Y por lo que se nota, tampoco la llamada Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE tampoco tiene una idea muy clara.
Para comenzar, la comisión especializada divide la cantidad en dos conceptos, los utilizados para actividades ordinarias de los partidos les otorga un presupuesto de 4 mil 728 millones de pesos y para actividades específicas el resto, es decir, 141.8 millones de pesos.
Pero si usted se está preguntando cuales son esas actividades ordinarias de los partidos políticos o las actividades específicas, la comisión de Prerrogativas explicó que, de esos 4 mil 728 millones de pesos, un total de 94.5 millones de pesos deben ser canalizados para el rubro de franquicias postales y los 693 mil pesos restantes, para franquicias telegráficas.
Dicho en simples palabras, para enviar correos postales y telegramas.
Así es, en pleno siglo XXI se van a gastar casi 95 millones de pesos para mandar correos y telegramas. No pues si, la democracia es cara.
Aunque con ese presupuesto multimillonario para los partidos políticos, más bien pareciera que en el INE no se han enterado todavía que para el año entrante, habrá ya un nuevo gobierno, que desde ahora, ha empezado a anunciar que se harán recortes en gastos y sueldos en todas las dependencias gubernamentales.
Se supone que este año se efectuaron las elecciones de presidente de la República, gobernadores, senadores, diputados federales y en consecuencia el año entrante no habrá nuevas elecciones que justifiquen un presupuesto tan exageradamente grande.
Para obtener esa cifra multimillonaria de dinero el INE se basó en lo establecido en la Constitución, la cual se formula a partir de la cantidad de personas inscritas en el Padrón Electoral (90 millones 259 mil 589 ciudadanas y ciudadanos).
El cálculo parte de la Unidad de Medida y Actualización (UMA) -salarios mínimos- que para el 2018, es de 80.60 pesos de acuerdo a lo establecido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De todas formas, no se justifica de ninguna manera, el que se sigan derrochando miles de millones de pesos para mantener a los partidos políticos que en realidad no tienen una representación real de la ciudadanía y sus intereses.
Seria muy saludable para esa democracia tan cara, el que los partidos políticos dejaran de recibir el dinero de todo el pueblo de México, para que ajustaran sus gastos a los recursos propios que como instituciones puedan reunir por cuenta propia y no cómodamente del presupuesto federal.
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