*Paupérrimo pastor, terco, exigente…¡ Periodista ¡ y fundador de una Diario…
“Ser un líder, ser un seguidor, o salir del camino”.
En una carta enviada por José Vasconcelos a don Carlos Loret de Mola Mediz, una vez leída la excelente obra “Angel sin Ojos”, del brillante periodista yucateco, le comentaba acerca del sacerdote nacido en Cotija, estado de Michoacán, que le parecía “que el fuego de sus grandes ojos azules velados por una modestia angelical, me daban a comprender que aquel no era un hombre común, era loco o santo. Pronto vi que no era loco”, esta es parte de la carta y lo dicho anteriormente, por el obispo de Cuba, Artiaga… Corría el año de 1950.
José Vasconcelos lo analiza a través del valiente periodista Don Carlos Loret, y coincidiendo con lo comentado por mis abuelos y parte de esto, por mi señora madre, Guizar y Valencia fue un líder social que caminaba calzando huarache y con su ropa deshilachada, hombre de acción apoyando a las familias desprotegidas en el temblor, en Teocelo en 1920 y como cura predicando y en proselitismo, seguido de los niños les repartía dulces, su compañía preferida…
Este tema de Guizar y Valencia, lo comentamos esta tarde de lunes 7 de enero, en los pasillos de palacio municipal de Coatepec, preguntándole al cronista de la ciudad, Martín Blásquez Ojeda, acerca de su charla de domingo en uno de los eventos de la Feria Anual de Ixhuacán de los Reyes, referente al temblor de 1920 que sacudió y dejó tragedia en toda la zona desde Quimixtlán, Puebla, Ayahualulco, Ixhuacán, Cosautlán, Teocelo, Xalapa y Orizaba, obligado mencionar el nombre del ahora santo Rafael Guizar y Valencia…y para Martín Blásquez, fue un líder social que dejó profunda huella en su caminar por las comunidades de esta amplia zona.
No fue solamente en su papel de cura, estuvo en momentos de indignación, por lo que sucedía en México, comenta Martín, llega de su destierro de la Habana, Cuba, después de su exilio por cuatro años, pero en 1919 se le notifica que el Papa Benedicto XV lo había elegido como el nuevo Obispo para la diócesis de Veracruz, a donde llegó a estas tierras en enero de 1920, cinco meses después de haber sido designado…
Fue Guizar y Valencia de familia acomodada dedicada al comercio, pero su vocación sacerdotal lo convirtió en persona humilde y piadosa, de lo cual la iglesia le dedica los temas importantes de su pasaje religioso, pero coincidimos con Martín Blásquez Ojeda, que se le debe analizar como el personaje y su liderazgo después de su destierro, sobre todo en lo referente en esta zona de Xalapa, de Coatepec…principalmente de Teocelo. El temblor de 1920 lo justifica como el líder que debemos conocer.
Cierto, es un santo, pero como periodista lo analizo en su papel de combatiente contra la iniquidad, jamás calla, por eso denuncia y como lo dijo el Cardenal Artiaga, de Cuba, “santo o loco”, valiente. Además fue periodista fundando el Diario La Nación, órgano del Partido Católico Nacional, por instrucciones del arzobispo de México, Don José Mora y del Río…digamos, hasta director, gerente, tipógrafo y corrector…viajando por todo el país realizando una colecta para la compra de la maquinaria, una rotativa con su tipografía. Lo logró con ese afán de liderazgo que dejó demostrado en su peregrinar social en esta tierra fértil en donde el café y la naranja estaba en su apogeo…
De Cotija, Michoacán, nacido el 26 de abril de 1878, dejó profunda huella, sobre todo esa valentía y mañas para salir airoso en sus órdenes de aprehensión, de la misma manera cuando estaba frente al paredón y en dos ocasiones enseñó que el líder social antes que el cura con la bendición de Dios siempre, dentro de su perfecto orden espiritual, no gobierna pero le obedecen…la gente de pueblo lo ama, pero el alto clero no, “porque si nunca levantó la mano armada, jamás inclinó la cerviz frente al poder público.
Impuso su vocación y su don piadoso cuando la jerarquía eclesiástica perdió privilegios, de los que tantos gozó y explotó en su campo de acción en lo social…y político. Guizar y Valencia se impuso contra todos, incluso a su misma iglesia, lanzando verdades que tuvieron la fuerza de bayoneta y ternura de bendición. Paupérrimo pastor, pero terco, exigente hasta consigo mismo, enfrentándose con el secretario de gobernación y después gobernador de Veracruz, Adalberto Tejeda y con el Presidente de México por un día, Pascual Ortiz Rubio, siempre con serenidad y concluimos, con esta misma serenidad del santo Rafael Guizar y Valencia:
Su final es sublime. Elevado a santo por la creencia popular y confirmado en 2006 por la legalidad eclesiástica, ayudando a los pobres y dando consejos a las familias, dando hasta quedarse sin nada, y para un servidor, como el líder nato que montado en su caballo, a veces a pie y en huaraches, jamás claudicó ante el poderoso, y de la sentencia callejista de “encierro, entierro o destierro”, Guizar y Valencia prefirió otro exilio el 23de mayo de 1927 y allá en su misión en Estados Unidos, Cuba y Colombia, continua su lucha permanente.
Guizar y Valencia, nuestro líder, periodista. |