La responsable de coordinar el viaje, de nombre Melva López, se desempeñaría como “manager” de una categoría intermedia del equipo de los Halcones UV, y según los padres agraviados, compró los boletos de avión con una tarjeta clonada, por lo cual, al llegar al aeropuerto, éstos fueron cancelados por el titular de la misma.
“Los padres de estos jóvenes ya le habíamos pagado el viaje a ella en su totalidad, y esta señora no nos avisó a los padres la situación, sólo nos manejó que el vuelo estaba retrasado mientras buscaba solución. Muy grave, porque llevaba a su cargo jóvenes menores de edad. Pudo salir del lío gracias a algunos padres que acompañaron a sus hijos al aeropuerto y en el momento le prestaron la cantidad necesaria para comprar otros boletos de avión. Cabe aclarar que a la fecha aún debe dinero”, relatan.
No sería la primera vez que esto ocurre. “El año pasado llevó a un grupo de jóvenes a jugar a Cancún diciendo que eran seleccionados y representaban a los Halcones de la Universidad Veracruzana. Nuevamente mentía. Jugaron con otro equipo de CDMX que los invitó y de igual manera fueron porque pudieron pagar ese viaje. No representaban a los Halcones de la UV”, señalan.
Lo más grave es que, según los afectados, el “head coach” de los Halcones UV, José Luis Izquierdo Bustamante, estaría al tanto de esta situación completamente irregular.
“Este programa tiene mucho tiempo de mal en peor, hay muchas inconformidades de varios padres acerca de su head coach, José Luis Izquierdo, cuando estamos pagando por un servicio. La cuota que pagamos por la temporada es de seis mil pesos por cada uno de los chicos y el equipo que se les presta a los niños y jóvenes esta en pésimas condiciones. Éste es un deporte de contacto, los están poniendo en riesgo al darles algo que ya no sirve. Y cuando se requiere de alguna compostura o cambios de alguna parte del equipo, la respuesta es que no hay para arreglarlo”, aseguran.
Los padres de familia de los jóvenes hacen un llamado a la Fundación UV –de la cual depende el programa de futbol americano y que es la encargada de recibir el pago por concepto de cuotas- así como a la rectora Sara Ladrón de Guevara “para que volteen a ver qué está pasando. Si ustedes como Universidad no le exigen resultados al head coach en el programa de Liga Mayor, nosotros como padres de familia que pagamos sí exigimos buen trato, equipos en buenas condiciones, coaches capaces para entrenar niños y jóvenes y mejores resultados en el programa de las infantiles y juveniles. Tenemos derecho a un reporte de cómo se utiliza ese dinero que pagamos por temporada, dinero que pagamos de camiones, de taquilla. Organizaron una carrera y una kermés el año pasado, ¿dónde está el dinero recaudado, qué fin se le dio? Tenemos derecho a que se nos haga saber en qué se utiliza”, sentenciaron los padres.
El asunto no es menor, pues está de por medio la integridad física de decenas de niños y jóvenes que acuden a un programa universitario en el que buscan desarrollo físico y mental, así como sano esparcimiento.
Pero además, entraña una obligación de transparencia, ya que en la categoría infantil participan en promedio 150 niños que juegan una temporada al año, mientras que en la juvenil son entre 50 y 70, que compiten en dos temporadas anuales. Y cada uno de ellos, paga seis mil pesos por temporada.
¿Cómo es que juegan futbol americano con utilería en mal estado? ¿Qué hacen con el dinero entonces?
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