Cabos Sueltos.
Silvia Sigüenza.
 

Otras entradas
 
.
Cabos sueltos
2017-10-03

Vemos la rogación y no nos hincamos. una vez más la naturaleza se hace presente en una de sus más graves facetas. La desolación, hogares desmembrados, pérdidas materiales y humanas; que por el momento, vemos que son atendidas sobre todo , después de las sacudidas de la tierra por grupos humanos sin partido sin siglas sin más que, su solidaridad. Y es reconfortante ver y sentir que aún somos seres humanos capaces de compartir el dolor y desgracia de nuestros semejantes. a más de apoyar en la medida de nuestras fuerzas. 


Esperemos que la parte oficial a la que corresponde por el lugar que ocupan en el gobierno y por ser quienes tienen la capacidad económica y esperemos que solidaria, cumplan con el cometido social y humano que la investidura que ostentan, gracias al pueblo, detentan.


**Y pasando rauda y veloz y abruptamente a otra cosa pero igual de importante. propongo a mis connacionales que retomemos la cordura y mesura que como ciudadanos responsables debemos tener para poder con mesura e inteligencia hacer uso de nuestros derechos ciudadanos. Que podamos reclamar a quien corresponda que cumpla con su cometido para con los ciudadanos.


Por principio y sin dejar de entender ni por un momento la desesperación que nos ha provocado el gobierno nacional ; los estatales y municipales, con sus directrices bastante alejadas del sentir de los gobernados, enfocados a hacer negocios con grandes compañías transnacionales que se llevan sustanciosa parte del presupuesto del país, demeritando de pasadita la gran e innegable capacidad de nuestros profesionistas, formados en las aulas universitarias y tecnológicas de México, nuestro país. el que algún historiador llamó en una ocasión “ México, el país de los altares ensangrentados.” ( y así tituló su libro).


A estos señalamientos, reales, nadie en su sano juicio puede negarlos, respondemos como un país dolorido, traicionado, ignorado, pasto de aves de paso y de rapiña, abandonado a su suerte en todos los sentidos.


Hemos ido sorteando de sexenio en sexenio, ya hace varios, el desdén de nuestros gobernantes, su desmedida ambición por acumular sobre todo dinero y propiedades, a costa de cada día sumar más mexicanos a las filas del hambre, el desempleo, y de un tiempo a la fecha a la desolación y el terror cotidiano de salir o ver salir a alguien de nuestra familia, pensando en sí retornará o no, o en qué condiciones. Sufrir el disgusto y las terribles consecuencias de que cualesquier día llegué el proveedor de la familia y con el rostro dolorido nos diga que lo han despedido del trabajo.


En fin, el recuento de los daños a los mexicanos y sus familias, a los jóvenes que no tienen para donde mirar en lo que a su futuro respecta. Mientras vemos el dispendio entre la clase política, que sólo nos da de tiempo atrás, desesperanza, salarios de hambre y de miedo. En fin, a lo que quiero llegar es a expresarles que todo esto sólo comparable a las siete plagas de Egipto, nos ha llevado, y no con poca razón, a caer en la peor y menos efectiva de defensa.


El insulto a nuestras autoridades. Nos guste o no, son los representantes de nuestra sociedad, de nuestro país. Y la violencia no se combate con la violencia, sólo da más poder al poderoso y arrincona más al ciudadano. Entiendo con toda claridad que a nosotros, los ciudadanos del día a día que salimos a ganar un salario para sobrevivir la desesperanza se nos convierte en desesperación y sólo vemos un camino, la respuesta violenta, el insulto, etc. etc. y a ellos a quienes va dirigido nuestro dolor en forma de coraje supremo, no les inmuta.


Y así vamos ahondando día a día la brecha de separación. Ellos, los que gobiernan se tornan cada día más sordos y ciegos ante nuestras necesidades y derechos ciudadanos y humanos. Nos dejan despotricar, insultarlos y así nos mantienen entretenidos.


Además nos obnubilamos en y con el insulto y ya no volteamos ni vislumbramos salida. Y como asentó el benemérito de las Américas, Benito Juárez García. El respeto al derecho ajeno es la paz.


Si reiniciamos la buena y sana costumbre de respetar seremos respetados. Podremos hacer llegar nuestras voces a donde deben llegar cuando todos perdemos el respeto a las autoridades caemos en la debacle. y obvio, llevamos la de perder.

 
Regresar a la Página Principal
Aviso de Privacidad
 
Comentarios
 
En Política al Día nos interesa tu comentario, es por eso que creamos este espacio para tí. Aquellos mensajes que contengan un contenido vulgar, difamatorio u ofensivo, serán eliminados por el administrador del sitio. Leer normas y políticas