Javier Duarte, entre sus excentricidades, coleccionaba obras de arte, un arte que en su cretinismo quizá no comprendía, pero que lo hacía sentir culto. Duarte era como el burro cargado de libros, como el asno que traslada un piano de una casa a otra. Él pensaba que tener arte lo hacía una persona valiosa. Pero, ¿conocería el valor clásico y contemporáneo de la obra de Javier Marín? ¿Apreciaría el trazo preciso de las pinturas de Pilar Fernández? Esa obra en blanco y negro, a lápiz, que siempre tiene luz, que siempre guarda un poco de calor suficiente para entibiarnos la mirada. ¿Reconocería Duarte el motivo de lo abundante en Botero, o sólo se reiría de las gordas del pintor, porque se veía reflejado en esa obra? ¿Entendería el surrealismo oscuro de Leonora Carrington, su drama, su misterio, su osadía? Qué bueno que el gobierno de Veracruz recuperó esas obras, que bueno que sean expuestas para el deleite de los veracruzanos y no sólo para la mirada snob de una clase política que sólo conocía los excesos pantagruélicos, pero no las abundancias el arte. Duarte y sus secuaces ignoran que el arte va de la mano con las virtudes, y una persona llena de vicios sólo ve en el arte un objeto que se puede mercar.
Xóchitl Gálvez, ¡que alguien piense en los niños!; ella cree que el sueldo y no los valores, evitará que los funcionarios se corrompan
A que la Xóchitl Gálvez, salió más burguesa que la Martha Sahagún y que la Gaviota juntas. Se viste con trajes autóctonos y engaña con sus leperadas para que creamos que es pueblo, pero la señora resultó bastante frívola y snob. La futura senadora panista le pide a Andrés Manuel López Obrador que reconsidere el tema de los sueldos, pues para muchos funcionarios públicos eso significaría un desajuste económico si se considera que los hijos de los funcionarios están acostumbrados a escuelas privadas. ¡Que alguien piense en los niños!, lanza el grito desamparado la “indígena” cachirul. Aparte, la señora cree que es el sueldo y no los principios y valores, lo que hará que los funcionarios no se corrompan: “Bajar sueldo a funcionarios propiciaría corrupción”, dijo quien fuera titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el gobierno de Vicente Fox.
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Sí, ahorita le hace caso AMLO a la iglesia católica, no pierdan cuidado; quieren que Olga Sánchez Cordero no llegue a la SG
Ahora resulta que la iglesia católica, esa que se ha aliado con el poder en los últimos sexenios, la iglesia de Norberto Rivera y del padre Maciel, la iglesia de Onésimo Cepeda y de Juan Sandoval Íñiguez le pide a Andrés Manuel López Obrador que no se ponga a Olga Sánchez Cordero en la Secretaria de Gobernación, pues se sabe, según ellos, que la exministra es promotora de la legalización de la mariguana, de los matrimonios gay y del aborto. Mediante la Agencia Católica de Informaciones lanzaron la convocatoria por Citizengo.org pues según ellos: “Es claro que la persona referida y propuesta a ocupar la Secretaría de Gobernación, se ha mostrado favorable en temas como la destrucción de la vida humana de los mexicanos en su etapa embrionaria o pre-natal, así mismo también se ha pronunciado para instaurar una Ley General de Voluntad Anticipada (que se estima quitaría la vida de las personas)”, puede leerse en el mensaje, en el que también se critica la Ley de Amnistía, la reducción de penas y la despenalización de la marihuana, medidas analizadas como parte del proceso de pacificación del país al que ha convocado la administración entrante”. Un presidente que tiene como ideal a Juárez no va a escuchar a estos católicos anquilosados, oscurantistas, dignos de pertenecer a la Santa Inquisición.
Armando Ortiz
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