Aunque Javier Duarte hubiera decidido evitar convertirse en prófugo de la justicia, no se habría presentado a entregar la estafeta a Yunes, de hecho, huyera o no, el cordobés ya había comunicado a su Secretario de Gobierno, Flavino Ríos Alvarado, que cerraría como “interino” y por ende, saldría en la foto del primero de diciembre.
¿Qué ocurrirá en esta ocasión?, ¿Miguel Ángel Yunes llegará hasta el último día de su gobierno y entregará, personalmente, el poder a Cuitláhuac García?, ¿buscará evitar “la foto del morbo” cuando su objetivo era dejar la estafeta en manos de su hijo?
Dudo que Yunes aplique aquella de dejar que sea su Secretario de Gobierno quien deposite el poder en Cuitláhuac García. Es más, veo muy factible que en el marco del proceso de entrega-recepción, tanto el panista como el morenista se disciplinen y presidan alguna reunión.
Cierto es que en el plan de Yunes no estaba encontrarse el primero de diciembre con Cuitláhuac García, sin embargo, puedo asegurar que el morenista tampoco se veía ahí, hasta que él mismo experimentó, en carne propia, el tsunami de su mentor, Andrés Manuel López Obrador.
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