La Mujer se niega a contratar los servicios de una empleada doméstica. Comparto su postura. La razón, es por esa invasión a la privacidad del pequeño espacio que habitamos. Sabemos de personas que contratan por un día o dos a la semana a señoras que van, y “levantan” la casa. Igual, nos resistimos a ello y es que por la carga de trabajo que se acumula, a veces es complicado tener orden en el hogar… bueno, eso sí, los trastes no pueden estar sucios porque el señor se pone histérico.
Me dice la Mujer que a una señora que va a hacer el aseo a la casa de una amiga suya, una vez a la semana, le pagan 250 pesos. A veces creo que le zumba en la cabeza la idea de contratarla… espero que no. Amo mi privacidad.
Conozco a personas que tienen años con una empleada doméstica que materialmente ya vive con ellos. Cuenta con un espacio para dormir aunque realmente en ese lugar, se concentra su universo porque allí tiene el baño, sanitario y tele.
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Hay quienes hacen de su empleada doméstica un familiar más y qué bueno…
Lo cierto es que un empleado doméstico es uno de los eslabones más débiles que puede haber en el ámbito laboral, y no sé si alcance la categoría de subempleo.
A ello agregue que por lo regular, son los principales sospechosos si acaso se pierde algo en la casa. Con una mano en la cintura pueden ser despedidos o en el peor de los casos, humillados o vejados.
¿Recuerdan el video de la tipa de los chiles en nogada? La que humilló a la empleada doméstica porque tomó un plástico para llevarse el alimento…
Todo este rollo de los empleados domésticos viene a cuento porque el diputado José Kirsch propone que sus patrones les brinden Seguridad Social. La idea es buena, bien intencionada, más cuando el 90 por ciento de los ocupados en actividades del “hogar”, son mujeres, y si bien, el boletín donde expresa su intención el legislador es muy escueto, nos obliga a pensar nada más una cosa: ¿qué patrón está dispuesto a adquirir una responsabilidad más ante Hacienda? A ello agregue que en el IMSS hay una opción ya para hacerlo de manera voluntaria… interesante sería que nos diera a conocer el Seguro Social, cuántos patrones han asegurado a sus empleados domésticos.
Ahora, hay que plantearse primero cuál es el valor que se le da al trabajo del empleado doméstico.
Líneas arriba le decía que a una señora le pagan 250 pesos por ir un día a la semana a hacer el aseo de una casa. ¿En qué consiste ello? ¡No lo sé! A lo que mi corta imaginación responde es barrer y trapear el piso; lavar el baño; limpiar la cocina (en mi caso, prefiero lavar los trastes); barrer el patio y quizás, hasta dejar comida lista… digo, nunca he tenido empleada doméstica… pero, ¿son justos los 250 pesos? Si nos basamos en el salario mínimo que, me dice la Mujer, es de unos 85 pesos al día, pues hasta parece estupendo, pero me quedo con mis dudas. Mas éste es un mal ejemplo, porque la señora nada más va por un día… vendría siendo algo así como una “freelance”.
¿Alguien tiene idea de cuánto gana una empleada doméstica que trabaja seis días a la semana en una casa? Yo no… quizás por eso, a lo mejor lo que diga, sea chocoso, y antes de pensar en brindarle Seguro Social a un empleado doméstico, se tendría que pasar entonces en darle otra percepción a lo que implica su trabajo, dejar de verlo como un Subempleo y quizás darle categoría de oficio para entonces sí, que el Seguro Social que pretende el diputado José Kirsch, no quede nomás en la bondad del patrón y quede en carácter de obligatoriedad… pero, ¿es mucho soñar? Bueno, sólo respondamos cuántos reporteros o empleados en medios de comunicación cuentan con Seguro Social u otras prestaciones o véalo así: a cuántos taxistas los concesionarios los tienen asegurados.
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