EN QUINCE DIAS, aproximadamente, todos los mexicanos, incluyendo a los veracruzanos, de manera particular, se olvidarán, casi por completo, del juego político que se lleva a cabo en canchas nacionales y estatales, para ganar la Presidencia de la República, y aquí, necesariamente, la gubernatura del Estado.

Efectivamente, el Mundial de Futbol, será el punto de referencia durante un mes, para las conversaciones en los cafés y en todos los lugares donde se pueda disfrutar de cada uno de los partidos. Del juego político, casi nadie se ocupará, porque los jugadores, ya habrán tenido su tiempo, para hacer sus propias jugadas y se estaría, casi, conociendo, el resultado del mismo, mientras que en Rusia, apenas se estaría a la mitad del mundial y se estarían jugando los partidos más importantes de aquella jornada futbolera que se escenifica cada cuatro años.

El día primero de julio, será domingo, y por lo tanto, un día familiar y para entonces, también, un día de expectación por los juegos que tendrán lugar y que comenzarían a definir, de alguna manera, el triunfador final, como en el caso del juego político de México y Veracruz, que para eses día por la noche, también se estaría conociendo el futuro del país y del Estado.

El Mundial de Futbol, terminará casi quince días después de las elecciones en México. Unos estarían gozando del triunfo futbolero, con la final, pero una gran mayoría, seguramente estarían pasando por su momento más amargo, debido a la derrota obtenida, lo que se extenderá a todos los ciudadanos del país, que estarían despertando de la cruda futbolera, hacia una realidad política en nuestro país, de la cual dependerá el bienestar o el caos en todo el territorio nacional.

Hasta este momento, según las encuestas, manejadas estratégicamente por empresas dedicadas a este negocio, están diciendo que hay un ganador, cuando aún no se han realizado las elecciones. Hay que recordar que Andrés Manuel López Obrador, ya perdió el juego político en dos ocasiones, cuando también, las encuestas lo ubicaban en primer lugar. Hoy sucede lo mismo, pero el resultado puede ser positivo para él o bien se repite la derrota electoral, como ha sucedido con el equipo mexicano, que participa en cada mundial, pero que no llega a figurar entre los mejores del mundo, a pesar de llevar las buenas vibras de todos los mexicanos, pues como se sabe, solamente los mejor preparados, son los que llegan a la final y uno de esos es el que gana.

La popularidad de López Obrador, tiene su propio nivel, de tal manera, que mientras en regiones apartadas del país, se vuelcan a favor del famoso Peje, en los centros urbanos, se le rechaza, bajita la mano, para no entrar en conflictos políticos.

Y no es que ahora, se quiera comparar  la participación en el Mundial de Rusia, del equipo de México, con los equipos políticos que también están jugando el juego de la sucesión presidencial y gubernamental, sino que la similitud se presenta por las grandes dificultades que ha tenido el futbol mexicano, para destacar a nivel mundial, con las grandes esperanzas de un partido y de un personaje en especial, con ganar la Presidencia de la República.

Hay quienes apuestan, sin reflexionar, que López Obrador, llegará a la Presidencia de la República, tan solo porque las encuestas lo ubican en los primeros lugares de este proceso electoral, pero se olvidan de los grandes intereses políticos y económicos con los cuales se ha enfrentado, sabiendo de antemano que en política todo se vale y en ese sentido, es posible que fuerzas extrañas intervengan para no dejarlo pasar, pues bien se dice que primero esta el interés general, y después el particular.

Los intereses políticos y económicos, dominan el escenario político nacional y aunque alguien sea muy popular, como el Peje, no deja de ser un verdadero peligro para México. De ahí que si gana, será responsabilidad de quienes tuvieron la oportunidad y casi el deber de detenerlo en razón de la estabilidad política y del bienestar de todos los mexicanos en general.

El juego político, es éste precisamente, donde tiene mucho parecido con el juego futbolero, donde los intereses económicos, también intervienen para definir el campeón o el triunfador absoluto de la contienda.

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NO CABE DUDA DE QUE el gobernador del Estado, Miguel Ángel Yunes Linares, esta preparando en Veracruz, un gobierno de catorce años. Verá usted, porqué:

Hasta ahora, personalmente, cumple con un gobierno de dos años, pero piensa ganar las elecciones de su hijo, Miguel Ángel Yunes Márquez, para completar ocho años, más el que ya anunció en las últimas horas, el de su hijo que por ahora es alcalde de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, cerrando el episodio con catorce años en el poder de la entidad.

Efectivamente, apenas hace unas horas, afirmó que sus hijos serán gobernadores, pese a quien le pese, lo que quiere decir, que mientras esta por ganar las elecciones gubernamental para su hijo Miguel Ángel, ya esta pensando en el siguiente sexenio que sería para su hijo Fernando.

Con esto quiere decir, que los veracruzanos, nada tienen que decir, porque la decisión ya ha sido tomada y como tiene el poder en sus manos, no habrá otra más que obedecer su mandato. El asunto cobra importancia, porque lo ha expresado en momentos críticos para la definición política de Veracruz, así como de complejo problema económico para toda la entidad, independientemente de los demás asuntos que ocupan la atención directa de todos los veracruzanos.

Pese a quien le pese, sus hijos serán gobernadores de la entidad veracruzana, amenaza política que se vierte como una plena seguridad de que por ahora, las elecciones ya las tiene ganadas.

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CON EL INICIO DE LAS campañas políticas para diputados locales, el Estado de Veracruz, ya se encuentra totalmente copado con tanta publicidad y hasta puede, en determinado momento estarse confundiendo con tanto candidato que llega, a cada rato, a buscar el voto popular.

Es cierto, en estas elecciones concurrentes, se corre este riesgo de que la ciudadanía entre en confusión, al no poder identificar plenamente a quien elige como Presidente de la República, Gobernador del Estado, Senador de la República, Diputado Federal, Diputado local, más si como sucede en la entidad veracruzana, los apellidos también jueguen su propio papel, porque, en las mismas condiciones que la vez anterior, ahora, otra vez, son dos Yunes, los que buscan ser elegidos como gobernador del Estado.

Parece que en este sentido, la concurrencia de este proceso electoral, no será tan positiva, salvo la disminución de gastos, que se dijo en principio, era el objetivo de juntar tantas elecciones a la vez.

En zonas con menor información política y con menor interés político de los propios habitantes, se hará más difícil para los electores, lograr identificar a cada uno, más cuando habrá mas boletas y mucho más trabajo para poder votar con tanta papelería.

Por lo pronto, los veracruzanos, ya estarán cansados de tanta publicidad política de los candidatos, más los que emite el propio órgano que se encarga coordinar estas elecciones. Ni modo, los resultados, se espera, sean mejores para nuestro país y para la propia economía nacional que con este proceso sufre su propio descalabro.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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