Y si a esto le sumamos el poder que tendrá el súper delegado Manuel Huerta y los pagos de facturas que se tendrán que hacer con los priistas que le apostaron a este proyecto, García Jiménez y sus verdaderos amigos o aliados (si es que los tiene) se estarían quedando en una notable indefensión con falta de espacios para maniobrar y aun siendo el jefe de la instituciones del estado el “Cuic” nunca sería tratado como tal.
La neta.
En días por venir, Cuitláhuac se encontrará en el difícil dilema si hacerle caso a todas las recomendaciones externas, o si dejará finalmente en puestos claves a personas de su entera confianza, ya que de someterse a las decisiones centrales, se estaría convirtiendo en una marioneta del sistema y en una figura decorativa más de la cuarta transformación.
Se tiene que decir, es innegable que el triunfo en el pasado proceso electoral del ex diputado federal xalapeño se le debe al efecto peje. Lo anterior, no está en el debate.
Sin embargo, es tal la difidencia que en la Ciudad de México le tiene al siguiente gobernador jarocho de que no se convierta en un “duartito”, que las instrucciones son que todas las propuestas de Subdirectores, Directores, Subsecretarios y Secretarios deben de pasar por el centralísimo filtro, para que los nuevos funcionarios se encuentren obligados a reportarse con los del Altiplano.
Y con esto ¿en qué posición quedaría Cuitláhuac García?
Es más, es tanta la lucha de poder y los jaloneos que existen al interior de MORENA, que por ejemplo en la Secretaría de Educación, mientras Cuitláhuac García insiste en nombrar a Zenyazen Roberto Escobar García, existen otras voces que aseguran que la propia Elba Esther Gordillo quiere mandar allí, y otras más donde Esteban Moctezuma junto con Víctor Arredondo quién se encuentra en Puebla en temas de la descentralización de la SEP, impulsan a Raúl Arias Lovillo quién sería el responsable de la entrega recepción.
Ya veremos que pesa más.
Esperemos a ver qué pasa.
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