Más allá de si en los próximos días se llega a destacar algo más de su primer año al frente del gobierno de Veracruz, lo que queda de manifiesto es que Miguel Ángel Yunes Linares no tiene nada más relevante que informar a los veracruzanos que lo eligieron hace casi año y medio. La pobreza de sus logros como gobernante –que alguno habrá de tener- pretende ser suplida con la repetición exhaustiva, hasta el hartazgo, de la aprehensión de Duarte de Ochoa, misma que es presentada como un logro propio, cuando no es así.
A Javier Duarte lo aprehendió y lo puso en la cárcel el Gobierno Federal. Eso es un hecho incontrovertible. Los delitos por los que se encuentra preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, lavado de dinero y delincuencia organizada, son federales y considerados graves. Es por esa razón que no enfrenta su proceso en libertad.
Si Duarte de Ochoa sólo tuviera que responder por las acusaciones que le formuló la Fiscalía General del Estado –abuso de autoridad, peculado, incumplimiento de un deber legal, tráfico de influencias y coalición-, seguramente estaría llevando su proceso en libertad bajo caución, gracias a las reglas del nuevo sistema de justicia penal.
Pero como eso no lo sabe la mayoría de la población, a fuerza de machacar en los medios y en la vía pública que él metió a la cárcel al impresentable Duarte, Yunes Linares intenta esconder otro hecho también incontrovertible: que su primer año de labores ha sido decepcionante, y que en algunos aspectos como el de la seguridad, se ha empeorado ostensiblemente.
Y con una tremenda agravante: Duarte es exhibido abiertamente como ladrón en publicidad oficial del gobierno del estado, ridiculizado y caricaturizado al montársele en las imágenes un antifaz sobre el rostro, lo cual viola la presunción de inocencia a la que legalmente tiene derecho y probablemente hasta el debido proceso.
Pareciera que Miguel Ángel Yunes no solamente no tiene nada que informar, sino que quiere que suelten a Javier Duarte gracias a estas monumentales pifias. ¿Pues quién coño los asesora?
A un año, no hay justicia para Lupita Mora
El 10 de noviembre de 2016, manos asesinas privaron de la vida a la maestra María de Guadalupe Mora Palacios dentro de su domicilio, ubicado en pleno centro de la capital de Veracruz, a escasos metros de las sedes del Poder Ejecutivo estatal y del gobierno municipal.
Un año después, y a pesar de las promesas de la actual Fiscalía General del Estado a la familia de dar con los responsables y hacer justicia, no hay avance alguno. Todo sigue exactamente igual.
Incluidos el dolor, la impotencia y la impunidad de este artero crimen.
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