El diputado federal Jorge Carvallo Delfín acusó a los senadores del tricolor y aspirantes a la gubernatura, Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla, de tener “secuestrado” al partido para su propio beneficio; un control y liderazgo que cada gobernante priista ejerció a su modo, y que ahora han tenido que asumir y compartir ambos legisladores ante la orfandad de la militancia del PRI tras la pérdida del poder.
El ex dirigente estatal del Revolucionario Institucional declaró que los Yunes rojos “no han dejado que otras expresiones puedan tener la fuerza ni la convicción ni el espacio democrático adecuado, y creo que eso sería el único riesgo, que los dos senadores continúen con esa presencia de asumir como una cuota personal al PRI.”

¿A qué expresiones se habrá referido Carvallo? ¿A las de los fidelistas y duartistas con las que él está muy identificado, las cuales gobernaron Veracruz desde 2004 hasta 2016  y a cuyas desastrosas administraciones estatales le atribuyen precisamente otras corrientes del PRI –entre ellas las de Yunes Landa y Yunes Zorrilla– haberle allanado el camino al PAN para que los despojara del gobierno de la entidad?    

Carvallo, quien se desempeñó como secretario particular del gobernador Fidel Herrera Beltrán –mismo que, por cierto, también tenía “secuestrado” al PRI, pues en noviembre de 2008 sacó abruptamente a Pepe Yunes de la dirigencia priista para imponerlo primero a él en el CDE del tricolor y posteriormente a Javier Duarte como candidato a diputado federal y gobernador–, luego fue promovido por el sucesor de Herrera a la coordinación política del Congreso local, después pasó a la Secretaría de Desarrollo Social del estado y, en 2015, lo mandó a contender por la diputación federal al distrito de Los Tuxtlas. 

Como muchos otros fidelistas –empezando por el diputado federal del PVEM, Javier Herrera Borunda, hijo del ex cónsul de México en Barcelona, y la ex alcaldesa de puerto de Veracruz, Carolina Gudiño Corro–, Carvallo viene impulsando para la gubernatura al munícipe priista de Orizaba, Juan Manuel Díez Francos, por considerarlo “una propuesta honorable, (…) presentable, no sólo competitiva sino con condición de victoria para que en Veracruz recuperemos la grandeza de nuestro estado”. 

Pero a Díez Francos, quien no ha perdido una sola elección en Orizaba, lo andan promoviendo por el PVEM –que muy probablemente vaya aliado con el PRI en el 2018–, cuya franquicia regentean en Veracruz el hijo de Herrera y Carvallo. 

Sin embargo, tanto Héctor Yunes como Pepe Yunes buscaron y se reunieron con el alcalde orizabeño en cuanto fue “destapado” por los fidelistas como otra opción para la gubernatura, no obstante que en el pasado proceso municipal Díez Francos habría pretendido una alianza fallida con el gobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares, quien presuntamente habría convenido con él que propusiera al candidato de la coalición PAN-PRD a la alcaldía.

Se presume que Díez recomendó al ex alcalde Hugo Chain Maluly, quien casualmente en marzo renunció al PRI. Pero de última hora se les atravesó el munícipe boqueño Miguel Ángel Yunes Márquez, que aspira a suceder a su padre en la gubernatura, el cual terminó imponiendo como candidato a Daniel Zairick Aboumrad, primo de Alejandro Zairick Morante, ex diputado local del PAN y actual secretario de Desarrollo Económico y Portuario del gobierno del estado. 

Contrariado por el engaño, Díez se fue directamente al CEN del PRI a pedir la candidatura para su incondicional Igor Rojí López, director municipal de Desarrollo Humano, Turismo, Educación y Cultura, comprometiéndose a hacerlo ganar y  lo cumplió.

Pero Orizaba, obviamente, no es todo el estado de Veracruz.

¿PREOCUPA UNIÓN PRIISTA? 

Por cierto, ¿será mera casualidad que la embestida del diputado Jorge Carvallo contra los senadores priistas se diera coincidentemente después de la sesión del Consejo Político Estatal del PRI en la que fue notoria la muestra de unidad que mantienen los más fuertes aspirantes del tricolor a la gubernatura de Veracruz, los cuales están convocando conjuntamente a los alcaldes de su partido y han convenido en caminar juntos por el estado, como lo van a hacer en Pánuco el próximo sábado 28?

Esta reunión de trabajo que encabezarán Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla “tiene como finalidad buscar y fortalecer la unidad de nuestro partido, como se demanda y a lo que estamos comprometidos los priistas”, se apunta en la invitación del Comité Directivo Municipal del PRI en Pánuco, donde ahora la familia del ex contralor duartista Ricardo García Guzmán opera abiertamente para el proyecto transexenal del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, del PAN.

Más que del PRI, Carvallo debería preocuparse por el PVEM, pues varios de sus socios y aliados que obtuvieron puestos de elección popular con este membrete, coincidentemente renunciaron y terminaron sumándose al PAN.

Ahí están los casos de los hermanos Ricardo y Rodrigo García Escalante –hijos del ex contralor García Guzmán–, uno, alcalde, y el otro, diputado local de Pánuco, quienes contendieron con los colores del Partido Verde y actualmente apoyan al primogénito de Yunes Linares para que lo suceda en la gubernatura en 2018.  

Otro ejemplo es el del diputado local de Papantla, Basilio Picazo Pérez, muy ligado a Carvallo, quien también acaba de renunciar al PVEM para integrarse formalmente al grupo legislativo del blanquiazul.

¿Será mera casualidad? Y es que otro carvallista, Octavio Pérez Garay, ex diputado local del PRI, quien recién ganó la alcaldía de San Andrés Tuxtla como candidato “independiente”, le organizó el domingo antepasado un foro a Miguel Ángel Yunes Márquez para que fuera a hablar de su “exitosa experiencia” como presidente municipal de Boca del Río.  

Y es que hay quienes recuerdan que entre Carvallo y los Yunes de El Estero existe una buena relación desde que el fidelista coincidió entre noviembre de 2010 y finales de 2011 con Fernando Yunes Márquez en el Congreso local. Tan buenos cuates se hicieron que Jorge lo acercó con el gobernador Javier Duarte, y luego el ex mandatario se reunió con su padre Miguel Ángel Yunes, con el cual habría convenido que apoyara en 2012 al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, a cambio de que a su hijo le aseguraran la senaduría de primera minoría, ya que los dos escaños de mayoría relativa los tenían muy amarrados los abanderados priistas Pepe y Héctor Yunes, que desde entonces demostraron que, unidos, difícilmente los pueden vencer.