El problema ahora es causado por el enorme crecimiento poblacional hacia esa parte de la otrora disfrutable ciudad debido a la multiplicación inesperada de conjuntos y áreas habitacionales que además ha llevado hacia ese rumbo escuelas, universidades, plazas comerciales y de servicios muy concurridas, para lo que no estaba preparada Xalapa.
Hubo algún tiempo en que la situación se achacó al paso de vehículos foráneos, pero desde hace ya algunos años existe un libramiento yendo o viniendo de Perote, y el problema es del flujo vehicular entrando a la ciudad pero sobre todo saliendo hacia el puerto de Veracruz.
A diario llega un momento en que miles de personas tratan de ir hacia sus nuevas áreas de vivienda y entonces se satura la avenida Lázaro Cárdenas y se forma un gigantesco embudo porque entonces otras avenidas que confluyen en ella, como Murillo Vidal o 20 de Noviembre, por solo citar dos, también se bloquean.
Este miércoles cuando se reanudarán las clases en la mayoría de las escuelas seguramente el problema se acentuará.
En diciembre pasado, miles de xalapeños se pusieron a temblar cuando una firma refresquera anunció que realizaría un desfile navideño que comenzaría en Lázaro Cárdenas hacia el centro de la ciudad. En las redes sociales se lanzó la alarma: se complicaría más el problema vial, pero ninguna autoridad hizo algo por evitar ese desfile o desviarlo hacia otras calles.
¿Y mientras tanto dónde estaba, donde estuvo, la autoridad municipal?
Mientras el caos vial se vivía en Xalapa, el presidente municipal Hipólito Rodríguez Herrero se paseaba por España, según fotos (en el restaurante de lujo Lhardy y en el Museo del Prado, de Madrid) que “pegó” en su muro de Facebook el 15 de diciembre su pareja la investigadora de la UV, Rosío Córdova Plaza.
Según una versión, el alcalde viajó con el pretexto de asistir a eventos sobre medio ambiente (desde el 12 de diciembre dejó de tener actividades en sus redes sociales) mientras la capital de Veracruz se ahogaba en una emisión de gases y un ruido desequilibrante por los gigantescos embotellamientos de todos los días.
En su oportunidad, un funcionario de Tránsito del bienio pasado me platicó que había parado la construcción de cinco torres más del grupo JV (Centro Mayor Xalapa), de 30 niveles para oficinas, como la que está junto al Hospital Ángeles, porque ante una contingencia no habría forma de que la gente que las ocupara así como los habitantes del fraccionamiento Pastoresa pudieran salir ya que no existen vialidades de desfogue.
“Ya ves cómo se pone cuando hay ventas nocturnas, imagínate en caso de peligro, todos atrapados”, me dijo entonces. Luego de una inspección al área negó la autorización para seguir adelante.
Pero el problema solo se cambió de lugar. Por el rumbo de Las Trancas, hacia el norte (Central de Abastos) y hacia el sur (La Pradera) se autorizaron tantos fraccionamientos cuantos han sido posibles, porque se siguen construyendo, y eso ha llevado a que se instalen plazas comerciales, restaurantes y una infinidad de negocios que atraen un considerable flujo de personas.
El alcalde antes de asumir el cargo presumía ser un gran urbanista. No puede siquiera tapar baches, de los que están llenas calles y avenidas, y su obra cumbre se limita a la rehabilitación de algunas calles del centro histórico. No tiene visión, alcance para dimensionar el nuevo grave problema vial hacia la parte sureste de Xalapa y en lugar de estar de tiempo completo en su trabajo se la pasa viajando al extranjero (porque el de diciembre no ha sido el único viaje que ha realizado).
A la distancia, tal vez Eric Cisneros hubiera hecho mejor papel, como alcalde alternativo o emergente, como lo vimos trabajar en noviembre y diciembre de 2018.
Los únicos contentos (que aunque no se crea, sí los hay) con la pésima gestión del alcalde Hipólito Rodríguez Herrero son los aspirantes a sucederlo y los partidos de oposición. He hablado con más de uno y todos coinciden: es el mejor aliado que tenemos, no necesitamos hacer campaña; en Xalapa la gente va a ir a votar en contra de Morena en 2021 gracias a él.
El señor viaja cuando en el Gobierno del Estado pregonan que son tiempos de austeridad porque no hay recursos y cuando el propio presidente López Obrador se ha negado sistemáticamente a ir al extranjero, además de que en su “Plan 50” de austeridad del 13 de julio de 2018 estableció que los funcionarios no saldrían fuera del país y que la partida correspondiente se limitaría a lo indispensable.
Tal parece que no hay nadie con la suficiente autoridad que le ponga un alto y le ordene que se ponga a trabajar para bien de Xalapa y sus habitantes. |