Provocó suspicacias que los nombramientos de las áreas sensibles como la tesorería, obras públicas, adquisiciones, recursos humanos, la administración financiera de la Comisión Municipal del agua, y otras tantas; recayeran en personas vinculadas con Andrés Manuel López Obrador. Información ampliamente difundida contradice al Alcalde Hipólito quien asegura que los contratados son personas honorables.
Quienes consideraron que había sido una declaración impensada, de la cual se arrepentiría inmediatamente, se sorprendieron cuando difundieron los comentarios del Regidor del partido Movimiento Ciudadano Osbaldo Martínez Gámez, quien aseguró que además de lo que públicamente espetó el alcalde, en una reunión del Cabildo afirmó que los Xalapeños “No tenían la capacidad administrativa ni la honradez para ocupar cargos en su administración”. Esto confirma que el alcalde Hipólito está convencido de la calificación que otorga a los Xalapeños, incluyendo a sus propios compañeros de la Universidad Veracruzana que por años lo cobijó.
Por otra parte, voces calificadas se han levantado para protestar por la imposición de los fuereños que se harán cargo de las obras públicas y las adquisiciones, ya que existe la experiencia que en casos similares son contratadas empresas de otros lados, cancelando de facto la reactivación de la economía local, debido a que los recursos no se quedarían en Xalapa.
El escándalo que generaron los conceptos poco éticos del alcalde Hipólito, lo han convertido en el blanco preferido de las críticas y las denostaciones. A esto se agrega que el propio munícipe redujo su propio margen de decisiones: o aceptaba las imposiciones de su líder morenista, o renunciaba por dignidad política. Optó por lo primero. De ahora en adelante, Hipólito Rodríguez cambiará sus funciones de alcalde a un miembro más del cabildo que tendrá que acordar, no ordenar, con los enviados que traen la confianza, simpatía y fuerza de quien los puso.
También tendrá que enfrentar, él solito, los conflictos por deficiencias en los servicios que presta el ayuntamiento. Sus importados colaboradores, por desarraigo y desconocimiento, poco le podrán apoyar. No conocer a la gente y sus necesidades representa restarle calidad a su desempeño. Es decir, será un servidor público sin interlocutores con la ciudadanía. Con la equivocada decisión dinamitó los puentes de comunicación con la gente.
Se entiende perfectamente que Hipólito Rodríguez dijo lo que dijo para encubrir la superior decisión de su hacedor. Sólo que utilizó los argumentos más fútiles que en su mente encontró. Su ocurrente respuesta le está costando muchos puntos de credibilidad, más aún porque prometió que todos sus colaboradores serían los mejores perfiles de Xalapa. El desgaste de su imagen difícilmente lo recuperará en lo que resta de su administración que recién ha iniciado.
Por lo pronto, todos los sindicatos del ayuntamiento, que son como trece o catorce, ya hicieron causa común para enfrentar la decisión de los “importados” de echar por tierra las conquistas laborales. |