El arribo de Américo Zúñiga a la cabecera del PRI estatal, no sólo estaba cantado, sino que ahora se está en espera de que ello permita al partido dejar a un lado la tibieza en su papel de oposición y permeé de tal carácter, a las demás entidades que visten de tricolor en sus diversas instancias donde representan a un determinado sector de la sociedad.
Cuando se dice que el PRI asuma el papel de oposición, uno no pretende que el partido salga al balcón a despotricar porque sí en contra del Sistema en el poder, sino que esgrime argumentos y tesis, así como propuestas. Al menos en ese plano, Américo ya marcó la pauta: no montarse en la violencia en aras de jalar votos, pero sí señalar la necesidad de estrategias contra la inseguridad que se reflejen en el sosiego y tranquilidad de una sociedad que en su mayoría, apuesta por la paz incluso, hasta política.
Cuando se espera que ese carácter que exhibe Américo impregne al resto de los investidos en los colores del PRI, uno quisiera ver entonces que los diputados locales, tanto del partido como del Verde, no esperen la tribuna para hablar en el desierto, sino que se vuelvan activos y que desde sus distritos, marquen agenda, generen información (que no nota) y además de criticar, propongan respuestas y hacer gestoría, que permita al ciudadano dejar sólo ser quien viva, resienta, sufra un problema, para que pase a ser parte activa de la solución.
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Similar papel debieran hacer los diputados federales, ésos mismos que envalentonados en la figura de su entonces Jefe Político, arremetían contra el entonces candidato, el entonces Gobernador electo, pero callaron ante el actual mandatario estatal.
No se ven, no se escuchan, no hacen ruido en lo que se refiere al papel de oposición que debieran estar haciendo aprovechando la máxima tribuna que les da el estar en San Lázaro... pero de esos 18 que presumían ser el Jarocho Power, todos han hecho mutis. Sería injusto no decir que hay quienes al menos se esmeran en labores de gestoría y de los que al menos uno tiene conocimiento, se podría citar a Jorge Carvallo, Noemí Guzmán, Adolfo Mota y Miguel Ángel Sedas Castro.
En lo que se refiere al Senado, el silencio de Héctor se entiende... tenía que bajarle el tono a sus observaciones contra su propio primo y además, a su actividad en las redes como también en su labor de gestoría. De no hacerlo, se podría correr el riesgo de que destaque más que su candidato a la Gubernatura.
Américo viene a significar para el PRI un tanque de oxígeno puro, y en especial para aquella militancia que se prende a los colores con pasión, misma que a veces no se percibe reflejada en sus líderes.
Podemos decir que Américo inicia la dirigencia con el pie derecho donde fue bien acogido por la militancia, tanto aquella calificada como “los mismos de siempre”, como “la de a pie”, sin olvidar a la generación perdida entre el fidelato y el duartismo y sepultada por el actuar de los niños fieles.
Lo curioso de Américo, es que sale de Presidente (municipal) para entrar como Presidente (de partido)... claro, sus circunstancias son extraordinarias, aunque no sé si peores o en igualdad de condiciones que las de Renato Alarcón Guevara, pero su dirigencia está caracterizada por un caso sin igual: el PRI lleva al candidato catalogado como “el más honesto”, no sólo dentro del tricolor, sino por encima de sus contendientes Miguel Ángel Yunes Márquez y Cuitláhuac García y sin embargo, la posibilidad de un triunfo se antoja más a un milagro, que a un viso de democracia… todavía peor, hay quienes apuestan a que es más fácil que esta temporada sea más fácil que Cruz Azul sea campeón, que el PRI gane en Veracruz. ¿Usted qué apuesta?
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