Al poco tiempo y luego de contradecir prácticamente toda la versión oficial de los hechos, los investigadores fueron echados del país. Les dieron un plazo muy corto para que salieran del territorio nacional luego de que sus investigaciones no coincidieron con las especulaciones del procurador y todas las instancias implicadas en el caso.
Hubo un diario de ultraderecha que publicó la cantidad de dinero que por página del informe había gastado el gobierno mexicano en la investigación de los miembros de GIEI, en lugar de cuestionar la credibilidad de la procuraduría, de la policía o del propio Ejército.
Para un grupo de defensores a ultranza del viejo régimen, los investigadores del GIEI sólo eran unos vividores que venían a lucrar y vacacionar a México. Nunca les dio curiosidad por profundizar en la experiencia de por lo menos uno de esos investigadores, que son personas reconocidas en el planeta entero tanto por regímenes de derecha como progresistas.
Hace un año la lectura parecía delito en la administración pública. Nunca se enteraron de quiénes eran las personas que habían echado del país.
Ahora, una vez que la mayoría de las manos de los culpables están lejos de la manipulación informativa, los investigadores regresan a terminar lo que no les permitieron concluir. Dos de los investigadores que iniciaron las indagatorias están de regreso en México para retomar el proceso. Asistieron a la sesión extraordinaria de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia para el caso Ayotzinapa que se llevó a cabo en la Segob, donde también estuvieron presentes los padres de los desaparecidos.
La intención del subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración, Alejandro Encinas, es que, junto con representantes legales y organizaciones, se esclarezca el caso y se castigue a los culpables, tanto a los materiales como a quienes encubrieron a los raptores, o asesinos.
Porque los familiares no abandonan la posibilidad de encontrarlos vivos. Los propios padres han afirmado que sólo viven para encontrarlos y que sienten que están muertos en vida mientras no encuentren a sus familiares.
Buitrago y Cox, dos de los integrantes de ese grupo internacional permanecerán en el país por tiempo indefinido y bajo condiciones acordadas entre la CIDH y el Gobierno federal.
El 24 de julio, padres y madres de los 43 ingresaron y recorrieron las instalaciones del 27 Batallón de Infantería del Ejército Mexicano, junto con miembros de la Comisión Especial del Caso Ayotzinapa, donde exigían ver las instalaciones que el 26 de septiembre de 2014 pudieron ser escenario de la incineración de algunos cuerpos.
Es decir, el caso de los normalistas de Ayotzinapa está vivo. La esperanza también. PEGA Y CORRE. - Felicitaciones a Julio Domínguez, director general de Noreste, por mantenerse entre las preferencias de los lectores de portales de noticias en el país. Esta vez se encuentra en el octavo lugar de las preferencias de los mexicanos, lo cual representa todo un logro producto de un esfuerzo cotidiano comprometido con la verdad en este complejo oficio. Enhorabuena… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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