Por ley, todo gobierno está obligado a difundir sus tareas y para eso necesita de los medios de comunicación. Lo que no dice la ley es que el propio gobierno deba mantener con millonarias prebendas a los vividores de la comunicación.
Y eso fue lo que hicieron Fidel Herrera y Javier Duarte que soltaron cientos de millones de pesos a los dueños de medios que lo único que hicieron fue llenarlos de incienso.
Esos medios, principalmente los impresos, jamás se preocuparon por la calidad informativa de sus productos y se dedicaron a colmar sus páginas con cuanto boletín les enviaban de Comunicación Social.
¿Notas contra Fidel o Javier? No hombre, ni de broma. Algunos llegaron al extremo de editar o de plano mutilar, columnas de periodistas que no eran afines a ese par. Y a quienes insistían, simplemente dejaban de publicarlos.
Como era de esperarse, esos diarios y semanarios perdieron a sus escasos lectores, cosa que importó poco a sus dueños. Pero cuando el gobierno de Miguel Ángel Yunes les levantó la canasta, varios tuvieron que cerrar y otros sobreviven con muchas carencias.
Es bueno aclarar que entre los medios impresos que se vieron obligados a bajar la cortina, había diarios de prestigio (como Oye Veracruz, por poner un ejemplo) a los que el gobierno de Javier Duarte quedó a deber y el gobierno de Yunes Linares se ha negado a pagarles con el peregrino argumento de que son “duartistas”.
A nivel nacional, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, dijo que recortará en un 50 por ciento el presupuesto para los medios de comunicación, lo que impactará a todos los medios del país.
En el caso concreto de Veracruz y hasta donde tengo información, el gobierno de Cuitláhuac García contratará los servicios de los medios impresos que tengan más lectores y más presencia en los municipios (que cuando mucho han de ser cinco en el estado) y lo mismo sucederá con los portales de noticias.
También se manejará de igual forma con las radiodifusoras, con las televisoras y párale de contar, lector.
Pero ya no habrá convenios (puede que haya uno que otro, pero serán contados).
Por lo que le entendí a Cuitláhuac, si su gobierno necesita de un espacio en prensa, internet, radio o televisión contratará el servicio, pagará su precio y listo.
A partir del 1 de diciembre nada de que te vendo un convenio de 250 mil pesos mensuales con mi periódico que tira 500 ejemplares (pero le devuelven 400) y aparte dame dos, tres o cinco millones de pesos en obra porque tengo una constructora.
Nada de que dale una chamba de aviador a mi hijo para que se ayude, aunque sea de 40 mil pesos quincenales. Y nada de que te encargo que metas en la nómina a mi esposa, mis tíos y a mi querida.
Bien porque se acabará el multimillonario despilfarro que servía para mantener zánganos. Y mejor porque sobrevivirán los medios de comunicación que ofrezcan mejor información.
Y hay más. En caso de lograrse, esta medida auspiciará la competencia entre los mismos medios que será en beneficio de lectores y audiencia.
Eso sí, si Cuitláhuac lleva a cabo su plan se va a echar encima a decenas de alacranes que no son otros que aquellos que aplaudieron desde sus páginas, estaciones de radio y televisión a los que saquearon a Veracruz, aunque ahora los infamen.
Ojalá el gobernador electo aguante vara y no se vaya a echar para atrás, porque la medida será para bien de todos.
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