El domingo por la noche se trasmitió el cuarto capítulo de la serie de Luis Miguel, serie que cada día se pone más interesante. En el capítulo pasado llamó mucho la atención la presencia de Arturo “El Negro” Durazo, quien se encargó de los primeros pasos de Luis Miguel, tanto en la industria del cine como en la televisión. En este capítulo hubo un error que circula ya en las redes sociales. Mientras Luis Miguel estudia en una escuela pública, la maestra lo pasa al pizarrón para que multiplique 7x6. En el Pizarrón ya está la tabla del 7, pero al principio de esa tabla del 7 aparece 7x1=1. La maestra está muy ocupada en regañar al niño Luis Miguel pues al parecer éste no es capaz de multiplicar el 7x6, pero la maestra ni siquiera se ha dado cuenta del error que aparece al principio de la tabla de multiplicar. ¿Así está nuestra educación en México o así estaba? Por cierto, en el capítulo cuatro aparece Alejandro González Iñárritu, un joven locutor que le vuela la novia a Luis Miguel, quien termina cantando: “Miénteme como siempre, por favor miénteme, necesito creerte, convénceme”.
En la UV no hubo ni presencia ni coronas de la rectoría para artistas que dieron su vida por la cultura; pero que tal hay dinero para residencias fastuosas
Un misterio que se debe revelar es dónde está Rodolfo “Chico Julio” Mendoza Rosendo, quien en ausencia fue destituido como director de Difusión Cultural de la UV. Ya le hicimos el favor a Sara Ladrón y fuimos a buscarlo al bar Chico Julio, en la calle de Victoria en la ciudad de Xalapa, de donde se sabe es “viajero” frecuente, y pues por ahí no lo han visto; igual no fueron sinceros. Los mismos trabajadores de Difusión Cultural nos comentan que el señor no se aparece desde el 5 de mayo, día de la Batalla de Puebla. Por cierto, también los mismos trabajadores comentan que en Difusión Cultural quedaron muchos asuntos pendientes, “cosas detenidas como la firma de 200 constancias de los cursos que se imparten en las oficinas de la dirección y que ya tenían que ser entregados. Murieron dos trabajadores de la dirección Feliz de la compañía de teatro (ORTEUV) y Víctor del (coro), quienes dieron su vida y prestigio a la Universidad Veracruzana y ni la rectora y ningún otro funcionario asistieron al velorio, ya no se diga de su presencia; ni una corona les enviaron No hay para coronas, pero si para residencias fastuosas”.
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El trabajo de Sergio Melo en el Congreso habla por sí mismo
En la Legislatura pasada hubo un gran desorden y desfalco en los recursos que se aplicaban para la Comunicación Social. Tan sólo una sola familia, el Sánchez Macías, propietario de algunos medios impresos, se quedaba con la cuarta parte de los recursos que se asignaban para la difusión de las actividades del Congreso. Para conseguir eso se requería de la complicidad de Juan Nicolás Callejas, de su administrador y de quien llevaba prensa en el Congreso. También se pagaban cantidades millonarias a medios que nunca tuvieron presencia, a medio fantasma y a periodistas que aterrizaban como aviadores. El orden que llegó a poner Sergio Melo, encargado de Comunicación Social del Congreso, incomodó a muchos que en un principio se le fueron al cuello, pero Melo aguantó y dejó que su trabajo hablara por sí mismo. El proceso de medios informativos en el Congreso se hizo de manera transparente, todo apegado a las reglas establecidas que daban certeza tanto al medio como a la oficina de Comunicación Social del Congreso. Se logró algo que no se había practicado en las anteriores Legislaturas y eso también debe ponderarse. El brete en el que metieron a Sergio Melo sólo habla de la “mala leche” que se traen contra él algunos afectados por ese orden; algunos medios de comunicación y periodistas prefieren el caos, porque de ese desorden es de donde sacan más provecho.
Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com
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