La siguiente historia, quisiéramos que fuera un cuento, pero no… es la violencia misma contra una mujer por su jefe, en su trabajo, en su escuela… y lamentablemente, en la Universidad Veracruzana. Una espera que en este momento, la rectora de nuestra Máxima Casa de Estudios esté enterada y tome cartas de inmediato en el asunto que a continuación exponemos:
Pasaba de las once de la mañana del martes. Iba a iniciar su jornada laboral cuando fue interceptada en las escaleras por José Rubén N, jefe de la carrera de Publicidad y Relaciones Públicas en la facultad de Ciencias Administrativas y Sociales de la Universidad Veracruzana. Le dijo que necesitaba comentarle con urgencia algunos asuntos académicos, lo cual no es extraño, pues son actividades propias de su labor académica, por lo que ella lo acompañó a la zona de jefatura, la cual siempre está abierta al público en general y muchas veces también es compartida por otros jefes de carrera.
Ambos ingresaron, y de inmediato, una jefa de carrera que se encontraba en la oficina salió. En ese momento, no le pareció raro… Tras ello, José Rubén N de inmediato cerró la puerta, situación que entonces a ella ya le pareció inusual, por ser un área abierta al público; sin embargo, ella lo escuchó atenta cuando le dijo el motivo de esa reunión. José Rubén N le comentó que tenía quejas de los alumnos por su manera de impartir sus cátedras, pues era una maestra muy estricta. Empezó a enumerarles las quejas pero se percató ella que se relacionaban a varios semestres atrás. La maestra le indicó las políticas que manejaba en clase y que eran expuestas a los alumnos desde el primer día; incluso, de las rúbricas para evaluar a sus alumnos… pero como las quejas eran de varios semestres atrás, es decir años, ella le cuestionó el porqué no le había dicho eso antes… Es decir, porque juntar hasta ese momento los asuntos. Se supone que un jefe de carrera no debe de guardarse las quejas de los alumnos, pues es importante dar seguimiento para poder mejorar la impartición de las cátedras. Por tal razón, le indicó que lo correcto era que en el mismo momento de la queja, la hubiera mandado a llamar para resolver con los alumnos sus quejas, de acuerdo a lo estipulado en los estatutos.
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Al decir esto, José Rubén N empezó a perder el control ¡y sacó otro reclamo! Le recordó que por una queja que la maestra había interpuesto en su contra, él tuvo problemas en la Dirección.
José Rubén N se refería a la ocasión en que a la Maestra no quiso recibirle la documentación correspondiente para concursar en una experiencia educativa, como se hace cada semestre; el argumento del jefe de carrera fue que esa materia ella no la podía concursar, pues ya estaba asignada y el concurso sólo era ficticio.
De allí, José Rubén N se empezó a transformar… vinieron los insultos, ofensas, gritos, señalamientos, y no conforme con eso, quiso demostrar su poderío golpeando varias veces el escritorio. ¿Acaso quería intimidarla?
De inmediato, la maestra abrió la puerta y salió corriendo de la oficina; se dirigió a la Dirección… él, no conforme con todo lo que le dijo, salió tras ella.
Ella preguntó por el director para narrar lo sucedido, a lo que le dijeron que estaba ocupado; entonces se dirigió de inmediato a la oficina de la Secretaria Académica, quien atendía en ese momento a un maestro y se resguardo detrás de éste, pues el Doctor la persiguió hasta ese lugar.
Ante lo sucedido, de inmediato, el director Eric N la mandó a traer junto al agresor, y como testigos, la secretaria académica y la representante académica. Allí, después de la correspondiente narración, el director únicamente le dijo que la violencia era “percepción” y pues que también José Rubén N había sido violentado, por lo que su dicho de “violencia de género, hostigamiento laboral, agresión verbal , insultos , amenazas, descalificaciones y hasta el encierro”, eran su “percepción” y por lo tanto, no procedía.
Ojalá la Unidad de Género de nuestra máxima casa de estudios tome cartas en el asunto, si verdaderamente quieren erradicar la violencia contra las mujeres; marcamos copia también a la rectora quien sabe de la adversidad que tienen que enfrentar por el hecho de ser mujer; así como a la doctora Jaqueline Jonguitud Zamora, presidenta de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana, para que tome cartas en el asunto y la defienda, al igual que lo ha hecho con varias mujeres dentro de la Universidad Veracruzana…
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