DESPUES DE UNA larga espera, los veracruzanos, tendrán un nuevo Gobernador del Estado, producto de la práctica democrática que se llevó a cabo el pasado primero de julio y que dio como resultado que Cuitláhuac García Jiménez, lograra la victoria electoral, en medio de una incertidumbre que campeaba en todo el ámbito político de Veracruz.
Finalmente, el desenlace electoral, dio la sorpresa más grande que se tenía en esos momentos y donde la esperanza de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, se cumplió al pie de la letra mediante una abundante votación, generando los votos necesarios para que García Jiménez, llegara a ser el Gobernador electo.
Sin embargo, pasó mucho tiempo, pues cinco meses de espera fueron bastantes, considerando que la entidad veracruzana, no encontraba el camino que le pudiera permitir seguir adelante, pues la cerrazón política, dio el portazo a toda la sociedad en su conjunto, de tal manera que la única manera de soportar el paso del tiempo, era la esperanza de que tarde o temprano, habría un nuevo Gobernador del Estado, que pusiera orden en todos los sentidos de una administración pública opaca.
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Ese día ha llegado y tan solo tienen que transcurrir unas cuantas horas para que se concrete la sucesión gubernamental de manera definitiva y constitucional, porque los veracruzanos, en sus diversos sectores, no ven la hora en que este gobierno pueda concluir con sus gestiones para dejar libre a la siguiente administración y que se comiencen a hacer las cosas bien.
Mañana viernes, las cosas cambian en Veracruz, con un serio intento de desechar, primero, la corrupción de dos gobiernos que antecedieron a esta cambio que se aproxima, donde todos salen señalados por haber el saqueo que ha tenido el erario público.
Se van, afortunadamente, los hombres y mujeres en los que el pueblo confió y que no dieron ningún resultado palpable, donde no se cumplieron, de la misma manera, ninguno de los compromisos contraídos, burlándose de la buena fe de los veracruzanos, que creyeron ciegamente en las promesas de campaña, donde, principalmente, se mantuvo un contacto con la gente, porque después nadie supo, nadie vio a ningún funcionario gubernamental que se hubiera acercado para responder por las promesas, pero sobre todo, por los compromisos contraídos.
Es claro, que los veracruzanos, están seriamente decepcionados por la forma en que se les trató, de tal manera que hoy celebran también la despedida de una serie de personajes que no quisieron dar debido cumplimiento a los deseos del pueblo, manifestados a través del voto, que es, en cierta forma, la manera de expresión de la propia ciudadanía.
Este viernes, por cierto, al final del último minuto de la presente administración estatal, Cuitláhuac García Jiménez, asume una responsabilidad enorme, porque independientemente de ser el Gobernador del Estado, será el responsable de darle al pueblo las satisfacciones que merece.
García Jiménez, llega al gobierno de Veracruz, con grandes retos, pero sobre todo, con grandes compromisos que tiene que cumplir, porque de no hacerlo, puede ser la última ocasión en que el pueblo pueda creer en las promesas de los hombres públicos.
Esta es, sin duda alguna la última oportunidad que el pueblo ofrezca a un hombre para gobernar con inteligencia a una entidad que tiene todo, menos lo que ya se han llevado los actores políticos que ya forman parte del pasado. Cuitláhuac, lamentablemente, carga con la pesada loza que han dejado sus antecesores al no cumplir cabalmente con sus compromisos.
Pero, no todo esta perdido y esa será la gran tarea de un hombre que llega escaso de experiencia, pero con la gran voluntad que se requiere para hacer de Veracruz, un estado nuevamente pujante, pues no se requiere tanto, ya que basta con devolverle la paz y la tranquilidad para convertirlo nuevamente en uno de los grandes pueblos que trabajan por su propio desarrollo y bienestar.
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EL PRESIDENTE de la República, Enrique Peña Nieto, ya dejó los Pinos, espacio que sirvió de residencia oficial del titular del Poder Ejecutivo y que hoy con las nuevas disposiciones del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, desaparece con estas funciones y quedándose, solamente, como un espacio abierto para las artes y la cultura, donde todos los mexicanos tendrán oportunidad de visitar y conocer, aunque deambulen por ahí, los fantasmas de una época republicana, pero al mismo tiempo, con lujos de los duales fue dotada desde mil novecientos cuarenta y uno, aproximadamente.
Fue el Presidente Manuel Ávila Camacho, quien la ocupara, después de que rehusó volver al Castillo de Chapultepec, después de que lo dejara el Ex presidente Lázaro Cárdenas, para vivir en otra parte, considerando que de esa manera, se solidarizaba con el pueblo en general, dentro de una época austera, tal y como ahora lo retoma Andrés Manuel López Obrador.
Por ahora, el Presidente Enrique Peña Nieto, deja esta residencia al concluir su periodo constitucional de gobierno y se va a vivir, seguramente, a la Casita Blanca, aquella controvertida construcción de hace unos años y que se dice constituye el poderío económico del todavía mandatario nacional y de su esposa Angélica Rivera.
López Obrador, como lo prometiera todavía mucho antes de que el pueblo le concediera la oportunidad de gobernar al país, no vivirá en esa residencia, cumpliendo con una parte más de su austeridad republicana, aunque como muchos dicen, no se trata de un Presidente de la República, sino de la representación que el mismo gobierno tiene, tanto por seguridad, como por ser un lugar adecuado para las funciones presidenciales.
Pero en fin, la decisión es esa y López Obrador, no vivirá en los Pinos, después de que muchos Ex presidentes de la República, la habitara y también la disfrutara durante el tiempo de su mandato presidencial.
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SON LAS ULTIMAS HORAS del gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares, y todavía, por todas partes del Estado, llegan constantemente las noticias de la alta inseguridad en que deja a Veracruz.
Los grupos delincuenciales no respetan ni siquiera los últimos instantes del mandato constitucional del famoso Miyuli, pues los delitos se siguen cometiendo a diestra y siniestra y sin que nadie se preocupe por esta situación que parece aprovechar los momentos del vacío de poder que se ha generado con la próxima sucesión gubernamental.
Este es el estado de cosas que recibirá Cuitláhuac García Jiménez, como claro mensaje de que las cosas no están nada bien y que en cualquier momento se pueden desatar, con más fuerza, los actos violentos de la entidad, por tener en cuenta que se requerirá de un tiempo para reordenar los esquemas con los cuales se estuvo trabajando y que no dieron resultados.
No cesan, por ningún lado, los actos violentos de los grupos organizados que se han mantenido permanentemente en el territorio estatal, donde nunca fueron molestados, por lo que ahora, con mucha más razón, se están preparando para llevar a cabo sus acciones, como ya se ha venido conociendo a cada minuto que pasa de este fin de gobierno.
Esto es lo que entrega el Gobernador del Estado, al nuevo responsable del estado de derecho en la entidad veracruzana.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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