Me queda claro por propias experiencias, que la oración simultanea adquiere más fuerza y más nos une en torno a un objetivo. Espero que esa fuerza espiritual haga de este año, que hoy comienza, mucho mejor que el año anterior.
Llegamos al 2018 y ahora vamos con todo, con toda la actitud de éxito.
En lo general, el año que se fue dejó un saldo en contra muy lamentable, muchos homicidios, muchos secuestros, asaltos, extorciones y muchos delitos que se concentraron en el estado de Veracruz.
La economía se vio muy deteriorada y la desilusión de los veracruzanos fue tremenda, porque nada de lo que prometió el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares en campaña se cumplió, una decepción terrible por ser tan confiados, pero ya pasó el primer año.
Exageró sus ofertas y no vimos a tiempo que solo era un engaño, para ganar votos. La desesperación que teníamos todos por el daño que dejó el ex gobernador Javier Duarte, nos hizo pensar que si podría llegar un gobierno del cambio y que todo volvería a ser mejor, pero nada de eso se cumplió. Por el contrario, las cosas se complicaron y la inseguridad fue el principal problema que no dejó que se realizaran otras acciones, como la llegada de inversiones y la generación de empleo.
Pero se acabó el año y ahora solo nos queda ver para adelante, buscar todas las alternativas para ser mejores. Juntos buscar el progreso y el 1 de julio hacer la mejor elección de la historia de Veracruz, para tener un gobernador que realmente resuelva los problemas y sus intereses vayan más allá de obtener el poder por el poder. Tenemos que rescatar la democracia y hacer valer nuestro voto.
Cuitláhuac García repite en la contienda electoral
Hasta hoy son tres candidatos a la gubernatura perfectamente identificados, a saber: Cuitláhuac García Jiménez, José Yunes Zorrilla y Miguel Ángel Yunes Márquez.
Cada uno de estos ilustres, va a llevar a cabo sus propias acciones y estrategias para posicionarse, cada uno es respaldado por uno o más partidos políticos y cada uno tiene su propia personalidad con la que seguramente se va a identificar el electorado.
Hasta hoy en cada caso de los mencionados, parece que ninguno tiene contrincante; al menos este 2 de enero, el ingeniero Cuitláhuac García se va a registrar como precandidato en la sede de partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la 1 de la tarde; Miguel Ángel Yunes Márquez ya se registró el día 23 de diciembre por la alianza PAN-PRD y Movimiento Ciudadano; y después del destape que hizo el dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, a favor de José Yunes Zorrilla solo falta su registro como precandidato ante ese instituto político para que se formalicen las precampañas.
Si no tienen rival al interior de su partido, habrá que ver que sigue a continuación, porque parece que no pueden hacer precampaña si van solos en esa precandidatura.
Pero ha habido tantas violaciones al Código Electoral que ya nada nos sorprende.
De los tres precandidatos, solamente Cuitláhuac García repite en la contienda, con el respaldo de Andrés Manuel López Obrador, el precandidato de Morena a la presidencia de la república.
Chiqui Yunes tendrá que limpiar la mala imagen
Miguel Ángel Yunes Márquez llega con el respaldo de su papá, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares; y dicen los que saben, que viene con todo el dinero y todo el apoyo desde adentro, lo cual es muy fácil de creer, porque cualquier padre haría lo que fuera necesario por el bien de sus hijos.
El problema que va a enfrentar y que todos los veracruzanos lo sabemos, es el deterioro en la imagen del actual gobierno que no solo estancó al estado, sino que lo retrocedió de muchas formas y la gente ya no aguanta otro golpe más, entonces tendrá que limpiar esa imagen.
El problema no solamente está afuera del gobierno, sino que en su interior existe mucha inconformidad, porque los “jefecitos” se han encargado de mantener el terror laboral y eso ha traído mucho malestar entre los empleados.
Resulta que han tratado de imitar el comportamiento del gobernador y a la gente le insisten diariamente en que si no están a gusto, que se pueden ir de inmediato, pero no solo con esas palabras sino que con insultos con sarcasmo y eso ha provocado un ambiente muy difícil al interior de muchas oficinas.
Tal vez tenga tiempo para resolver ese y otros problemas de imagen, porque de no hacerlo solo tendrá votos en contra desde adentro, como sucedió en 2016, cuando el personal estaba inconforme con la política de Javier Duarte y algunos de sus funcionarios.
Pepe Yunes carga una loza muy pesada en 2018
José Yunes Zorrilla puede ser un buen hombre, pero se carga una lápida más pesada que la del Pípila, aquel hombre que quemó el portón de la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato en septiembre de 1810, y es que cargar el peso de los errores del PRI no es nada fácil, al menos así lo vemos muchos veracruzanos.
Los priistas son los mismos de siempre, los que hoy acompañan al precandidato del PRI a la gubernatura y eso no es tan sano.
Nadie duda de la capacidad que tienen para operar una elección y eso es lo que los exhibe como “mapaches”, pero además, convenencieros que han hecho de las elecciones su gran industria.
Alguno de los que lo acompañan fue señalado por haberse quedado con las maletas de dinero para las campañas y el proceso electoral. Nunca más se supo de ese dinero.
Cuentan las leyendas citadinas que la esposa de un ex candidato a la gubernatura lo encaró y hasta una cachetada se llevó el personaje, por haber actuado de esa forma.
Esos detalles, esos errores no le hacen bien a José Yunes Zorrilla, le perjudican y desde que se toma la decisión a su favor lo colocan en la cuerda floja. Ya no es como antes, que cuando se sabía el nombre del candidato se daba por hecho que sería el próximo gobernador, ya no, todo cambió y podríamos pensar que el PRI es el partido que menos aceptación tiene en estos momentos.
Así es que también está a tiempo de poder reacomodar esas “fichas” y preparar su juego con nuevos elementos, esos que no están tan exhibidos como tramposos.
Los corifeos y lambiscones tampoco le hacen bien a Pepe Yunes, ya todo cambió y ahora van contra corriente, ya que no revuelvan más el agua. |
