Ese 25 de septiembre, el Secretario de Finanzas a punto de entregar, Guillermo Moreno Chazzarini, informó que entregarán una deuda de 46 mil millones, o sea, aunque quiso matizar la gravedad del problema diciendo que es una deuda reestructurada y menor a la que recibieron en mil millones, en lugar de los 47 mil que les tocó a ellos, evitó decir que traspasarán un gobierno en ruina económica, en quiebra, hundido.
En una reunión con su “Comité de Participación Ciudadana”, el gobernador le recordó a Cuitláhuac que en dos meses y días tendrá el mundo encima cuando le reclamen sueldos, aguinaldos y pago de pensiones y jubilaciones. Para enfrentar el problema le recomendó pedir que le adelanten el pago de algunas participaciones federales o que vuelva a pedir prestado a los bancos. Qué alivio.
Hubo quienes criticaron al gobernador saliente por ello pero en realidad no se podía esperar otra cosa y fue mejor que dijera cuál es la situación real para que al entrante no lo agarre por sorpresa y para que cada quien tome provisiones ante el negro panorama que cubre Veracruz.
El 13 de diciembre de 2016, trece días después de que había asumido la administración, Miguel Ángel Yunes Linares declaró el estado de emergencia financiera por la deuda pública que había heredado que, dijo entonces, ascendía a 56 mil millones de pesos (unos 2,750 millones de dólares al tipo de cambio de entonces). Hoy entregará una deuda total de casi 60 mil millones si se suman los 46 mil más los 13,695 que se deben al SAT, o sea un pasivo mayor, un gobierno igual, en emergencia financiera, al que recibió.
En Ahued habla la experiencia
La preocupación del senador Ricardo Ahued es fundada. Su experiencia administrativa como exalcalde de Xalapa y como integrante de la Comisión de Hacienda y Crédito Público cuando fue diputado federal en la LXI Legislatura le dan todos los argumentos para encender los focos rojos. La semana pasada quedó integrado en la Comisión de Hacienda y Crédito Público del Senado y pudo ya saber cómo vienen las cosas.
Ojalá y las cosas fueran tan sencillas como las ve el futuro Secretario de Economía y Desarrollo Portuario, Ernesto Pérez Astorga, quien el pasado 1 de octubre, en declaraciones a XEU Noticias, dijo que el gobernador electo Cuitláhuac García ha mantenido reuniones con el próximo Secretario de Hacienda Carlos Urzúa por lo que confía en que los pagos de aguinaldos, salarios, jubilaciones y pensiones “queden en tiempo y forma”.
“Tenemos un gran aliado que se llama Andrés Manuel López Obrador y la Federación y estamos seguros que no nos van a dejar morir… yo creo que debemos darle paz y tranquilidad a la gente que trabaja en el gobierno del Estado para decirles que seguramente el día 15 van a recibir sus sueldos y aguinaldos y todas las prestaciones de ley”, expresó.
De buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, dice el dicho, porque una cosa es lo que diga AMLO y otra la que dicte la realidad. Inquietan las declaraciones de Pérez Astorga porque denotan que están confiados sólo a la palabra de López Obrador.
El Secretario de Hacienda, también con problemas
El 11 de septiembre, en la columna Templo Mayor del diario Reforma se comentó que “la conocida sonrisa de Carlos Urzúa” comenzaba a desdibujarse, “pues ya está padeciendo en carne propia aquello de que prometer no empobrece, lo difícil es cumplir”, pues el próximo Secretario de Hacienda “nomás no encuentra los recursos que se necesitan para cumplir tooodas las promesas que hizo Andrés Manuel López Obrador”.
“Se dijo que el equipo del presidente electo necesita 500 mil millones de pesos –así nomás de entrada– para los programas sociales y las obras anunciadas por el tabasqueño. Pero no encuentran de dónde diablos sacarlos”.
Cuitláhuac podrá hablar cuantas veces quiera con AMLO, quien le dirá que sí, pero finalmente terminará enviándolo a ver a Urzúa y este le dirá sí manito, pero de dónde lo saco, no hay dinero ni para nosotros.
Contemplan cortar recursos a Sedecop
El senador Ahued en su nueva posición ya conoció en documentos la grave situación de las finanzas de Veracruz y por eso alerta que están en riesgo en especial los rubros de salud o seguridad, pues aunque a los trabajadores de esas dependencias se les retuvo el pago del ISR, lo desviaron (se lo robaron) en el gobierno de Duarte, quien en solo 36 meses podría quedar en libertad (y muy joven multimillonario).
Pero la Secretaría con la deuda más elevada es la de Educación estatal, que no entregó a hacienda 7 mil millones.
Ahued Bardahuil alerta que está contemplado también un recorte a los recursos de la Secretaría de Desarrollo Económico y Portuario (Sedecop), la de Ernesto Pérez Astorga, porque no se entregó la comprobación de los recursos invertidos (supuestamente) en la entidad y “por tal motivo en la lista (se supone que de las participaciones federales) Veracruz va a salir sin recursos”.
Por su declaración (alcalorpolitico.com) se deduce que había recursos para proyectos de agua, de gastos federados, así como para proyectos productivos en la Sedecop “y se perdieron”.
Responsablemente, como buen veracruzano, Ahued invita a los otros senadores veracruzanos Dante Delgado, quien fue gobernador de Veracruz y conoce muy bien, igualmente, el manejo financiero-administrativo, y Julen Rementería del Puerto, exalcalde del municipio de Veracruz, exfuncionario federal y estatal y exdiputado local a que trabajen juntos para solucionar el problema.
Adelantó que el tema se analiza en la Comisión de Hacienda del Senado para estudiar alternativas de pago y que “el castigo no lo paguen los veracruzanos”. Y de nuevo, la realidad: todavía no encuentran una solución jurídica de condonación y se busca crear un fondo de compensación para no afectar a Veracruz, o que otorguen un subsidio para que se vaya pagando “poco a poco”.
No se sabe qué hacen los diputados federales
Pero no se ve fácil. El mismo sábado pasado, Miguel Ángel Yunes Linares dio a conocer que su administración promovió una demanda ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa buscando que se cancele la deuda, pero esta en veremos.
Al problema dijo que habría que agregar que mensualmente se pagan 260 millones de pesos también de impuestos que no pagó el gobierno de Duarte.
"Si esto no se resuelve el gobierno siguiente tendría que hacer lo mismo que yo, pedir que se cancele la deuda o continuar con la demanda". Aclaró que esta deuda no está registrada dentro de los pendientes con los bancos dado que es un incumplimiento de compromisos con la Federación, y que además afecta la calificación crediticia de Veracruz porque las calificadoras la incluyen como parte de la carga financiera.
No obstante la gravedad de la situación, se desconoce qué están haciendo los diputados federales veracruzanos (casi todos de Morena) para que aumenten los recursos para Veracruz en el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2019, que está en plena integración y que deberá quedar aprobado el próximo mes.
Tampoco se sabe qué piensa del problema el gobernador electo Cuitláhuac García (aparte de sus declaraciones contra Yunes), con precisión qué gestiones ha hecho y qué ha obtenido o le han asegurado, y si su futuro nuevo Secretario de Finanzas José Luis Lima Franco (un maestro suyo en la Facultad de Economía en la Universidad Veracruzana me dijo que “es tan joven como brillante” y que no podrían poner al frente de la Sefiplan “a alguien incapaz”) ya está trabajando con un equipo de expertos para ver cómo le darán viabilidad a la administración entrante para cumplir con los compromisos obligatorios y con las ofertas de campaña y de gobierno electo. |