Cualquier ciudadano puede cometer el delito de “sospecha”, término que no existe catalogado en nuestra legislación como tal y que sin embargo es utilizado discrecionalmente por las autoridades para retenerte físicamente o a los bienes de tu propiedad en cualquier momento y a cualquier hora, basta que te pongas nerviosos o estés presuntamente señalado por alguien  aunque sea de manera injusta o por error.

La policía  te detiene físicamente para que de inmediato (en minutos o hasta en 48 horas) te ponga a disposición de un fiscal, quien legalmente también goza de 48 horas para determinar la detención formal, en vía de mientras eres tratado como vil delincuente, en tus manos sufres el frío de un candado denominado esposas, te haces acreedor a un chalequito anaranjado y te internan en los separos junto con otros que de verdad pueden ser delincuentes en potencia, en suma, aprendes a amar a Dios en tierra ajena debiéndola o sin deberla ni tenerla. 

Esa situación vergonzosa para el ciudadano honorable la puede vivir cualquiera, porque como dice el adagio “en la casa del jabonero cualquiera puede resbalarse” el asunto es cuando somos testigos de que existen presuntos delincuentes que se pasean públicamente y hasta son nuestros gobernantes, quienes gozan de total impunidad, sin que para ellos exista cuando menos una invitación para que comparezcan y declaren en relación a los señalamientos que puedan tener y así públicamente lavar la imagen deteriorada que gozan infinidad de políticos y empresarios pudientes de este país.

¡Digo! Eso de la presunción de inocencia es aplicable para pocos agraciados, este sábado 12 de agosto del año 2017, fue retenido un ciudadano quien circulaba un automóvil que compro a un tercero, auto que estaba reportado como robado y que sin embargo fue recuperado por su dueño, pero los entonces encargados de ordenar suspender la búsqueda y dejar sin efecto la denuncia correspondiente. No obstante que el citado dueño compareció y retiro los cargos, ahora tuvo que regresar molesto para demostrar que no había delito que perseguir, lo que tal irresponsabilidad, provocó que el citado ciudadano fuese tratado como lo mencioné anteriormente, como vil delincuente roba-autos.

Fui testigo del trato inhumano hacia un ciudadano que atónito aguantó la vergüenza de estar atado de manos para ser recluido según la fiscalía para investigarlo por si de verdad no fuese a ser un peligroso delincuente y se les fuera a escapar con el preciado botín estilo el exgobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa. 

La medida puede ser aceptable, siempre y cuando se aplicara tabla rasa para todos, porque recogí el sentir de los ciudadanos quienes en los pasillos de la fiscalía alardeaban de ser víctimas de un sistema que se cree, solo al indefenso se le aplica y al poderoso se le respeta sin molestarlo por vivir al amparo del criterio de quien debe aplicar la ley.

adidas.johan62@gmail.com Lic. Inocencio Martínez Cortes