En fin, que los tiempos del pretexto, ya deben quedar atrás, porque en los recientes casi cinco meses, lo que se ha escuchado permanentemente, es que todo lo que sucede es culpa de tal o cual gobierno, sin que se asuma, con responsabilidad el mandato que el propio pueblo ha cedido, de manera histórica, para hacer cambiar el rumbo de este país.
La cuarta transformación no ha logrado ubicarse en el lado correcto de la historia que le ha tocado vivir y eso pone en serio riesgo, no tan solo el debido cumplimiento de promesas, sino también la propia gobernanza que debe imperar por todos lados.
Son días, pues, de grandes preocupaciones para el pueblo de México, y de Veracruz, porque conforme pasan los días, se va escapando la posibilidad de lograr la pacificación del país, se va acrecentando, en contrario, los efectos de una lucha, como la que inició el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, quien inocentemente, quiso pasar a la historia combatiendo a las fuerzas del mal, cuando en realidad, no tenía los elementos suficientes para enfrentarlo y menos acabarlo, quedando solamente, como el gobernante que picó el panal y nunca pudo controlar al enjambre.
Así es como la nación y el Estado, se han venido sumiendo en una lucha sin cuartel, pero sin que haya resultados positivos y muestra es lo que el mismo pueblo ha observado, es decir, que en lugar de pacificar el territorio, aparecen más y más fuertes reacciones de la ola de violencia en contra de las acciones gubernamentales.
Son tiempos, pues, de dejar para otro momento los pretextos y las culpas que no se quieren aceptar, para dar paso a un proyecto de paz y tranquilidad, donde la sociedad pueda transitar por el camino de su propio desarrollo, ya que en los recientes tiempos, el problema se ha vuelto más grave, cuando se deterioran los valores familiares, se transforman los propios escenarios de una buena educación y se contempla nuevos rumbos, pero muchos de ellos sin destino, porque no hay quien los guié y los conduzca por mejores senderos, pues más que nada, todo parece indicar que se ha optado por ser, solamente, observadores de los acontecimientos.
Bien se sabe que es difícil la tarea, que no es cualquier cosa tomar el poder para transformar, para beneficiar, para cumplir ante la demanda popular, la del pueblo que ha hecho todo por cambiar los escenarios del pasado, pero que no ha recibido, efectivamente, la respuesta que requiere, la que necesita en estos tiempos, cuando la realidad ha sobrepasado a la ficción.
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MARLON RAMIREZ, ha superado todas las expectativas con rumbo a la dirigencia estatal del PRI. Se ha colocado como el único aspirante que ha sabido recoger la confianza de la militancia que ya esta dispuesta a darle la oportunidad de tomar el mando del Comité Directivo Estatal del tricolor, en una etapa sumamente difícil para su recuperación política, en el entendido de que la más recientes derrota lo dejó, prácticamente, sin posibilidad de que pueda enderezarse.
Pero ese es el reto que seguramente asumirá el nuevo dirigente, el cual, por cierto, ha recibido el golpeteo político de sus adversarios, quienes ya están conscientes de que ya la tienen perdida.
Sin embargo, la lucha es de todos, porque todos tienen la oportunidad dentro del nuevo esquema democrático que se pretende poner en juego durante las próximas elecciones internas, las que ya se encuentran a la vuelta de la esquina, después de que los contendientes han buscando, entre los mismos partidarios del tricolor, la confianza para hacer frente a los graves problemas de resurrección del ex partido de las mayorías.
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MIENTRAS OTROS ASPIRANTES a encabezar las acciones del Órgano de Fiscalización Superior, se han mantenido alejados, prácticamente, de su objetivo, el que ahora es el titular de este organismo fiscalizador, Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, no para ni un instante en mantener la transformación de esta institución que ha logrado colocarse como una de las instancias más sobresalientes en materia de fiscalización.
Esta es la razón, dicen, de que su nombre suene fuerte para una segunda oportunidad en el cargo, cuestión que también se dice, es avalada por la Legislatura local, de manera particular por la comisión de vigilancia, donde se tienen especiales referencias del trabajo que ha realizado el funcionario.
Pero, muy a pesar de que la transformación del ORFIS es una realidad, le niegan a Portilla Vázquez, el haber sido el principal protagonista de esta consolidación fiscalizadora y de resultados positivos, donde ha campeado la honestidad y la transparencia en el actuar.
Desde luego, que esto no significa que haya un compromiso contraído con la permanencia en la titularidad del organismo, sino al contrario, se busca que haya renovación y posibilidades, también, de que otros entren al relevo, con esquemas de trabajo que pudieran alimentar los ya puestos en operación y que a decir verdad, han dado resultados muy importantes para la buena marcha del exacto cumplimiento de los entes fiscalizables, buscando que se apliquen los recursos correctamente en bien de los propios veracruzanos.
Falta un poco para que se inicie el proceso de renovación en el ORFIS, pero ya comienzan, desde ahora, a surgir los nombres de posibles aspirantes y desde luego, la propia posibilidad de que el Contador Certificado Lorenzo Antonio Portilla Vázquez, sea nuevamente considerado para esta responsabilidad.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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