Los efectos del huracán “Katia” y del sismo del jueves 7 de los corrientes sobre la realidad estructural de la entidad, lejos de considerarse advertencia a tomarse en cuenta para tiempos venideros, se capitalizan por la política y políticos como oportunidad para medrar. “El desastre” al fin producto inevitable de la naturaleza, bajo esta óptica así se contempla en la coyuntura sin parar mientes en forma y fondo de cómo estos fenómenos habrán de incidir en la profundización de la crisis existente. Más pobreza, más desigualdad, mayor deterioro del tejido social, sin respuesta alguna por ninguno. Como si el asistencialismo clientelar de ocasión, operara mágicamente sobre los grandes desequilibrios estructurales que tienen postrado a Veracruz.
En esas estamos, día con día, resultando ya chocante la voz crítica de un Rafael Árias Hernández que machaconamente insiste en exigir peras al olmo, como si en el gobierno de la alternancia la transparencia, eficiencia y eficacia en el manejo de la cosa pública estuviera la respuesta a los males habidos y por haber, sin parar mientes o ignorando que por sobre los avatares de una administración pública quebrada y fallida, pesa y determina la realidad acumulada de un atraso estructural histórico que nadie quiere ver y que hoy, gracias al “desastre” se exhibe en toda su amplitud.
De ahí que llame a risa el que los partidos políticos, solos o en alianza, crucen apuestas respecto al futuro botín, sin antes conocer en donde están parados. Todos atienden a la coyuntura electoral y ninguno se toma el trabajo de elaborar un diagnóstico puntual serio de la realidad de la entidad federativa que pretenden gobernar. Política y políticos demasiado pequeños, torpes y ciegos para apenas entender lo que los efectos de los fenómenos naturales vividos expresan de nuestra realidad.
Mal de muchos, dirían… Puesto que a nivel nacional se transita por la misma tesitura. El Interés personal o de grupo se impone por sobre razón y visión de Estado, contribuyendo a la agudización de la crisis que México entero padece, pretendiendo mediáticamente imponer la idea de que aquí no pasa nada cuando la realidad y los ciudadanos de a pie, dicen todo lo contrario.
Hojas que se lleva el viento
He considerado que en el momento en que el Movimiento De Regeneración Nacional pasa a ser partido político, se obliga a jugar bajo las reglas de la partidocracia dominante. Situación que ya se observa cotidianamente tanto en la vida interna de MORENA como en su quehacer público restándole mayor aceptación y penetración a lo largo y ancho del país. De ahí que a mi juicio el novel instituto político para mantenerse como puntero en las preferencias electorales, tendrá que buscar diferenciarse del resto de los partidos políticos nacionales con reglas, usos y costumbres propias y acordes con lo que la ciudadanía exige de nuestra incipiente democracia representativa. MORENA tiene que ir más allá de los límites electoreros y vincularse a los diversos movimientos sociales de lucha y resistencia al modelo de desarrollo neoliberal y defensa del territorio para seguir creciendo.
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En todos lados se cuecen habas. En Yucatán se presume de un crecimiento económico muy por arriba del promedio nacional, empero bien se guarda de destacar el que la desigualdad en el ingreso es su Talón de Aquiles. Crecimiento con desigualdad y pobreza no es el mejor camino para alcanzar el bienestar de las mayorías.
Cd. Caucel, Yuc. Septiembre 13 de 2017
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