dante Delgado, por lo que tocó al gobierno de Patricio Chirinos, cuando Miguel Ángel Yunes Linares era el Secretario General de Gobierno, retomarlo y fortalecerlo, darle el impulso gracias al cual este acontecimiento anual llegó a ser lo que era hasta ahora, cuando extraña e inexplicablemente el gobierno ya de Yunes Linares gobernador le quita uno de sus atractivos.
Sería interesante que el titular del IVEC, Enrique Márquez Almazán, saliera a dar la cara y a darle una explicación a la comunidad artística y cultural de Xalapa así como al público en general sobre el por qué se decidió cometer tamaño atentado, porque me resisto a creer que el gobierno “del cambio” haya decidido tomar venganza de esa forma contra los xalapeños, que en forma aplastante lo reprobaron en el plebiscito que constituyó la pasada elección del 4 de junio cuando votaron abrumadoramente por el candidato de Morena para la alcaldía como muestra de la decepción y el rechazo por el despido injustificado que hizo de miles de trabajadores.
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A menos que el famoso violinista graduado en Harvard, hoy devenido en burócrata cultural, dé argumentos de peso, sería grave y alarmante que la medida formara parte de una estrategia para disminuir la Feria por el solo hecho de que en los próximos cuatro años la capital del Estado será presidida por un moreno, Hipólito Rodríguez, como una forma de acotar espacios para quitar los reflectores al partido de Andrés Manuel López Obrador, pero llevándose entre las patas a los xalapeños y a toda su grande comunidad artística y cultural.
En el sexenio pasado, lamentablemente a Xalapa le quitaron la sede del Hay Festival, una franquicia cultural de prestigio internacional, como castigo por el mal gobierno de Javier Duarte, de lo cual los xalapeños y los veracruzanos en general no tenían alguna culpa. Hoy es el propio Gobierno del Estado el que golpea a la capital afectando una de sus dos ferias anuales del libro (la otra la realiza la Universidad Veracruzana), sin que haya una explicación oficial y también sin que los xalapeños tengan culpa alguna.
En el curriculum de Márquez Almazán resalta que es el único violinista mexicano que ha debutado en Carnegie Hall, Nueva York, y que se ha presentado en los principales recintos culturales en más de veinticinco países de América, Asia y Europa, lo cual es muy meritorio y hasta digno de admiración, pero con él creo que se equivocó el gobernador al nombrarlo, aunque haya sido el fundador de la Filarmónica boqueña, porque es de altos vuelos, de un nivel de smoking para arriba, de grandes escenarios, de enormes reflectores, lo que impide que vuelva la vista hacia abajo, hacia las manifestaciones artísticas y culturales del pueblo, hacia el arpa y la jarana, el zapateado, los títeres, las mojigangas, el teatro popular, el danzón, el cuentacuentos, el baile folclórico, la música popular, todo eso que miles de niños, adolescentes, jóvenes y adultos habiamos venido disfrutando, aprendiendo y asimilando culturalmente durante 27 años, hasta hoy cuando desde un escritorio de un solo manotazo se barrió con todo al grito de ¡tengan su foro artístico!
Extraña que el gobierno de una familia que se ha preocupado por fundar en Boca del Río una Orquesta Filarmónica, que construye un gran foro, el Foro Boca, que alojará expresiones culturales a partir de noviembre próximo (conciertos de música clásica, de música pop, funciones de teatro y de cine de arte) y que será inaugurado el primero de diciembre, dé la espalda, en cambio, a manifestaciones artísticas como la que se acaba de cancelar en la capital del Estado.
Me atrevo a pensar que el gobernador, con tantas broncas y preocupaciones que tiene por las condiciones que vive Veracruz, ignora el atentado contra un amplio sector artístico y cultural de Xalapa. De años atrás sé que es un hombre culto, buen lector, pero ahora por una decisión burocrática su gobierno aumenta la decepción entre otro grupo de veracruzanos, pues de su administración se esperaban otras cosas, que fuera para adelante nunca que destruyera lo que costó tanto tiempo y esfuerzo construir, en un área que ha dado renombre a la capital del Estado y por extensión a Veracruz.
