La entrega de su constancia a Andrés Manuel López Obrador como Presidente electo de México, de parte del Tribunal Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, es para la sociedad mexicana otro paso firme de esperanza hacia un cambio.
Así como el dos de julio todos mostramos rostros de felicidad por el triunfo aplastante de la sociedad contra el estado, ayer volvimos a compartir esta rara experiencia que tiene que ver con un deseo urgente de sentirnos libres. El que a AMLO le hayan entregado su constancia lo hace presidente electo y solo faltan tres meses y unos días para que ese equipo de colaboradores que ha designado, y que se mantienen trabajando cerca de la sociedad, comiencen a concretar acciones tendientes a iniciar un cambio verdadero, no un relevo de gobierno sino un cambio de modelo democrático.
¿A poco a usted no le entusiasma saber que los ex presidentes, que tanto robaron, se les quiten sus millonarias pensiones; a poco no le alegra que los miles de elementos del llamado Estado Mayor Presidencial, regresen a las filas del Ejército a cumplir con sus funciones y dejen de ser hasta sirvientes en las residencias de los altos funcionarios; a poco no le da gusto que los funcionarios, de todos los niveles de gobierno, a partir de diciembre comiencen a ganar cantidades mucho menores a las que venían cobrando, una auténtica ofensa para el hambriento pueblo de México?
En fin, hay tantas cosas por las que tenemos que alegrarnos porque nos contagiamos de la esperanza que permea entre la sociedad, porque por fin vamos a hacer algo importante para combatir la corrupción y la impunidad, a la delincuencia, porque se van a crear más empleos, o porque a la cultura y al deporte le darán el sitio que le corresponde y porque todas esas acciones serán el futuro que les heredemos a nuestros hijos y nietos con un país distinto.
Hay dolidos por la derrota en las urnas, que le apuestan al fracaso del proyecto de López Obrador, a ellos hay que recordarles que fue la sociedad la que decidió llevar a la silla presidencial al político tabasqueño, no solo su partido político, fuimos los mexicanos de todas las filiaciones partidistas, religiones y preferencias sexuales, todos quisimos dar un ¡hasta aquí!, a los políticos tradicionales, hacerlos a un lado y dejar al país en manos de personas honestas, pero probadas, a nuevas caras con buenas intenciones, a políticos comprometidos con un cambio verdadero, a mexicanos en cuyo trabajo está depositada nuestra esperanza.
Entusiasmo, alegría y esperanza las hay. Que bueno que los mafiosos que integran el gabinete presidencial de Enrique Peña Nieto, los del gran fracaso de México, se han hecho a un lado, para que los colaboradores de López Obrador comiencen a actuar con toda libertad cerca de la gente, enriqueciendo sus planes de trabajo con la participación de todos los que quieran opinar sobre los distintos temas.
Por un estado de derecho
Y en su primer discurso como Presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador hizo algunas definiciones:
“No cabe duda de que vivimos momentos realmente históricos. Muchas han sido las enseñanzas del pasado proceso electoral, pero considero que su saldo más importante fue la demostración de la elevada conciencia cívica y la sólida dignidad republicana que hemos alcanzado los mexicanos. Ha sido sorprendente y ejemplar lo acontecido el 1º de julio; nuestra sociedad manifestó su entereza y su talento, y así lo han reconocido otros pueblos, países y gobiernos del mundo”.
“Ahora nos corresponde asimilar correctamente los sentimientos expresados por el pueblo al emitir el sufragio y ser ejecutores escrupulosos y fieles de ese mandato. Considero que la gente votó por un gobierno honrado y justo. En mi interpretación, la mayoría de los ciudadanos mexicanos están hartos de la prepotencia, el influyentismo, la deshonestidad y la ineficiencia, y desean con toda el alma poner fin a la corrupción y a la impunidad”.
“Millones de compatriotas aspiran vivir en una sociedad mejor, sin la monstruosa desigualdad económica y social que padecemos. Ha sido muy satisfactorio constatar que incluso los sectores de clase media y no pocos de los más acaudalados manifestaran con su voto el deseo de mejorar la situación del prójimo y su acuerdo en el principio de que el gobierno ha de representar a todos, pero que debe dar preferencia a los olvidados y a los más pobres de México”.
“Considero que otro de los mandatos de la mayoría es el evitar la violencia, atendiendo para ello las causas que la originan y reformular la política de seguridad, hoy centrada casi exclusivamente en el uso de la fuerza, a fin de construir la reconciliación nacional en el bienestar y en la justicia”.
Yunistas desconsolados
Los que andan que no les calienta nada son los funcionarios de la administración estatal que ya se va, los chamacos de la yunicidad, si esa caterva de jóvenes y chavos rucos de que se rodeó Miguel Ángel Yunes Linares, para someter a un pueblo a sus caprichos contagiando de su soberbia y arrogancia, a esos amigos de su hijo el Chiquiyunes. Llegaron para estar dos años y pensaron que era para toda la vida, ahora que se les viene el mundo encima porque se endrogaron con autos lujosos, con residencias que ya no podrán pagar, están dispuestos a vender su alma al diablo y en eso andan.
Sabemos de casos de directores y subdirectores de la yunicidad, que han elaborado proyectos para presentarlos al gobernador electo Cuitláhuac Jiménez, a quien andan cazando para abordarlo y entregarlos, rogando al jefe que no los vayan a correr. Y si les preguntan por su actual jefe con todo cinismo reniegan de él y de toda su familia y hasta se dicen mártires del tirano: que bueno que perdieron la elección, trabajar con ellos ya no era posible, son insoportables, con cualquier insignificancia te mientan la madre y te hacen ver tu suerte…Que pinches ingratos, con esos argumentos lo que provocan es que el gobernante electo los escuche, porque es muy educado, les suelte un “déjame el documento lo vamos a revisar” y punto.
No faltan tampoco los que buscan a morenistas cercanos a Cuitláhuac para valerse de ellos y conseguir una entrevista o hacerle llegar el proyecto… Entiendan, esto ya se les acabó, ustedes tuvieron la culpa de la derrota, para que corren tanto burócrata necesitado de sus salarios y en sus lugares poner aviadores, chamaquitas que son unos cueritos pero que no están para trabajar, para que ofenden a los trabajadores y a los veracruzanos en general, se ganaron a pulso el odio de todos.
Quieren seguir robando
Un grupo de alcaldes de los municipios de Acatlán, Álamo Temapache, Alvarado, Castillo de Teayo, Coatzintla, Cosautlán de Carvajal y otros, vinieron ayer al Congreso para que les autorizaran recursos federales, para infinidad de obras que tienen pendientes en los municipios que gobiernan.
Al terminar su reunión en el Congreso y habiendo logrado la anuencia de los diputados para conseguir el cash, se fueron a una cafetería que se encuentra en la Plaza Américas, para tratar otro asunto más importante: cómo hacer para bajarle a los presupuestos de las obras el 25 por ciento del total, lo que deberá ir a parar a sus cuentas. Los alcaldetes siguen pensando que viven en el pasado, que si roban nadie les va a decir nada. Nosotros los escuchamos y los grabamos y la verdad indigna tanto cinismo de estos ladrones.
REFLEXIÓN
Dice el Presidente electo Andrés Manuel López Obrador: “Si aplicamos la Ley del Talión, vamos a acabar siendo un país de chimuelos y tuertos”. Esto en defensa de su ley de amnistía que a muchos no les hace ninguna gracia. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas |