“Date cuenta –le digo a la Mujer– Ustedes no están seguras ya ni en su casa, ni en su trabajo, ni en la calle, ni en el parque, ni en un centro de diversión, ni en el cine, en ningún lado… los hombres las ven como presas, como si ellos fueran depredadores… es una vergüenza que la mujer, en un siglo de grandes avances tecnológicos, se le siga viendo como un objeto del siglo pasado, antepasado, etcétera…”
III
Alguna vez platiqué del sistema que usamos, vía Whatsapp o directamente por teléfono, de anunciar la salida así como el arribo de casa u oficina, ya sea de la Mujer, de la Hija, incluso mío.
Esto no es nuevo… este sistema lo implementamos durante la administración de Fidel Herrera Beltrán, cuando la Mujer y yo decidimos dejar de salir por la noche ante los hechos de todos conocidos, pero la Hija estaba en la condición de salir con sus amigas o su “Momio”.
Antes, mi Hija sólo me mandaba mensaje diciendo que ya salía y me anunciaba su arribo a casa… hoy, agregamos a este sistema, el número económico del Taxi.
IV
¿Por qué cito lo del taxi? Cuando a la hora de la comida de este pasado viernes, me llega el fatídico mensaje donde le digo a la mujer que Mara fue asesinada, nos genera muchos sentimientos que van desde miedo, odio, incertidumbre, dolor, mucho dolor.
Hay quienes por ahí dijeron que los hombres debiéramos omitir la opinión ante el suceso de Mara… si bien es respetable su opinión, no la comparto. Tengo esposa, tengo hija, tengo sobrinas, tengo hermanas, tengo madre… pero también tengo miedo, miedo por ellas porque ahora, ya no basta saber que me digan mis mujeres “voy en camino” en un taxi…
V
Ni siquiera sé su nombre, sus generales, su vida, ¡nada sé de esa figura! Pero sé que esa foto debe ser la que acompañe a la opinión de la Mujer, pero no la foto de Mara… Sólo un “tapujo” sobre sus ojos, un rostro semioculto por nuestro Sistema de Justicia Penal, pero lo suficiente para enfocar todos esos sentimientos que sentimos en casa. Decido poner la foto de Ricardo Alexis, el asesino de Mara porque creo que se merece que la gente conozca el rostro de un asesino.
¿Por qué no Mara? Porque Mara merece un mejor destino, además de ser el más bello recuerdo de sus padres, familia, amigos, de nuestra Xalapa; convertirse en el símbolo de un ¡Basta! definitivo. Las mujeres, nuestras mujeres, nuestras amigas, nuestras niñas, merecen un mundo mejor donde ellas dejen de ser vistas como presas de un animal que se jacta de “sentirse hombre”.
PD Iba a poner en el portal de Los Políticos una imagen de la marcha que se hizo por Mara, pero creo que el rostro de su asesino debe estar igual presente en esta columna, como para recordar que tipos como él deben avergonzarnos, debemos repudiarlos y no debieran existir.
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