Si en Xalapa hay desencanto con el actual Gobierno del Estado, la afectación a la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil ahondará la diferencia, porque la comunidad relacionada con las actividades y manifestaciones artísticas y culturales es considerable, suma miles, además de gente pensante que influye en el resto de la población. En 2018, en Xalapa perderán los candidatos del PAN, al cargo que sea. La decepción avanzará.
Otra cosa es con Américo
La denuncia que hizo el cronista de la ciudad ayer me lleva a otro comentario relacionado con el tema.
Hace días el Ayuntamiento que preside Américo Zúñiga Martínez inició la reconstrucción de la céntrica calle Enríquez, en pleno corazón del centro histórico de la capital.
Muchos han alzado la voz en las redes sociales para criticar el hecho y han señalado que era una obra innecesaria dado que el pavimento lucía bien. La autoridad explicó que las redes de drenaje sanitario estaban colapsadas y que el proyecto se materializa con recursos federales etiquetados, es decir, que sólo pueden ser utilizados en este tipo de obras.
Pero lo interesante es que en materia de infraestructura cultural y de promoción de actividades artísticas el Ayuntamiento ha invertido más de 110 millones de pesos para regresar a Xalapa su título de Atenas Veracruzana, según se ha venido informando conforme el alcalde está haciendo recorridos para supervisar la construcción de obras.
Se ha dado cuenta que sólo en la reconstrucción y rehabilitación de la Iniciativa Municipal de Arte y Cultura, el Taller de Arte Popular, el Centro Recreativo Xalapeño, el Foro Guadalupe Balderas, el Museo Casa Xalapa, el Auditorio Salvador Díaz Mirón y las bibliotecas municipales, se han invertido más de 80 millones. En “Prosa aprisa” de ayer comenté el apoyo que se está dando ahora a la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil.
En actividades artísticas y culturales, que suman más de 2 mil 500, y en apoyos económicos a artistas, se han invertido casi 30 millones de pesos. En esta área ha tenido mucho que ver el trabajo de la Directora de Cultura, Noemí Brito Gómez.
Con el Festival de las Flores, en donde la inversión alcanza los 6.5 millones de pesos en cuatro años, el Ayuntamiento ha logrado producir un efecto social múltiple: consolidar a Xalapa como la ciudad de las flores a partir del impulso a los floricultores de la capital y la región; generar una derrama aproximada de 50 millones de pesos; fomentar la actividad cultural, artística y la recreación familiar, renovando su condición de Atenas Veracruzana; y generar una sinergia productiva con el sector empresarial, que a través de un patronato se está involucrando en la organización de este evento.
Qué bueno que Xalapa, gracias a su autoridad municipal, siga teniendo toda esta movilidad cultural y artística. Los libros, el arte, las expresiones artísticas y culturales en general, elevan el espíritu y nos animan a seguir creyendo en el ser humano a pesar de estos tiempos violentos que vivimos. Qué malo que no se vea un acompañamiento del Gobierno del Estado. La Feria del Libro inicia el viernes. Ahí nos vemos.
Por 6 mil pesos juez frena acusación de Winckler contra Duarte
Me pregunto qué tan sólida estará la denuncia que hizo el fiscal Jorge Winckler en contra de Javier Duarte que ayer una juez federal, por miserables 6 mil pesos de garantía, suspendió momentáneamente las dos órdenes de aprehensión que con base en la acusación de Winckler libró contra el gordo un juez del fuero común de Veracruz por los delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, peculado, tráfico de influencia y coalición, que no son graves, y por ninguno de los cuales se prevé la prisión preventiva de oficio ni en el actual ni el anterior sistema de justicia penal. ¡Ouch! |